España se juega el gran ‘hub’ de Madrid para estar en la ‘champions’ aérea
La investigación abierta en Bruselas de la fusión Iberia-Air Europa va más allá de una simple operación empresarial
La Comisión Europea acaba de anunciar una investigación sobre la adquisición de Air Europa por IAG, a través de Iberia. Es una actuación de oficio que Margrethe Vestager, vicepresidenta responsable de competencia, ha aclarado: “Examinaremos cuidadosamente si la operación afectaría negativamente a la competencia en las rutas nacionales, de corta distancia y de larga distancia con origen y destino en España, lo que podría dar lugar a precios más elevados y a una menor calidad p...
La Comisión Europea acaba de anunciar una investigación sobre la adquisición de Air Europa por IAG, a través de Iberia. Es una actuación de oficio que Margrethe Vestager, vicepresidenta responsable de competencia, ha aclarado: “Examinaremos cuidadosamente si la operación afectaría negativamente a la competencia en las rutas nacionales, de corta distancia y de larga distancia con origen y destino en España, lo que podría dar lugar a precios más elevados y a una menor calidad para los viajeros”.
La investigación preliminar revela que IAG y Air Europa compiten en varias rutas entre Madrid y Estados Unidos y América Latina, así como en otras nacionales y de corta distancia, incluidos vuelos de enlace que llevan a Madrid a pasajeros para conectar con otros de larga distancia. A la Comisión le preocupa que la operación pueda reducir la competencia en 70 frecuencias donde ambas ofrecen servicios.
Ese es el panorama. Iberia pudo haber optado por pedir a Bruselas que hiciera un análisis en la Fase 1, pero dejó pasar el plazo, que acababa el martes, para que se pusiera en marcha la Fase 2, que considera más determinante. En este punto, una investigación más en profundidad, aportará argumentos sólidos para frenar los posibles recursos de otras aerolíneas que están al acecho para evitar la creación de una potencia y de un hub de primer nivel en Madrid y permitirá acelerar el proceso, ya que esta fase se pone en marcha automáticamente mientras la 1 se habría extendido en el tiempo. Por ello, decidió no presentar los remedy (compromisos previos) que conlleva el acuerdo que entregó en la Comisión el 25 de mayo. La Comisión dispone ahora de 90 días hábiles, hasta el 5 de noviembre de 2021, para tomar una decisión.
Ahí es donde se juega la partida. Entre los compromisos que no se presentaron en la Fase 1 figuran los memorandos de entendimiento que IAG y Air Europa alcanzaron con las aerolíneas Volotea y World2Fly para quedarse con las rutas cuestionadas. La Comisión tendrá que analizar si ese acuerdo, que las compañías juzgan razonable, soluciona la papeleta. De no pasar ese examen (es decir, que no se admita o lo deje en la mínima expresión), la operación empezaría a tambalearse, lo que sería nefasto para Air Europa, que ha tenido que pedir el rescate a la SEPI.
Pero no se la juegan solo IAG y Air Europa, que acordaron un desembolso de 500 millones (antes de la pandemia habían acordado 1.000) y la asunción de 600 millones de deuda. También se la juega el Gobierno de España, que ha respaldado la operación desde el principio, por el beneficio que supone para España la integración para la recuperación del turismo y de la economía. La fusión permitiría dar un paso gigante para la creación de un gran hub en Madrid que pudiera competir con los grandes del norte de Europa. Contar con un gran centro de operaciones en la capital permitiría liberar capacidad y abrir nuevas rutas hacia Asia, la asignatura pendiente, además de consolidar las de América, donde ahora se concentra la oferta.
La creación de este hub en Madrid, al nivel de los grandes europeos como París, Fráncfort o Ámsterdam, tendría también un efecto arrastre en el resto de España, generando vuelos de conexión. Un estudio de KPMG sobre el impacto de la fusión estima que podría generar un incremento del PIB de hasta 4.000 millones y la creación de hasta 60.000 empleos (directos e indirectos) en el sector turístico.
Por eso, desde el Ejecutivo se han volcado en convencer a la Comisión de que sus análisis contemplen también la construcción de ese gran hub en Madrid. Pero lo que es importante es que se estudie desde el punto de vista europeo, lo que implicaría analizar la actual situación de desventaja de Madrid. Si desde la óptica española se determina que la operación vulnera la competencia, impidiendo la unión de las dos compañías, se haría imposible que pudiesen competir de igual a igual. Eso condenaría a Madrid a seguir como hub secundario frente a los grandes del norte de Europa, donde cada uno tiene su compañía de referencia.
El Ejecutivo es muy consciente de la importancia de anclar al grupo IAG (matriz de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus) al mercado aeronáutico español: si la operación ocurriese, el Gobierno espera que IAG se comprometa a invertir tanto en la conectividad de España (incluyendo también del hub de Barcelona) como en el desarrollo de sus actividades aeronáuticas en España (potenciando el negocio de mantenimiento de aviones de Iberia).