La patronal de las pymes denuncia los “efectos negativos” de las subidas del salario mínimo en plena negociación
Cepyme calcula que una nueva mejora colocaría el SMI en el 70% de la remuneración media de las compañías pequeñas y medianas
Los agentes sociales están a la espera de que el Ministerio de Trabajo les convoque a una tercera reunión para negociar una nueva subida del salario mínimo (SMI). La última reunión se saldó con el compromiso del departamento de Yolanda Díaz de que intentaría convencer al Ministerio de Hacienda para subir algunas contratas administrativas, ...
Los agentes sociales están a la espera de que el Ministerio de Trabajo les convoque a una tercera reunión para negociar una nueva subida del salario mínimo (SMI). La última reunión se saldó con el compromiso del departamento de Yolanda Díaz de que intentaría convencer al Ministerio de Hacienda para subir algunas contratas administrativas, de manera que absorban el coste del incremento del SMI. Los empresarios dicen que esta posibilidad es la única vía (junto a una deducción de las cuotas en el sector agrícola) para que participen en el acuerdo, que se podría cerrar en torno a un 4% de subida, según lo planteado por Trabajo. Pero Hacienda ya ha cerrado la puerta a esa indexación, lo que complica muchísimo la foto tripartita que busca Díaz. En ese contexto y en plena negociación, uno de los actores junto a CEOE, CC OO y UGT, la patronal de las pequeñas empresas Cepyme, ha publicado un informe en el que detalla los “efectos negativos” que han causado, según su análisis, las últimas subidas del SMI.
En el texto Repercusión de la subida del SMI en la pyme española, la organización dice que la subida del 47% del salario mínimo desde 2018 (de 735,9 euros brutos en 14 pagas a 1.080) causa problemas importantes a las pequeñas empresas. “Las pymes son las más afectadas por estos continuados incrementos del SMI. Un nuevo incremento situaría el SMI, en términos netos, en el 70% de la remuneración media de estas empresas”, estima el estudio. Este análisis parte de una subida del SMI hasta 1.135 euros (un alza del 5%), pero si culmina la propuesta de Trabajo se situaría en 1.123.
Estos incrementos, denuncia Cepyme, coinciden con un aumento de los costes que soportan las pymes, de un 19,3% en los dos últimos años “mientras que las ventas sufren una desaceleración, lo que deteriora la situación de las empresas”. “Al mismo tiempo”, continúa el estudio, “las alzas del SMI no responden a una mejora de la productividad, sino al contrario. Entre 2018 y 2023, la productividad registró en España una caída del 3,8%, la mayor entre los países más avanzados, que tuvieron un incremento medio del 4,6%. La productividad de las pymes se sitúa en el mismo nivel que en 2015 y un 9,6% más baja que en 2009″.
Partiendo de ese análisis, el equipo económico de Cepyme considera que las subidas del SMI han impedido la creación de unos 163.000 empleos. Es un cálculo algo diferente al que algunas voces empresariales emitieron durante la primera fase de incrementos del SMI, cuando no solo se hablaba de dejar de crear trabajo, sino de su destrucción. Esos pronósticos se equivocaron: desde 2018 la tasa de paro ha caído del 14,6% al 11,8% y el número de ocupados se ha disparado de 19,5 millones a 21,3.
Cepyme advierte otro efecto negativo en las subidas del salario mínimo, en materia de negociación de convenios: “Se ha observado un desplazamiento ascendente en las tablas salariales de muchas compañías, incidiendo en mayor medida en los tramos inferiores. Asimismo, estos incrementos han influido en la negociación colectiva, dejando obsoletos muchos convenios en vigor e interfiriendo además en muchas de las 4.500 mesas de negociación colectiva que están conformadas en España”. Los sindicatos, sin embargo, hacen un análisis positivo de esta circunstancia. Gracias al empuje del salario mínimo muchos convenios que llevaban años bloqueados al fin se han reabierto.
De cualquier forma, el principal mensaje que subyace en el análisis de Cepyme es que las subidas del SMI no toman en cuenta la marcha de las empresas, ni la realidad de cada sector, ni los diferentes niveles de vida de cada territorio. Al respecto de este último factor, la patronal de las pequeñas empresas asegura que en 38 provincias el SMI se sitúa por encima del 60% del salario medio provincial. “Esto tiene grandes implicaciones en la productividad empresarial, así como en la negociación de los convenios colectivo”, valora. “Los incrementos del SMI de los últimos años no se ajustan al contexto empresarial, en el que no hay ganancias de productividad y resulta especialmente gravoso para las pequeñas empresas”, finaliza Cepyme.
Negociación del SMI
Con las dos condiciones antes descritas (indexación y deducciones en el campo), la patronal pone encima de la mesa un incremento del 3% del SMI para 2024, que se podría ampliar con un 1% adicional a final de año si la inflación cierra por encima de esta cifra. Así, el guarismo es parecido al que plantea Trabajo, pero las condiciones que acompañan la oferta empresarial son las que les alejan del acuerdo. Fuentes empresariales ven muy difícil participar en el pacto sin estos dos elementos, con especial énfasis la indexación.
Los sindicatos se manifiestan a favor de contemplar la indexación, pero no creen que deba ser una línea roja en la negociación del SMI. Lo que sí rechazan son las deducciones agrarias, dadas las “malas condiciones laborales” que advierten en el sector. Por otro lado, las centrales creen que un incremento del 4% se queda corto, que debe ser algo superior para compensar el golpe de la subida de los alimentos y otros productos básicos en el último año (de en torno al 10%).
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