La banca italiana se hunde en Bolsa por el nuevo impuesto sobre sus beneficios extraordinarios
Meloni, que sorprende al sector financiero, espera recaudar 3.000 millones de euros con el nuevo tributo
El anuncio ha llegado por sorpresa antes de las vacaciones de verano. El Gobierno italiano, liderado por Giorgia Meloni, gravará con un nuevo impuesto temporal del 40% los beneficios extraordinarios de los bancos, es decir, los que han obtenido por la subida de los tipos de interés y que han supuesto el encarecimiento de los préstamos y las hipotecas. El nuevo gravamen sobre este tipo de ganancias, que se atribuyen principalmente a los movimientos del ...
El anuncio ha llegado por sorpresa antes de las vacaciones de verano. El Gobierno italiano, liderado por Giorgia Meloni, gravará con un nuevo impuesto temporal del 40% los beneficios extraordinarios de los bancos, es decir, los que han obtenido por la subida de los tipos de interés y que han supuesto el encarecimiento de los préstamos y las hipotecas. El nuevo gravamen sobre este tipo de ganancias, que se atribuyen principalmente a los movimientos del Banco Central Europeo (BCE) en su batalla contra la inflación, se destinará a “apoyar las hipotecas” y “a las rebajas fiscales”.
La medida ha causado asombro en el país transalpino, ya que la propuesta no estaba en el orden del día difundida antes del Consejo de Ministros, que se celebró en la tarde del lunes. Además, el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, había negado hace semanas que el Ejecutivo estuviera trabajando en algo similar. El diario La Stampa señala que “ni la Asociación de Bancos, ni los grandes banqueros, ni miembros importantes de la coalición de Gobierno sabían nada al respecto”.
Roma espera recaudar alrededor de 3.000 millones de euros con el impuesto sobre los beneficios extraordinarios de los bancos. Aunque aún no se han publicado los detalles finales del decreto, el Gobierno ha explicado que el gravamen se activará si el margen de intereses registrado en 2022 “supera el valor del ejercicio 2021 en al menos un 5%”. Ese porcentaje se eleva al 10% si se compara 2023 con el año anterior. En cualquier caso, el impuesto no podrá superar el 25% de los fondos propios del banco al cierre de sus cuentas en 2022, y deberá pagarse a lo largo de 2024.
El vicepresidente del Gobierno y ministro de Transportes e Infraestructuras, Matteo Salvini, fue el encargado de comunicar el plan y habló de “una norma de igualdad social”. “Se trata de una medida congruente que irá a alimentar las rebajas fiscales y a apoyar las hipotecas” porque “no estamos hablando de unos puñados de millones, sino de miles de millones”, dijo. El ministro explicó que “toda la recaudación se destinará a dos partidas: ayudas a las hipotecas de primera vivienda y rebajas fiscales”, e indicó que “la subida de tipos del BCE ha provocado un aumento del coste del dinero para los hogares y las empresas. No ha habido una subida igual de diligente, rápida e importante para los consumidores”.
Aunque el viceprimer ministro no especificó sobre cómo piensa utilizar el Gobierno esos fondos, parece que con los fondos obtenidos se tratará de ayudar a quienes tienen hipotecas a tipo variable y sufren apuros para cumplir con sus cuotas debido a la subida de los tipos de interés.
La iniciativa es similar a la llevada a cabo en España por el Gobierno Pedro Sánchez a finales de 2022 y que generó un choque con el Banco Central Europeo, que se manifestó contrario a este tipo de impuestos al considerar que restringen el crédito o perjudican la solvencia del sector.
Aunque aún no se conozca la letra pequeña del proyecto, el anuncio ha provocado el desplome en el mercado de las principales entidades bancarias a inicios de la sesión del martes. En las primeras horas de cotización se quemaron cerca de 10.000 millones de capitalización del sector. La cifra triplica lo que se supone que ganará el Gobierno con la iniciativa, atendiendo a las primeras estimaciones.
Caída generalizada
Al cierre de mercado, los peor parados fueron Banca Popolare dell’Emilia Romagna y Banca Monte Paschi di Siena, con pérdidas superiores al 10%, seguidos de Finecobank (-9,91%). El banco Bpm e Intesa Sanpaolo registraron caídas por encima del 8%, mientras que Unicredit se dejó un 6% de su valor. En general, no se libró nadie en el sector. Banca Generali, Banca Mediolanum y Mediobanca registraron descensos de entre el 2 y el 6%..
Los analistas calculan que el beneficio neto de los bancos en 2023 podría reducirse en torno a un 10%. Los cálculos iniciales sólo para 2023 proyectan un impacto potencial de más de 2.800 millones, pero imaginando una aplicación retroactiva, también sobre los resultados de 2022) podrían añadirse otros 1.500 millones a esta cifra. “Vemos este impuesto como sustancialmente negativo para los bancos debido tanto al impacto en el capital y las ganancias, así como al costo de capital de las acciones bancarias”, escribieron los analistas de Citigroup.
El Gobierno presidido por la ultraderechista Giorgia Meloni, en el cargo desde octubre, lleva tiempo haciendo mucho hincapié en la cuestión de las hipotecas. Siempre ha criticado la política del BCE de subir los tipos de interés, por las consecuencias que ha tenido en las cuotas hipotecarias de quienes tienen hipotecas a tipo variable, que en Italia son muchas. Por eso es un tema candente en el país transalpino.
Hasta ahora, el Ejecutivo apenas había tomado medidas en esta materia. Se había limitado a cerrar un acuerdo con la Asociación Bancaria Italiana para aliviar las cargas de las cuotas de las hipotecas que incluye recomendaciones para los bancos como ampliar la hipoteca, pasar a un tipo fijo o solicitar una suspensión temporal de pagos. Son todas medidas que ya existían sobre el papel y que los bancos no están obligados a adoptar, por lo que el resultado no ha sido el esperado.
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