Un grupo internacional negocia la compra de un 1% de la mayor petrolera del mundo, Saudi Aramco
El príncipe heredero del Reino del Desierto asegura que la operación va a fortalecer las ventas de crudo en el mercado de destino
El príncipe Mohamed Bin Salmán, heredero y gobernante de hecho de Arabia Saudí, ha revelado que el reino está en conversaciones para vender un 1% de Aramco, la compañía estatal de petróleo, a una gran empresa de energía internacional. El anuncio se produjo en la noche del martes, durante una entrevista con la televisión saudí con motivo del quinto aniversario del lanzamiento de su ...
El príncipe Mohamed Bin Salmán, heredero y gobernante de hecho de Arabia Saudí, ha revelado que el reino está en conversaciones para vender un 1% de Aramco, la compañía estatal de petróleo, a una gran empresa de energía internacional. El anuncio se produjo en la noche del martes, durante una entrevista con la televisión saudí con motivo del quinto aniversario del lanzamiento de su programa de reformas conocido como Visión 2030.
“No quiero hacer ninguna promesa sobre un acuerdo que aún no está cerrado, pero ahora mismo hay en marcha conversaciones sobre una adquisición del 1% [de Aramco] por parte de una de las empresas de energía líderes en el mundo”, declaró el príncipe Mohamed, durante la segunda parte de la entrevista, dedicada a los proyectos. “No puedo mencionar el nombre, pero es una gran empresa. Este acuerdo podría ser muy importante para fortalecer las ventas de Aramco en el país sede de esta empresa”, añadió.
La venta supondría unos ingresos de unos 19.000 millones de dólares (unos 15.750 millones de euros), de acuerdo con el valor de mercado de la petrolera saudí, la mayor cotizada del mundo. El heredero, que lleva a cabo la gestión del día a día del reino, también dijo que Aramco, que salió a Bolsa a finales de 2019, podría vender más acciones, incluso a inversores internacionales, en los próximos dos años.
Horas después de difundirse la entrevista, el diario económico británico Financial Times ha informado de que Arabia Saudí había reanudado conversaciones con la empresa india Reliance Industries para adquirir una participación en la filial de refinado y productos petroquímicos de esa compañía. El presidente del Reliance, Mukesh Ambani, ya anunció el plan en 2019, pero la pandemia lo frenó. Entonces contemplaba la compra por Aramco de un 20% del conglomerado indio por unos 15.000 millones de dólares. Ahora el reino sopesa pagar con acciones y efectivo, pero aún está por determinar en qué proporción.
Algunos analistas han sugerido que el príncipe tal vez aludía a esa operación, pero otras fuentes apuntan a negociaciones con un grupo de inversores chinos para la compra de acciones de la petrolera saudí. De finalizarse el acuerdo con Reliance, sería la primera vez que Aramco paga una operación con acciones. Para Arabia Saudí se trata de algo más que una mera inversión. Busca sin duda profundizar los lazos con el mercado en el que más crece el consumo de energía.
Desde que lanzó el proyecto de diversificación económica con el horizonte de 2030, el príncipe, a quien se conoce coloquialmente como MBS por sus iniciales, se ha apoyado en la empresa nacional de petróleo para financiar esa ambiciosa transformación. Su intento de atraer inversión extranjera tropezó con el problema de imagen planteado por la represión política interna y, en especial, el asesinato del periodista crítico Jamal Khashoggi en 2018.
Operaciones para superar la “dependencia” del crudo
Su primera oferta pública de acciones (opa) obtuvo cerca de 30.000 millones de dólares al colocar un 1,7% de la compañía en la Bolsa de Riad. Aunque fue la mayor opa de la historia, no alcanzó el objetivo inicial de obtener 100.000 millones de dólares por un 5% de las acciones. Los inversores internacionales mostraron dudas sobre la valoración de la empresa en un momento en que se apuesta por la sustitución de los combustibles fósiles.
El dinero obtenido fue transferido al fondo soberano (Public Investment Fund, PIF) para apoyar las inversiones destinadas a superar lo que MBS calificó de “dependencia del petróleo”. Desde entonces, Aramco también se ha endeudado y ha vendido algunos activos no esenciales para mantener el prometido dividendo de 75.000 millones de dólares, la mayoría de los cuales va al Estado. A principios de este mes, la petrolera anunció la firma con un consorcio estadounidense de una inversión de 12.400 millones de dólares en sus oleoductos y está estudiando otro acuerdo para los gasoductos. Además, ha iniciado una revisión estratégica de sus activos upstream (el en sector petrolero, los de exploración y extracción del crudo), con la posibilidad de abrirlos también al capital extranjero.