Los expertos proponen una subida del SMI hasta 1.082 euros en 2023
El grupo seleccionado por el Ministerio de Trabajo plantea una horquilla con un alza de entre el 3% y el 8,2%
Los expertos elegidos por el Ministerio de Trabajo calculan que hace falta una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de entre el 3% y el 8,2% para alcanzar el 60% del salario medio neto el año que viene. Este es el objetivo al que el Gobierno de coalición se comprometió para finales de legislatura, argumentando que así se cumplía con la Carta Social Europea. Según fuentes conocedoras, el grupo de sabios plantea una horquilla con cinco opciones que situarían el SMI en 2023 en un mínimo de 1...
Los expertos elegidos por el Ministerio de Trabajo calculan que hace falta una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de entre el 3% y el 8,2% para alcanzar el 60% del salario medio neto el año que viene. Este es el objetivo al que el Gobierno de coalición se comprometió para finales de legislatura, argumentando que así se cumplía con la Carta Social Europea. Según fuentes conocedoras, el grupo de sabios plantea una horquilla con cinco opciones que situarían el SMI en 2023 en un mínimo de 1.030 euros brutos al mes en 14 pagas y un máximo de 1.082 euros. La iniciativa afectaría a cerca de dos millones de trabajadores, de acuerdo con las estimaciones del grupo de expertos convocados por la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La revalorización que está sobre la mesa sería inferior a la aprobada por el Gobierno para las pensiones, que se hará según la ley con la inflación media de este año, del 8,5%. En todo caso, la decisión final será del presidente del Gobierno. Los sindicatos han reclamado un incremento hasta los 1.100 euros. Y el Ministerio de Trabajo ha defendido que se actualicen con el IPC, igual que las pensiones. En su opinión, parece difícil subir a las pensiones altas un 8,5% y no hacerlo para los trabajadores más precarios. Por el contrario, otros departamentos del Ejecutivo recuerdan el contexto: la subida del SMI de los últimos años supera el 30%, afecta a mucha más gente y, por tanto, debería alinearse con el pacto de rentas para evitar que la inflación se enquiste. Además, las medidas del Gobierno dirigidas a estos colectivos hacen que sufran una inflación hasta dos puntos porcentuales menor que el resto, apuntan.
El encargo consistía en calcular el 60% del salario medio neto aislado del efecto de la inflación, explican fuentes conocedoras, que insisten en que el documento simplemente describe cómo alcanzar ese objetivo. Y añaden que no es una propuesta de política económica, sino de carácter técnico.
La subida del salario mínimo para 2023 es una de las decisiones que debe adoptar el Gobierno en las próximas semanas. Este límite retributivo está situado actualmente en los 1.000 euros en 14 pagas, tras acumular una revalorización del 36% desde que el presidente Sánchez llegó a la Moncloa y algo superior al 10% en los tres años de la presente legislatura, que empezó en 2019.
Los partidos que integran el Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos, sellaron en el acuerdo de Gobierno subir el SMI al 60% del sueldo medio neto al final de la legislatura. Para ello, el Ministerio de Trabajo creó en 2021 un grupo de expertos a los que encargó el cálculo del salario medio neto en España. Tras meses de análisis, los académicos presentaron sus conclusiones: hasta una horquilla entre 1.012 euros y 1.049 euros en 14 pagas en 2023. Pero la crisis energética, la escalada de precios y la pérdida de poder adquisitivo han modificado el contexto. Además, en los últimos meses se han publicado nuevas remesas de datos salariales que han llevado al Departamento que dirige Yolanda Díaz a realizar un nuevo encargo a los expertos. El pasado septiembre les encomendó que actualizasen estas proyecciones, ya que las cifras que se habían manejado como referencia habían quedado obsoletas. Los expertos se habían basado en la Encuesta anual de Estructura Salarial de 2018, que situaba el salario bruto anual en los 24.009 euros. Pero el INE después actualizó la estadística el pasado junio con la publicación de 2020, que fijaba el salario bruto anual en 25.165 euros, dejando desfasados los cálculos iniciales del grupo de académicos.
