La producción de coches en España se hunde por la falta de microchips
Las fábricas españolas producen un 38% menos que en 2019, embarcadas en ERTE y medidas de flexibilidad
Todas las plantas españolas de vehículos están afectadas por el colapso global del mercado de microchips. Algunas lo han capeado con regulaciones temporales de empleo (ERTE) y otras con medidas de flexibilidad laboral. Lo cierto es que el impacto se deja notar en las estadísticas mensuales que publica ...
Todas las plantas españolas de vehículos están afectadas por el colapso global del mercado de microchips. Algunas lo han capeado con regulaciones temporales de empleo (ERTE) y otras con medidas de flexibilidad laboral. Lo cierto es que el impacto se deja notar en las estadísticas mensuales que publica la patronal de fabricantes, Anfac: en mayo se ensamblaron solo 182.838 unidades, un 38% menos que en 2019. En el acumulado del año el descenso es del 19%. La asociación evita la comparación con las cifras del pasado año porque, en pleno auge de la pandemia, estaban en mínimos de producción.
Si el presente no es positivo para la recuperación del mercado, el futuro no es alentador. Anfac prevé que la situación no se recupere “al menos” hasta el segundo semestre del próximo año y reconoce que para digerir la falta de semiconductores las distintas plantas presentes en España, como las del resto del continente, “se han efectuado paros y retrasos en la cadencia de las líneas de producción”. En el conjunto europeo las estimaciones dan una pérdida de producción de un millón de vehículos.
Seat en Martorell (Barcelona), Nissan en la Zona Franca de Barcelona y Montcada i Reixac (Barcelona) y Volkswagen en Landaben (Pamplona) anunciaron este martes afectaciones en sus líneas de producción los próximos días, y aunque no han presentado ERTE sí han tenido que echar mano de las medidas de flexibilidad de sus convenios colectivos. En el caso de Seat, habían intentado optimizar sus existencias a los modelos con más salidas en el mercado. Mercedes-Benz en Vitoria para esta semana tres turnos. La fábrica de Almussafes de Ford ha vuelto a la producción tras verse afectada por los parones y tanto Stellantis como Renault han presentado ERTE para adaptar la producción en las diferentes instalaciones que tienen en España por la caída de la producción vinculada a la escasez de microchips que llegan de Asia.
La compleja situación está teniendo una directa traslación en las exportaciones, que se han reducido en mayo un 34% respecto a 2019, con 157.635 vehículos transportados al exterior. Siete de cada diez acaban en Europa. En Alemania (principal mercado para Seat, la única marca de vehículos española), la importación de vehículos made in Spain ha caído un 48%, mientras que en Reino Unido la merma es algo inferior: un 42%.
“A pesar de los esfuerzos del sector, el ritmo de producción se está viendo fuertemente condicionado por un factor externo como es el desabastecimiento de los microchips. Atravesamos una situación coyuntural, pero que debido a la incorporación de los nuevos modelos de vehículos, que requieren una mayor digitalización, nos está afectando gravemente y retrasando la necesaria recuperación del ritmo de producción de nuestras fábricas”, afirma el director general de Anfac, José López-Tafall.
El mejor dato de mayo en fabricación de vehículos es la adaptación que las factorías españolas están asumiendo de vehículos con motorizaciones ajenas a la gasolina y el diésel. La producción de vehículos eléctricos, híbridos y de gas aumentó un 113% y pasó a representar el 11,4% de la cuota total de coches. De 20.813 ensamblados en mayo, la mayor parte eran híbridos enchufables, una gama que está creciendo en demanda, si bien aún está muy por debajo de los vehículos híbridos no conectables a la red para la recarga de sus baterías.