El discurso de Jay Powell en Jackson Hole provoca una desbandada en las Bolsas
Los principales índices sufren ante el mensaje de la Reserva Federal de que la lucha contra la inflación requerirá mantener una política restrictiva durante algún tiempo
Habrá dolor, sí o sí, anuncia Jay Powell desde Jackson Hole (Estado de Wyoming), y las Bolsas internacionales sangran con las palabras del presidente de la Reserva Federal (Fed), anticipando subidas de tipos de interés más amplias de las previstas en la próxima reunión del banco central estadounidense en septiembre, o lo que es lo mismo, menos crecimiento y un mercado laboral más débil. El presidente de la Fed ha tomado partido...
Habrá dolor, sí o sí, anuncia Jay Powell desde Jackson Hole (Estado de Wyoming), y las Bolsas internacionales sangran con las palabras del presidente de la Reserva Federal (Fed), anticipando subidas de tipos de interés más amplias de las previstas en la próxima reunión del banco central estadounidense en septiembre, o lo que es lo mismo, menos crecimiento y un mercado laboral más débil. El presidente de la Fed ha tomado partido en el dilema que afrontan los banqueros centrales al advertir este viernes de que, ante la tesitura de elegir entre el dolor mayor que provocaría una inflación todavía más descontrolada, y otro menor, el que infligiría a familias y empresas una política monetaria más dura, elegirá la segunda opción. El discurso deja entrever que al combate contra la escalada de los precios le quedan más asaltos de los esperados por algunos inversores, lo que acerca más la opción de que la subida de tipos sea de 75 puntos básicos y no de 50, y la desbandada bursátil no tardó en llegar: el tecnológico Nasdaq cayo más de un 4%, y el S&P 500, que agrupa a las principales compañías estadounidenses, más de un 3%.
El contagio a Europa fue instantáneo. En una jornada que hasta entonces había transcurrido plácida, sin sobresaltos, a la espera de la gran cita del día, el Eurostoxx 50 cayó un 1,98% al término de la sesión, el Dax 30 alemán cedió más de un 2%, mientras que el Ibex 35 español aguantó algo mejor por la resistencia de las energéticas y parte de la banca, pero también se teñía de rojo un 1,51%, hasta los 8.063 puntos.
El mensaje de Powell, que insistió en la idea de que para restablecer la estabilidad de los precios probablemente habrá que mantener una política monetaria restrictiva durante algún tiempo, enfrió el optimismo que había alentado el dato de inflación estadounidense de julio, cuando la tasa cayó del 9,1% al 8,5%, un nivel todavía muy alto, pero que abría la puerta a un cambio de tendencia.
Pocos indicadores permanecieron ajenos a ese diagnóstico: el barril de petróleo se dio la vuelta y entró en pérdidas, no demasiado acentuadas, ante la perspectiva de que un menor crecimiento reduzca la demanda, el bitcoin, que en los últimos tiempos se ha comportado de un modo similar a los valores tecnológicos, se dejaba más de un 3%. Hasta el oro, tradicional valor refugio en momentos de turbulencias, reaccionaba con pérdidas superiores al 1%. Solo en el mercado de divisas se imponía la indecisión, con el cambio euro-dólar, muy activo en los últimos meses, prácticamente plano en torno a la paridad entre ambas monedas.
“El mensaje es claro y directo: la Fed no descansará hasta que la inflación esté bajo control”, apunta Callie Cox, analista de inversiones estadounidenses de eToro. La experta considera significativo que el tono de Powell se vuelva de nuevo agresivo, a pesar de las señales de que la inflación se está desacelerando gracias a la caída del precio de la gasolina. “Las tasas más altas y una batalla continua contra la inflación podrían ser un entorno excepcionalmente difícil para las empresas, especialmente las tecnológicas más pequeñas o más especulativas”, concluye.