Grifols sufre una caída del 70% de su beneficio por la pandemia y la compra de Biotest
Los ingresos netos del grupo especializado en hemoderivados caen un 7,6%, hasta los 4.933 millones
Grifols sufrió el pasado año una fuerte dentellada del 70% en su beneficio neto, que se redujo hasta los 182 millones de euros, provocada por las dificultades de captar plasma en el segundo ejercicio de la pandemia y por los altos compromisos financieros que asumió con su última gran compra, la compañía alemana Biotest, anunciada en septiembre pasado. El grupo especializado en el negocio de los derivados del plasma vio como su cifra de negocio se encogía un 7,6%, sit...
Grifols sufrió el pasado año una fuerte dentellada del 70% en su beneficio neto, que se redujo hasta los 182 millones de euros, provocada por las dificultades de captar plasma en el segundo ejercicio de la pandemia y por los altos compromisos financieros que asumió con su última gran compra, la compañía alemana Biotest, anunciada en septiembre pasado. El grupo especializado en el negocio de los derivados del plasma vio como su cifra de negocio se encogía un 7,6%, situándose en los 4.933 millones de euros, impactada sobre todo por una mala segunda mitad del año, según ha detallado este lunes a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), en la que sufrió una caída de ingresos del 10%.
La evolución del ebitda fue similar: cayó un 27,4%, hasta los 961 millones. Grifols estima el impacto de la pandemia en su resultado operativo en torno a los 503 millones de euros. El motivo: se redujo la captación de plasma, lo que a su vez supuso una menor dilución de los costes asociados, y además se tuvo que elevar la compensación económica a los donantes, lo que supuso un gasto adicional de 150 millones de euros. También influyó la integración de nuevas empresas como Alkaghest y GigaGen y la presión inflacionista.
La compañía explica los resultados del pasado ejercicio por “los constantes esfuerzos para compensar los retos extraordinarios derivados de la covid-19, que desencadenaron la reducción de los volúmenes de plasma”. Dos de sus divisiones, biociencias y diagnóstico, se vieron especialmente afectadas por las menores donaciones en la primera mitad del año y un inferior número de pruebas diagnósticas vendidas. La primera, la más importante para Grifols al representar tres cuartas partes del negocio, tuvo un fuerte impacto al caer un 5,9% su facturación. En cambio, los negocios hospitalario y de biosuministros crecieron a ritmos del 20% y el 5%, respectivamente, si bien su volumen para el grupo es menor: entre los dos suponen el 7,3% del total de los ingresos.
Otro de los elementos que impactó en los resultados de Grifols es la compra de Biotest por 2.000 millones de euros, una operación que va en la línea expansiva marcada por la empresa catalana para ganar tamaño y que también está caracterizada por la política de adquisiciones mediante endeudamiento. La información remitida al regulador apunta que los mayores gastos financieros estarían detrás de la reducción del beneficio neto, sobre todo por los bonos de alto rendimiento con los que se realizó la operación. También marcó el resultado neto una mayor tasa de impuestos afrontada por el grupo.
Grifols considera que retomará la senda del crecimiento una vez se normalicen las donaciones de plasma, una mejora que, en su opinión, podría producirse ya durante 2022. Y explica ese optimismo por la mayor contribución de los 54 nuevos centros de plasma adquiridos, que suponen una aportación adicional de dos millones de litros de capacidad, y un nuevo esquema de compensación a los donantes.
La deuda financiera de Grifols se situó al cierre del año en 5.828 millones de euros, lo que supone un múltiplo de 5,4 respecto al ebitda. La compañía asegura que excluyendo el impacto de la pandemia ese ratio sería de 3,7. A 31 de diciembre la posición de liquidez era de 1.277 millones de caja, incluyendo una posición de caja de 655 millones de euros.