El éxito en femenino de Canadá, un país que ni siquiera tenía Liga en 2019
El equipo norteamericano vuelve a un Mundial 36 años después dirigido por un entrenador que antes despuntó en la selección de mujeres
La primera vez que el seleccionador de Canadá, John Herdman (Consett, Inglaterra; 47 años), se dirigió a sus jugadores, en 2018, estos pensaron: “¿Pero este quién es?”. Lo confesó hace unos meses el propio técnico. “Les dije que había fichado para convertirlos en los primeros en superar la fase de grupos de un Mundial”, desveló. En toda la historia, el país solo había participado una vez en la gran cita (México 86) y, por supuesto, con ningún resultado positivo, ni siquiera un gol. En esa concentración inicial, hubo dos peleas entre jugadores en los entrenamientos y su debut en el banquillo se...
La primera vez que el seleccionador de Canadá, John Herdman (Consett, Inglaterra; 47 años), se dirigió a sus jugadores, en 2018, estos pensaron: “¿Pero este quién es?”. Lo confesó hace unos meses el propio técnico. “Les dije que había fichado para convertirlos en los primeros en superar la fase de grupos de un Mundial”, desveló. En toda la historia, el país solo había participado una vez en la gran cita (México 86) y, por supuesto, con ningún resultado positivo, ni siquiera un gol. En esa concentración inicial, hubo dos peleas entre jugadores en los entrenamientos y su debut en el banquillo se produjo a 6.000 kilómetros de casa, en San Pedro de Pinatar (Murcia), contra Nueva Zelanda y ante 75 espectadores. Ganó 1-0, eso sí.
Así empezó todo con este técnico británico, señalado como el impulsor del regreso de Canadá a un Mundial 36 años después (debuta ante Bélgica; 20.00, Movistar). Un lugar sin liga propia hasta 2019, con sus mejores equipos (Toronto, Vancouver y Montreal) en la MLS de Estados Unidos y sin tener disponible a su jugador más reconocible (Alphonso Davis, del Bayern) la mitad de la clasificación por problemas cardiacos. Y no solo obtuvo el billete para Qatar, sino que lo hizo antes que nadie en su confederación (Concacaf), la misma de México, Estados Unidos y Costa Rica. Para la gran fiesta, citó a Jamaica en Ontario, bajo la nieve, le metió cuatro y cerró el pase como líder. “Muchos nos pellizcamos porque no nos creemos dónde estamos”, admitió este martes Herdman.
En el soccer de Canadá, como en EE UU, todo empezó con el fútbol practicado por mujeres, y ahí encontró la llave del éxito el equipo masculino. Herdman dirigía a la selección femenina desde 2011, con la que se había colgado dos bronces olímpicos (2012 y 2016), y durante los cinco años previos había estado al frente de Nueva Zelanda, adonde se había marchado cuando vio que en Inglaterra no le hacían caso. Criado al lado de Newcastle en un momento de crisis industrial, desempleo y alcohol, este exprofesor de educación física sin experiencia como futbolista de élite encontró su hueco en el balompié de las Antípodas apoyándose en la psicología para calar en un vestuario. Y lo consiguió. Primero en Oceanía y luego en Norteamérica. De chicas a chicos. Al revés que en el resto del primer mundo, el país de la hoja de arce ha pegado el gran salto mirando al femenino: del puesto 95 en el ranking FIFA cuando el británico llegó al cargo hace una legislatura al 41 de hoy. Un estirón que llega, además, en un momento estratégico, a cuatro años de organizar el siguiente Mundial junto a México y Estados Unidos.
La petición de Floro
Antes que John Herdman pasaron muchos por ese banquillo. Benito Floro fue uno de ellos (2013-2016), contratado, según cuenta, gracias a las gestiones de “un chico peruano con un agente chileno que había trabajado en España”, y a “las buenas referencias que Ángel María Villar dio” a su entonces homólogo, el presidente de la federación canadiense. “Lo primero que hice fue llevarme a mi hijo, que es buen entrenador. Allí todavía no había liga, solo academias. Buenas, eso sí. Nos dedicamos a seleccionar a los veteranos que estaban fuera y a un empleado le pedí que mirara chicos jóvenes en otros países o en universidades. No se nos escapó nadie. Les fuimos enseñando táctica, porque no había otra manera de trabajar con un equipo que no estaba muy compacto. Les tenías que dar cosas sencillas, pero eficaces”, explica el extécnico del Madrid, que agradece el cariñoso mensaje que recibió de los rectores canadienses haciéndole partícipe del éxito del pase mundialista.
Una de sus peticiones constantes, subraya, fue crear una liga propia que les sirviera como palanca para crecer. Ni siquiera existía hace apenas tres años, un termómetro de la importancia de este deporte en el país. La montaron en 2019 y allí se mudó durante dos temporadas (2020 y 2021) el exjugador del Valencia y Atlético Miguel Ángel Ferrer, Mista, como entrenador del Ottawa, club dependiente de la entidad del Metropolitano. “Fue una experiencia atípica porque llegamos justo al inicio de la pandemia. En la primera temporada nos llevaron a una isla para competir todos contra todos. Y en la segunda solo jugamos contra los equipos cercanos. Ahora han recuperado un poco la normalidad”, detalla. “Quieren profesionalizarse y tener más independencia de Estados Unidos, pero el inconveniente es que el 80% de las plantillas deben ser de canadienses. Y a veces no hay tanto jugador”, advierte Mista, que destaca el físico como la principal cualidad del nativo.
“Nunca llegarás al nivel más alto”
En el torneo son apenas ocho conjuntos que se enfrentan cuatro veces entre ellos, y dos datos dan fe de su estado embrionario: 3.000 espectadores de media y 218.000 euros como mayor traspaso hasta la fecha. Un nivel que no da para elegir a ninguno para el Mundial. En Qatar las referencias son el lateral izquierdo Alphonso Davies (21 años), el delantero de Lille Jonathan David (22), el medio del Oporto Esteban Eustaquio (25), el extremo zurdo del Brujas Tajón Buchanan (23) y Cyle Larin (27), también del Brujas. Entre los 26 de la lista, por cierto, la inmensa mayoría desciende de fuera de Canadá o directamente nació en otro país, reflejo de una sociedad con un 20% de población inmigrante.
El primero de fuera es, para empezar, el entrenador, inglés y luminaria de la exitosa clasificación de Canadá para Qatar, cuya carrera y aspiraciones, según reveló él mismo, quedaron marcadas a fuego por las palabras que le dirigió un padre en la academia del Sunderland, donde trabajaba antes de volar a Nueva Zelanda. “Eres muy buen maestro-entrenador, pero jamás tendrás esa experiencia que te da jugar ante 60.000 personas. Nunca llegarás al nivel más alto”, le soltó. De las 75 personas que lo vieron debutar en San Pedro de Pinatar a las 40.000 que se esperan este miércoles en el estadio Ahmed bin Ali contra Bélgica.
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