Larry Fink (BlackRock): “La transición climática es una oportunidad de inversión histórica”
El consejero delegado de la mayor gestora de fondos del mundo explica en su carta anual a los líderes empresariales que el asalto al Capitolio estadounidense es un recordatorio “de la fragilidad” de la democracia
No hay nadie con más poder en el mundo financiero que Larry Fink. Como consejero delegado de BlackRock administra 8,6 billones de dólares (7,1 billones de euros). No es su dinero, pero él trata de buscar rentabilidad a ese capital para que el ahorro de sus clientes florezca. Con esa responsabilidad a sus espaldas, y el poder que le otorga dirigir la mayor gestora de fondos del mundo, se permite el lujo desde que estalló la crisis financiera en 2008 de enviar todos los años una carta a los líder...
No hay nadie con más poder en el mundo financiero que Larry Fink. Como consejero delegado de BlackRock administra 8,6 billones de dólares (7,1 billones de euros). No es su dinero, pero él trata de buscar rentabilidad a ese capital para que el ahorro de sus clientes florezca. Con esa responsabilidad a sus espaldas, y el poder que le otorga dirigir la mayor gestora de fondos del mundo, se permite el lujo desde que estalló la crisis financiera en 2008 de enviar todos los años una carta a los líderes empresariales de las mayores empresas del mundo para ponerles deberes. En la misiva de este año su mensaje se centra sobre todo en convencer a los directivos de que hay que perseverar en la lucha contra el cambio climático. Y no solo porque piense que el capitalismo debe asumir su responsabilidad a la hora de frenar el calentamiento global, sino también porque es una tarea en la que hay mucho que ganar. “La transición climática presenta una oportunidad de inversión histórica”, asegura.
Cuando estalló la pandemia de la covid-19 hace casi un año todo hacía indicar que las prioridades iban a dar un giro de 180 grados: lo urgente (salvar la economía), relegaría a un segundo plano lo importante (la batalla climática). Sin embargo, la realidad ha desmentido esa previsión. Desde enero hasta noviembre de 2020, los fondos de inversión y fondos cotizados (ETFs) invirtieron 288.000 millones de dólares a escala mundial en activos sostenibles, lo que representa un incremento del 96 % frente a todo 2019. “Creo que la pandemia ha supuesto tal crisis existencial —un recordatorio tan crudo de nuestra fragilidad—, que nos ha alentado a hacer frente a la amenaza mundial del cambio climático con mayor ímpetu y a plantearnos cómo esta, al igual que la pandemia, alterará nuestras vidas. Nos ha recordado cómo las crisis de mayor calado, ya sean sanitarias o medioambientales, exigen una respuesta ambiciosa a escala mundial”, reflexiona Fink.
El cambio climático, asegura en su carta, es la principal preocupación de los clientes de BlackRock. “Conforme cada vez más inversores elijan orientar sus carteras hacia empresas centradas en la sostenibilidad, más se acelerará la transición de gran calado de la que estamos siendo testigos. Y, dado que ello ejercerá un drástico efecto en la forma de asignar el capital, todos los equipos directivos y consejos deberán plantearse cómo afectará a las acciones de su compañía”, explica.
En su opinión, no existe ninguna compañía cuyo modelo de negocio no vaya a verse profundamente afectado por esta transición a una economía con cero emisiones netas de carbono, esto es, que no emita más dióxido de carbono del que elimina de la atmósfera para 2050, el umbral establecido por la esfera científica necesario para mantener el aumento del calentamiento mundial muy por debajo de los dos grados centígrados. “A medida que se acelera la transición, las empresas con una estrategia a largo plazo bien articulada y con un plan claro para abordar la transición hacia la economía con cero emisiones netas de carbono destacarán a ojos de sus clientes, de los reguladores, de sus empleados y de sus accionistas, al transmitir confianza en su capacidad para capear esta transformación mundial”, advierte Fink. “Sin embargo, las compañías que no se están preparando con la suficiente celeridad sufrirán una penalización en sus negocios y valoraciones, a medida que estos mismos grupos de interés dejarán de confiar en que estas empresas pueden adaptar sus modelos de negocio a los drásticos cambios que se avecinan”, añade.
