“Las empresas tendrán que afrontar la mayor reinvención económica desde la Segunda Guerra Mundial”
Jean-Marc Ollagnier, consejero delegado de Accenture Europa, señala el retraso tecnológico de las empresas europeas frente a las estadounidenses como una de las claves de la competición global
El mundo afronta una extraordinaria mezcla de desafíos y nuevas oportunidades. Jean-Marc Ollagnier, CEO de Accenture Europa, se declara convencido de que, en este contexto, “las empresas tendrán que afrontar la mayor reinvención económica desde la Segunda Guerra Mundial” y que “la economía y la sociedad encaran una transformación más amplia en la próxima década que en el tiempo transcurrido desde 1945 hasta ahora”. Ollagnier (Lyon, 1961), cuyo cargo le permite tener una visión especial sobre el panorama empresarial europeo, c...
El mundo afronta una extraordinaria mezcla de desafíos y nuevas oportunidades. Jean-Marc Ollagnier, CEO de Accenture Europa, se declara convencido de que, en este contexto, “las empresas tendrán que afrontar la mayor reinvención económica desde la Segunda Guerra Mundial” y que “la economía y la sociedad encaran una transformación más amplia en la próxima década que en el tiempo transcurrido desde 1945 hasta ahora”. Ollagnier (Lyon, 1961), cuyo cargo le permite tener una visión especial sobre el panorama empresarial europeo, concedió esta entrevista el lunes en el local de la consultora en la célebre Promenade de Davos. Accenture Europa facturó 20.000 millones de euros en la región en 2022.
Pregunta. ¿Cómo ve la posición de las empresas europeas en este mundo con grandes desafíos, con la guerra en Ucrania y sus graves consecuencias para el continente, con la realineación geopolítica ante China, con el proteccionismo de EEUU?
Respuesta. El mundo entero afronta una policrisis, pero la situación europea tiene algunos importantes aspectos específicos. El primero es que la situación energética es más grave que en América del Norte, que tiene recursos, y parte de Asia, que goza de exportaciones baratas de Rusia. El segundo es la cuestión tecnológica. Europa estaba atrás con respecto a EE UU, pero el estallido de la pandemia ha sido un gran acelerador de adopción de tecnología. El tercero es que las empresas europeas están algo mejor en materia de sostenibilidad financiera que las estadounidenses o asiáticas, pero actúan en un contexto de crecimiento más lento. En Europa hemos invertido menos en I+D y en tecnología en comparación con América del Norte y China, lo que se traduce en menor crecimiento. Noto un convencimiento muy amplio sobre la necesidad de un cambio profundo y, pese a las dificultades del corto plazo, no veo a los consejeros delegados europeos especialmente negativos o pesimistas.
P. Señala que las empresas europeas han acelerado en el aspecto tecnológico después de la pandemia. Pero un informe reciente de su compañía apunta a que siguen muy detrás de las estadounidenses. Se trata de una dinámica histórica. ¿Es realista pensar que pueden cerrar la brecha?
R. Cuando se mira a la media, la realidad es la que usted describe. Cuando se baja a los detalles, se encuentran empresas europeas líderes en sus sectores que compiten muy bien con las de EE UU. Pero en Europa hay una infrainversion histórica, bastante grande, de unos 100.000 millones de dólares, y será difícil recuperar. Usted tiene razón, probablemente muchos tendrán problemas para cerrar la brecha.
P. La guerra de Rusia ha alimentado una reflexión acerca de los peligros de depender mucho de un adversario que podría convertirse en un enemigo. EE UU está moviéndose con decisión en la senda de reducir dependencia y frenar exportaciones a China. En Europa hay un debate abierto sobre qué hacer. ¿Usted qué percibe? ¿Qué están haciendo las empresas europeas?
R. No sabemos qué va a pasar. Probablemente, está emergiendo un nuevo orden mundial, vemos más intervencionismo de los Gobiernos. Lo que sí sabemos es que no es fácil romper el juguete de la globalización de un golpe. No trabajamos pensando en un escenario final definido, pero se nota un cambio en cómo los líderes empresariales ya otorgan al riesgo geopolítico mucho más peso que antes. Se pondera el riesgo, y se trata de reducir, si se puede. Esto está ocurriendo, hay decisiones en materia de cadenas de suministros. No son decisiones de blanco o negro, por lo general los CEO buscan diversificación. Es probable que esto vaya a más si la sensación de riesgo geopolítico continúa.
P. El desarrollo de tecnologías verdes es una de las cuestiones centrales. EE UU ha aprobado grandes subsidios y hay fricciones al respecto. ¿Cómo ve ese sector?
R. En general, desde el estallido de la pandemia vemos más intervencionismo. IRA (siglas en inglés de la ley de Reducción de la Inflación, la medida legislativa que activa los subsidios de EEUU) es una decisión de enorme tamaño, y lógicamente todo el mundo mira a eso. Ahora, Europa ha implementado ese tipo de políticas en el pasado. En España, por ejemplo, se ha fomentado la instalación de renovables. Creo que hay mucha voluntad en Europa de seguir actuando en ese sentido.
P. A medio y largo plazo, ¿es usted optimista de que las empresas europeas puedan ser competitivas en el escenario global frente a EEUU y China?
R. Se puede ser optimista. Si se mira a lo que pasa, la agenda de emisiones cero, la innovación tecnológica, las nuevas expectativas de los consumidores, vamos a tener que liderar la mayor reinvención económica vista desde la Segunda Guerra Mundial. Eso es lo que hay. En la próxima década tendremos que reinventar la economía y la sociedad más de lo que hemos visto desde 1945. Habrá problemas en el corto plazo. Debemos tenerlo claro. Pero en el horizonte veo una oportunidad que no he visto antes. Gobierno, empresas y personas se están alineando como nunca antes en la idea del cambio, en la necesidad de una reinvención.