De modo que los expertos se pusieron a trabajar con esta nueva misión. Tenían que proyectar cómo habían evolucionado los salarios en 2021 y 2022 para completar los cálculos, pero se encontraron con un obstáculo. Las cifras salariales a partir de 2020 estaban afectadas por los trabajadores en ERTE. Había que calcular el salario medio neto de 2022 a partir de datos de 2020 y 2021, unos años en los que se disparó la volatilidad de los indicadores laborales. Durante el primer año de la pandemia, más de 3,2 millones de trabajadores estuvieron en un expediente de regulación temporal de empleo. Por este motivo, estos economistas han tenido que destilar los datos para aislar el efecto de los ERTE. Para ello han recurrido a la Encuesta Trimestral de Costes Laborales, también publicada por el INE, y a la evolución de los convenios colectivos. Estos datos son menos precisos que la Encuesta de Estructura Salarial, de carácter anual y con información más completa sobre la retribución exacta por hora trabajada. Sin embargo, esta última va con retraso, así que se ha tenido que actualizar usando los otros indicadores e incorporando la información de los trabajadores en ERTE. Había que aislar los afectados en ERTE del resto de indicadores para tener un cálculo más fino y robusto.
Durante las reuniones del comité se han realizado diferentes propuestas para ir afinando los cálculos, algunas se han aceptado y otras se han rechazado. El resultado final consiste en cinco alternativas que definen el salario medio neto, en función de diferentes métodos de cálculo, y que varían entre los 965 euros y los 1.008 euros netos (después de aplicar el IRPF y las cotizaciones sociales del trabajador). En términos brutos, como suele difundirse el nivel del SMI, la recomendación de los académicos establece un aumento de entre 1.030 euros y 1.082 euros brutos mensuales en 14 pagas.
De aprobarse la subida máxima del 8,2%, el SMI se habría revalorizado un 47% en cinco años, desde que Pedro Sánchez desembarcó en La Moncloa en 2018, o un 20% en la presente legislatura.
Según Eurostat, España es uno de los países de la UE que más ha incrementado el salario mínimo desde 2018. Otros de la Europa del Este incluso lo han aumentado algo más, pero parten de niveles muy bajos y todavía tienen salarios mínimos muy inferiores al español. Otros países han llevado el SMI a cotas más altas pero con porcentajes de subidas más moderadas. Así, Bélgica, Alemania, Francia, Países Bajos o Irlanda presentan un salario mínimo más elevado que el español, aunque sus salarios medios también son más altos.
El grupo de expertos para determinar la cuantía de la subida del SMI ha recibido varios informes sobre el impacto que la revalorización del salario mínimo de 2019, del 22%, tuvo en el mercado laboral. En general estos estudios encargados por Trabajo han destacado que ha conseguido una reducción de la pobreza laboral. De entre estos sobresale el de la Fundación ISEAK, según admiten fuentes conocedoras. El documento, coordinado por Sara de la Rica, analiza si los efectos positivos de incrementar el SMI son mayores que los efectos perversos. Entre las consecuencias positivas, detecta una disminución de la desigualdad salarial con un mayor impacto entre las mujeres, los jóvenes y los extranjeros. Incluso halla que hubo efectos positivos para escalas salariales superiores, que se beneficiaban de un efecto cascada al conseguir también mejoras salariales en consonancia, superando en total los 3 millones de trabajadores beneficiados, el 9% de los asalariados.
El estudio concluye que a corto plazo el alza del SMI no aumentó el riesgo de pérdida de empleo o de reducción de jornada, según explicó este fin de semana De la Rica en EL PAÍS. Sin embargo, un seis meses después de la subida, el informe reconoce un ligero impacto negativo en el empleo y las horas. Así, en 2019 se perdieron 28.000 puestos de trabajo, según la estimación de ISEAK siguiendo la evolución de contratos concretos anonimizados. Si bien matiza que esta pérdida es modesta si se tiene en cuenta que se trata de unos colectivos en los que hay una alta inestabilidad, con un 25% de las personas perdiendo su puesto de trabajo tanto en la muestra analizada como en el grupo de control con el que se comparaba.
El Banco de España hizo además una estimación sobre cuánto empleo se perdió y cuánto se dejó de crear con la subida de 2019: analizaba cómo habían evolucionado los contratos en tramos salariales inmediatamente superiores y los comparaba con los afectados por la subida del SMI. La contratación en estos dos grupos tradicionalmente había evolucionado de forma similar. Sin embargo, el supervisor encontró que con el alza del SMI se había comportado peor el empleo en los trabajadores afectados por la subida. De esta forma, concluía que sin la subida del salario mínimo habría habido entre 98.000 y 180.000 puestos de trabajo más.