Los inversores, según Fink, no pueden construir sus carteras de cara a esta transición si no comprenden cómo está preparada cada empresa para las amenazas físicas del cambio climático. “Solicitamos a las compañías que presenten un plan sobre en qué medida su modelo de negocio será compatible con una economía con unas emisiones netas de carbono nulas. Además, las instamos a que informen sobre la manera en que este plan queda integrado en su estrategia a largo plazo y es objeto de revisión por parte de su consejo de administración”. El jefe de BlackRock también recuerda que en la lucha contra el calentamiento global no basta solo con la iniciativa privada. “Los Gobiernos de todo el mundo, sometidos a una enorme presión presupuestaria derivada de la pandemia, también deben emprender proyectos de gran envergadura para crear infraestructuras de cara a abordar el cambio climático, tanto para protegerse contra el riesgo físico que conlleva como para generar energía limpia. Estos desafíos requerirán el establecimiento de alianzas público-privadas creativas para financiarlos, así como una mejora de la presentación de información para atraer capital”, recuerda.
Más desigualdad
La carta de Fink también recuerda que el coronavirus ha agrandado la desigualdad económica en el mundo. “Mientras algunos sectores, especialmente aquellos que dependen de la presencialidad de las personas, se han visto penalizados, otros han prosperado. Y, aunque la recuperación de los mercados bursátiles fomenta el crecimiento a medida que remita la pandemia, la situación actual sigue caracterizándose por el colapso económico, con una tasa de desempleo en cuotas muy elevadas, cierres de pequeños comercios a diario y familias de todo el mundo con serias dificultades para pagar el alquiler y comprar alimentos”, reconoce el famoso financiero.
Fink, que en algún momento sonó como miembro del gabinete económico de Joe Biden, tienen un agrio recuerdo de los últimos meses de Donald Trump al frente de la Administración estadounidense. “Cuando ya habían transcurrido varios meses del año, la pandemia coincidió con históricas protestas por la injusticia racial en Estados Unidos y en todo el mundo. Y, más recientemente, ha agravado el malestar político en EE. UU., donde este mes hemos presenciado cómo la alineación política —impulsada por mentiras y oportunismo político— provocó actos violentos. Lo sucedido en el Capitolio estadounidense constituye un crudo recordatorio de la vulnerabilidad y el incalculable valor de un sistema democrático”.
En el capítulo de las tensiones raciales, Fink también recuerda que sus fondos primaran a aquellas compañías que luchen contra cualquier tipo de segregación. “Si bien las cuestiones de raza y etnia varían en gran medida en todo el mundo, esperamos que las empresas de todos los países cuenten con una estrategia de recursos humanos que les permita aprovechar el mayor abanico de talento posible. Cuando publique sus informes de sostenibilidad, le instamos a que la información sobre la estrategia de recursos humanos refleje exhaustivamente sus planes a largo plazo para mejorar las cuestiones de diversidad, equidad e inclusión, según corresponda en cada región”, puntualiza.
Si bien la pandemia ha acentuado el papel del Estado en la economía, Fink destaca el su carta el papel que ha jugado el mundo corporativo en los últimos meses. “A pesar de la oscuridad de los últimos doce meses, hemos observado destellos de luz materializados, por ejemplo, en las empresas que han trabajado para prestar servicio a sus partes interesadas con valentía y convicción. Hemos visto cómo las empresas han actuado con celeridad para innovar y mantener el flujo de alimentos y bienes durante los confinamientos”, subraya en su misiva. “Las empresas han dado un paso al frente para apoyar a las organizaciones benéficas que se ocupan de los más desfavorecidos. En el marco de uno de los grandes triunfos de la ciencia moderna, se desarrollaron varias vacunas en tiempo récord. Muchas empresas también respondieron a los llamamientos a la igualdad racial, si bien aún nos queda mucho por hacer para cumplir estos compromisos. Y, sorprendentemente, en el contexto de disrupción imperante en 2020, las empresas han actuado con firmeza para abordar el cambio climático”, añade Fink.