Colchones personalizados y petanca: un paseo por la Villa Olímpica

Es una pequeña ciudad dentro de París. La Villa Olímpica se levanta al norte de la capital, cerca del estadio de Saint Denis. Son 82 edificios y 3.000 apartamentos con capacidad para unas 14.000 personas entre atletas, entrenadores y el resto de personal de las delegaciones que compiten en los Juegos. Prácticamente cualquier cosa está a disposición de los deportistas gracias a una inversión de 1.400 millones de euros que se rentabilizará para destinar las casas a familias y estudiantes cuando la gran cita del deporte baje el telón.

Un paseo por la Villa permite descubrir unas cuantas curiosidades. Por ejemplo, las camas de cartón que repiten diseño respecto a los Juegos de Tokio. Pese a su aparente fragilidad y la sensación de acostarse sobre un andamio de cajas, el invento resiste el peso de cualquier de los fornidos atletas y es un símbolo de sostenibilidad y reciclaje. En la cabecera, también de cartón, se lee un mensaje en francés: “Sueña con tus hazañas de mañana”. Lo hacen los mejores deportistas del mundo sobre unos colchones personalizados, divididos en tramos (cabeza y pecho, cintura y piernas) y con una distribución de pesos según cada fisionomía. Los hombres y mujeres que competirán en París pasan por una especie de escaneado para detallar su equilibrio corporal y así diseñar el mejor descanso.

Dormir bien y comer bien. El restaurante de la villa ofrece cuatro tipos de comidas, francesa, asiática, halal y del mundo, en una variedad infinita de combinaciones. Detrás está la colaboración de tres chefs: Alexandre Mazzia, cuyo restaurante marsellés AM tiene tres estrellas Michelin, Akrame Benallal y Amandine Chaignot. Aunque también hay espacio para las hamburguesas y las pizzas. Para quemar algún exceso siempre se puede pasar luego por un gimnasio interminable de 3.000 metros cuadrados y que no cierra nunca. La anfitriona Francia y Estados Unidos, eso sí, tienen su propia zona de ejercicios. Cualquier percance físico se atiende en una policlínica, un pequeño hospital que incluye dentista, oftalmología, ginecología y bañeras de agua helada.

Aunque no todo va a ser trabajo. Los futbolistas Eric García y Pau Cubarsí se pasean en las bicicletas que se distribuyen a lo largo y ancho de toda la Villa. Otros pasan el tiempo en una sala de juegos. Incluso hay un campo de petanca, juego con el que disfruta Carlos Alcaraz. El tenista murciano y Rafa Nadal son los más perseguidos entre la delegación española para los tradicionales selfis en la villa. Para quien desea cuidar su imagen se ofrece una peluquería donde también arreglarse las uñas. Para quien busca la paz de espíritu, o alguna petición al destino, abre un centro religioso. Y si se trata de cultivar alguna inquietud cultural, una pequeña tienda FNAC. Además de otros servicios como banco, supermercado y 12 lavanderías.

España tiene como vecinos a Australia, Italia, Argelia y Serbia (puede que Nadal y Djokovic se vean de un balcón a otro). “París, España ya está aquí”, es el mensaje escrito en las paredes. Del edificio entran y salen los deportistas todavía con cierta calma pintada en la cara, a la espera de las grandes emociones. París acoge 15 sedes olímpicas como el Parque de los Príncipes, el Arena Bercy y Roland Garros. La vela se disputa en Marsella, a 800 kilómetros, y la primera fase del baloncesto y la fase final del balonmano, en Lille, a una hora en tren. Ni el Dream Team de LeBron James ni el espectacular Wembanyama se pasean por la Villa Olímpica, la pequeña ciudad de los sueños.

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