Dejemos trabajar a la estadística
La covid-19 ha supuesto un reto estadístico sin parangón en la historia reciente y ha generado un contexto en que es difícil interpretar los resultados
La publicación del avance del PIB del tercer trimestre ha suscitado cierta controversia sobre las cuentas nacionales y la interpretación de sus resultados en la época covid, lo que ha motivado estas líneas. El PIB es el agregado que mide el valor de los bienes y servicios finales producidos durante el período de referencia en la economía. Su medición es responsabilidad de ...
La publicación del avance del PIB del tercer trimestre ha suscitado cierta controversia sobre las cuentas nacionales y la interpretación de sus resultados en la época covid, lo que ha motivado estas líneas. El PIB es el agregado que mide el valor de los bienes y servicios finales producidos durante el período de referencia en la economía. Su medición es responsabilidad de la oficina nacional de estadística, en el marco de sus cuentas nacionales. Estas proporcionan una medición sistemática, detallada y coherente de la economía, conforme a los estándares internacionales vigentes (en el caso de la UE, el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales).
La estimación trimestral del PIB se elabora a partir de toda la información disponible hasta ese momento y constituye la primera aproximación a su evolución. En el caso español, dicha estimación se lleva a cabo en el marco de la Contabilidad Nacional Trimestral de España, y es elaborada por el INE haciendo uso de más de 700 indicadores. Esta medición se va completando y actualizando a medida que se dispone de más fuentes o de actualizaciones.
El detalle de la metodología y de las fuentes seguidas para su elaboración es público. Se trata de una metodología plenamente consolidada en más de 20 años, y aplicada con rigor técnico e independencia por miembros de los Cuerpos Estadísticos del Estado, siguiendo los manuales del Sistema Estadístico Europeo.
También el INE ha explicado las fuentes de información adicionales que, desde el inicio de la pandemia, ha incorporado en las estimaciones, en línea con las recomendaciones de Eurostat y otros organismos internacionales, para afrontar un desafío estadístico de esta magnitud. Estas fuentes han permitido al INE mantener su compromiso de proporcionar a la sociedad una medición puntual y armonizada de la evolución económica del momento, resultado de un gran esfuerzo colectivo.
La covid-19 no solo ha supuesto un reto estadístico sin parangón en la historia reciente; también ha generado un contexto en que es difícil interpretar los resultados observados sirviéndose de la experiencia pasada. La razón es que se trata de una crisis (y una recuperación) de naturaleza distinta a las anteriores, para la que cada país ha adoptado medidas nunca antes implementadas, al menos de forma tan masiva, que parecen estar influyendo en las relaciones tradicionalmente observadas entre variables socioeconómicas.
En este contexto de mayor dificultad estadística y de análisis, el Consejo Superior de Estadística ha constituido un Grupo de Trabajo para reflexionar sobre el uso de las fuentes de información coyuntural subyacentes a los principales indicadores macroeconómicos. El INE también tiene previsto convocar una reunión con analistas de coyuntura para fomentar el intercambio de opiniones técnicas, en un momento tan importante como el actual.
Dejemos, por tanto, que la estadística y las cuentas nacionales, desde el rigor y objetividad de sus resultados, sigan aportando evidencias sobre lo que está ocurriendo. Evidencias que serán cada vez más precisas, según las fuentes estadísticas vayan proporcionando información más completa y actualizada.