La Autoridad Fiscal pide más rigor: “No hay lugar para la improvisación”
La presidenta de la institución critica que “no hay propuestas sobre la mesa” para reconducir el déficit y la deuda pública ante un escenario que va a empeorar
Es hora de preparar el paraguas. La Autoridad Fiscal lleva tiempo recordando junto al Banco de España que hace falta un plan a medio plazo para reducir el déficit y la deuda pública antes de que llegue una coyuntura adversa cargada de tensiones financieras. Este viernes, la presidenta del organismo encargado de vigilar las cuentas públicas, Cristina Herrero, ha sido muy clara pintando un horizonte preñado de riesgos, y ha pedido que ...
Es hora de preparar el paraguas. La Autoridad Fiscal lleva tiempo recordando junto al Banco de España que hace falta un plan a medio plazo para reducir el déficit y la deuda pública antes de que llegue una coyuntura adversa cargada de tensiones financieras. Este viernes, la presidenta del organismo encargado de vigilar las cuentas públicas, Cristina Herrero, ha sido muy clara pintando un horizonte preñado de riesgos, y ha pedido que en el próximo presupuesto se anticipe ya ese plan. “No hay lugar para la improvisación”, ha remachado.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha elevado su previsión de inflación para el promedio del año desde el 6,5% que había pronosticado a finales de mayo hasta el 7,8%. “Los riesgos que había sobre la evolución de los precios se están materializando”, alerta la institución. Y señala que la intensidad y persistencia de la inflación está suponiendo un golpe considerable en la capacidad de compra de los hogares, sobre todo en los de menor renta y cuya cesta de la compra está más expuesta a la inflación.
La inflación está deteriorando a gran velocidad el poder de compra de los hogares: la renta disponible real de las familias ya está disminuyendo un 4% en el primer trimestre, la confianza se halla en niveles tan bajos como en la pandemia, las condiciones de financiación empiezan a endurecerse, y la bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia se está reduciendo y se concentra en rentas altas. En consecuencia, los riesgos por el impacto de la inflación sobre el consumo privado son elevados y algunos se están haciendo realidad, sostiene el organismo que preside Cristina Herrero. Esto además golpea más a las rentas bajas, que ya habían sufrido con más fuerza la pandemia.
Es más, estas subidas de precios podrían también entrañar una pérdida de competitividad frente al exterior. En estas circunstancias en las que los precios del gas pueden seguir escalando y en las que el euro se está depreciando, “el BCE se enfrenta a un reto para evitar que se desanclen las expectativas y se desencadenen espirales inflacionistas”, afirma. Y ante tal escenario de endurecimiento de las condiciones financieras, la Airef advierte de que las cuentas públicas serán “una fuente de vulnerabilidad”. Un incremento sostenido de los tipos de interés de la deuda supondrá una carga financiera mayor e implicaría la necesidad de ajustes para compensarlos, subraya. De ahí que la Airef reitere que se haga un plan a medio plazo para ir reconduciendo los números rojos de las Administraciones, que este año acabarán en el 4,5% del PIB, tres décimas más que en su anterior previsión pero todavía por debajo del 5% previsto por el Gobierno.
La cifra del desfase presupuestario supera por tanto los 55.000 millones de euros en un contexto plagado de riesgos al alza. Por un lado, existe la posibilidad cada vez mayor de que haya más cortes del gas ruso, creando una recesión en Europa. Por otro, cabe también el riesgo de un crecimiento menor por una política monetaria más restrictiva para atajar la inflación.
En semejante entorno tan complicado, cualquier pretensión de que haya márgenes fiscales es algo “ficticio”, ha vuelto a insistir la Autoridad Fiscal en su informe sobre la ejecución presupuestaria. En opinión de la institución, la idea de un espacio fiscal resulta ilusorio porque la senda de corrección del déficit puesta por el Gobierno es poco exigente. La inflación está provocando un incremento de la recaudación que más adelante se neutralizará sobre todo al actualizar las pensiones con el IPC, con un coste estimado de 15.000 millones. Y las comunidades están teniendo unos ingresos extraordinarios por la protección temporal que les dio el Estado para afrontar la pandemia.
Sin propuestas sobre la mesa
La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, se ha mostrado muy crítica con la ausencia de un plan justo después del debate del Estado de la Nación: “Seguimos sin saber qué pasará con las cuentas públicas. No se ha concluido la reforma de pensiones, hay que reformar el sistema tributario y el de financiación autonómica. La posición de la UE ya está siendo más prudente en el plano fiscal y, en algún momento, volverán las reglas fiscales. Hay que orientar las cuentas y empezar a trabajar pero no hay propuestas sobre la mesa”, ha zanjado en un discurso en el que ha ejercido su labor de autoridad independiente. Y ha añadido que en un marco en el que ya se está pidiendo prudencia a los países con deuda alta, “no hay lugar para la improvisación”. Herrero ha recordado, no obstante, que todavía estamos a tiempo de planificar en los próximos presupuestos esta senda. Y las autonomías, según ha recomendado, deberían evitar subidas de gasto cuya financiación no esté asegurada. Sin embargo, pese a estas recomendaciones de la Airef, la proximidad de las elecciones autonómicas y generales el año que viene va a complicar mucho que se planifique cualquier medida.
Aunque el gasto público esté bajando por la caída de las partidas relacionadas con la pandemia, los desembolsos estructurales siguen aumentando. Casi todas las comunidades están empeorando su previsión de cierre presupuestario. Andalucía ha pasado de figurar entre las mejores a ser la que más sube el gasto en año electoral. Valencia es también de las que más han elevado sus desembolsos. Y ocho grandes ayuntamientos van a incurrir en déficit después de que les hayan dejado usar remanentes del año anterior.
Aun así, el déficit presupuestario de las Administraciones bajará en 2,3 puntos de PIB por la retirada de las medidas de la pandemia. Las subidas de impuestos solo aportan 2 décimas de PIB para corregir el déficit. Y el crecimiento de los ingresos por encima de lo que sería habitual supone otras 9 décimas, en parte por la inflación. Por el contrario, el paquete para hacer frente a la crisis energética y los efectos de la guerra de Ucrania conlleva un incremento del déficit de un punto de PIB entre rebajas de impuestos sobre la luz y las ayudas. De esta forma, los números rojos descenderán este año del 6,9% del PIB al 4,5%.
A pesar de este horizonte cargado de riesgos, el crecimiento para este año solo se rebaja ligeramente en una décima hasta el 4,3% gracias al buen comportamiento del turismo y los servicios, que se recuperan de la pandemia y que ayudarán a sostener la actividad y el empleo de manera intensa durante el segundo y el tercer trimestre. El mercado de trabajo sigue exhibiendo un comportamiento muy dinámico, con una creación de empleo intensa por la resistencia de los servicios y la construcción, destaca el informe.