La epidemia fuerza la rebaja del crecimiento de España y de la economía global
S&P prevé que el PIB español crezca este año solo un 1,3% y el FMI anuncia un paquete de ayudas de 45.000 millones para los países con más problemas
Ya es oficial. Los grandes organismos internacionales y las agencias de calificación están poniendo números a lo que en los últimos días parecía evidente: que la epidemia del coronavirus va a segar el crecimiento este año. S&P ha recortado sus previsiones para España: del 1,7% que preveía inicialmente en 2020 pasa al 1,3%. Se trata de la primera revisión a la baja que aplica una agencia de calificación a la economía española tras la epidemia. ...
Ya es oficial. Los grandes organismos internacionales y las agencias de calificación están poniendo números a lo que en los últimos días parecía evidente: que la epidemia del coronavirus va a segar el crecimiento este año. S&P ha recortado sus previsiones para España: del 1,7% que preveía inicialmente en 2020 pasa al 1,3%. Se trata de la primera revisión a la baja que aplica una agencia de calificación a la economía española tras la epidemia. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, anticipa que el PIB global crecerá este año menos que en 2019, es decir, que se quedará por debajo del 2,9% de entonces, un crecimiento considerado muy débil.
La agencia de calificación sostiene que no solo se están viendo afectadas las cadenas de suministro de la industria europea. También la demanda doméstica se ha debilitado. Y no solo en Italia. Aunque S&P admite que resulta difícil hacer predicciones, alerta de que el PIB de la eurozona se contraerá en el primer trimestre del año e iniciará una recuperación muy frágil en el segundo. Italia será la más afectada, con una caída de la actividad del 0,3%. Y Alemania se estancará.
La amenaza ha aumentado, dice el informe publicado este miércoles. Las cuarentenas dañarán las exportaciones y, sobre todo, el turismo. El deterioro de China y Estados Unidos socavará el comercio con la eurozona. Y el recorte de tipos de la Reserva Federal meterá presión al euro y, por tanto, a las exportaciones de una economía europea muy volcada con el exterior.
Pero el daño no solo se ceñirá a las ventas fuera. La demanda interna también sufre. En Italia, las cuarentenas y el cierre de tiendas y restaurantes están constriñendo el consumo. En el resto de Europa, los consumidores podrían detener sus compras no esenciales y posponer planes, tal y como ocurrió en 2003 con el SARS. En medio de las cancelaciones que ya están ocurriendo de grandes eventos, S&P destaca que el 19% del consumo europeo se destina a ocio, cultura, restaurantes y hoteles. El transporte representa el 16% y, aunque solo se han restringido los viajes a los países afectados, esto podría cambiar rápidamente, dice la nota. Y subraya que España es el país más dependiente del turismo, al suponer un 11% de su PIB.
Aun así, las condiciones financieras no han empeorado de manera brusca. La mayor parte de la financiación europea es bancaria. Y las entidades tienen acceso a la liquidez del BCE. En cualquier caso, la agencia espera que haya un recorte de tipos ante las peores previsiones de crecimiento y los desplomes en Bolsa.
Las medidas fiscales podrían ayudar a restaurar la confianza, señala. Pero advierte de que algunos países no tienen mucho margen. También explica que los estímulos pueden llegar demasiado tarde y que los consumidores podrían guardarlos como ahorro. Es mejor centrar las ayudas en créditos fiscales para evitar apuros en las empresas, en especial en aquellas pymes que se enfrenten a una caída de la facturación. Y pone de ejemplo las iniciativas planteadas en Italia y Francia.
Dicho esto, la situación todavía podría ir a peor, apunta S&P, si se da una pandemia y, en consecuencia, una parte significativa de la plantillas europeas entra en cuarentena, provocando un shock por la falta de trabajadores y una importante caída de la demanda.
El Fondo empeora sus previsiones globales
Si el lunes fue la OCDE la que reconoció que la crisis surgida en la provincia china de Wuhan iba a hacer que el PIB mundial creciera a su tasa más baja desde la crisis financiera de la década pasada, el miércoles fue el turno del FMI. El organismo que encabeza la búlgara Kristalina Georgieva no se atreve a ser muy preciso, e insiste en que el impacto final dependerá de la duración de la epidemia. Pero sí da por hecho que la economía global va a crecer menos este año que el anterior. Así, su previsión de hace pocas semanas de un alza del PIB mundial del 3,3% nace ya muerta. El Fondo cree ahora que se quedará por debajo del 2,9% de 2019. “Por desgracia, hemos visto un cambio hacia un escenario global más adverso”, declaró Georgieva en Washington.
Además, el Fondo anuncia que ha movilizado un paquete de 50.000 millones de dólares (45.000 millones de euros), destinado a ayudar a los países pobres y emergentes a combatir la expansión del coronavirus. Georgieva recordó que el organismo cuenta con líneas de financiación de emergencia que se pueden desembolsar rápidamente. De ese paquete, los países más pobres podrán acceder a 10.000 millones de dólares (unos 9.000 millones de euros) sin necesidad de suscribir un programa de préstamo oficial, por lo que no tendrían que pactar con los técnicos del Fondo un paquete de medidas para conseguir esos fondos.