Iga Swiatek, maestra por demolición
La polaca barre a Pegula en 59 minutos (6-1 y 6-0) y celebra su primer Masters tras un recorrido sin oposición en Cancún, donde además recupera el trono mundial
El tristón cierre de curso termina con una mariachi polaca posando feliz con el trofeo. Paradojas por doquier en el epílogo de Cancún. No se recordará esta Copa de Maestras por la calidad de su tenis, pero hay un desenlace nunca visto: 6-1 y 6-0, en 59 minutos. Es el tiempo que ha tardado Iga Swiatek en pulverizar la inexistente resistencia de Jessica Pegula, que venía fuerte y se diluye sobremanera. Ni gota de rebeldía. Ni un suspiro, le dura a la polaca, la segunda tenista de su nacionalidad que alza el trofeo –lo hizo primero Agnieszka Radwanska, en 2015– y desde este 6 de noviembre de 2023...
El tristón cierre de curso termina con una mariachi polaca posando feliz con el trofeo. Paradojas por doquier en el epílogo de Cancún. No se recordará esta Copa de Maestras por la calidad de su tenis, pero hay un desenlace nunca visto: 6-1 y 6-0, en 59 minutos. Es el tiempo que ha tardado Iga Swiatek en pulverizar la inexistente resistencia de Jessica Pegula, que venía fuerte y se diluye sobremanera. Ni gota de rebeldía. Ni un suspiro, le dura a la polaca, la segunda tenista de su nacionalidad que alza el trofeo –lo hizo primero Agnieszka Radwanska, en 2015– y desde este 6 de noviembre de 2023, protagonista de la resolución más contundente en la historia del torneo. Sonríe la campeona después de una semana de gestos torcidos, de quejas y vientos, de lluvias y aspavientos. No se recordará esta frivolidad de última hora por el espectáculo ni por el juego, y sí por el despropósito. Afortunadamente, también por Swiatek.
La de Varsovia, fenomenal competidora que va abriéndose paso hacia el espacio de las elegidas, obtiene el título maestro que aumenta el relieve de su trayectoria y le hace justicia. Son ya cuatro grandes –tres Roland Garros y un US Open– y un último éxito que la distingue, formando ya parte del selecto club de jugadoras que han conseguido acabar en más de una ocasión el año en lo más alto. Ahí figuran una tal Chris Evert, una tal Martina Navratilova o una tal Steffi Graf; también Seles, Hingis, Davenport, Henin, Wozniacki, Barty y, por supuestísimo, Serena Williams. Tenía que hacerse con el trofeo Swiatek para desbancar a Aryna Sabalenka y unirse en el historial a todas ellas, y cumple a rajatabla. Es un trazado sin igual, un ejercicio a base de fuerza. Pura demolición: solo 20 juegos concedidos de camino a la coronación de este lunes, 14 por debajo de la cifra que registró la belga Justine Henin en 2007.
La han sufrido estos días Vondrousova, Gauff, Jabeur, Sabalenka y la discreta Pegula. Esta última (29) venía jugando bien –esto es, sobreviviendo mejor que las otras–, pero en el episodio definitivo se encuentra con una tenista a la que no le falta convicción y le sobra fiabilidad. Su hoja de servicios de la final refleja únicamente siete errores no forzados y esta temporada extenuante acaba con seis laureles más, y ya son 17 a sus 22 años. Superada por la bielorrusa Sabalenka tras el US Open, la nueva número uno recupera el sitio y redondea un gran curso en el que ha prevalecido en Doha, Stuttgart, Roland Garros, Varsovia, Pekín y Cancún. Saturada física y mentalmente en el último trimestre, justa de gasolina, Swiatek ha sacado fuerzas para un último empujón. Invicta, sigue reafirmándose y dice bien alto: Iga, maestra y reina.
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