Productividad y pérdida de capital humano

La clave para que las empresas sean más productivas es reforzar la inversión en la educación de sus trabajadores

Alumnos de formación profesional de la Escola del Treball, en Barcelona.Gianluca Battista

Abundan los análisis que expresan la preocupación por la baja productividad de la economía española. A primera vista la productividad es un concepto sencillo. El resultado de dividir la producción realizada, (el Producto Interior Bruto) por el número de trabajadores o las horas trabajadas. Si crece más deprisa el empleo, como ha ocurrido en los últimos años, la productividad disminuye. Sin embargo, la realidad es bastante más compleja.

Un estudio de...

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Abundan los análisis que expresan la preocupación por la baja productividad de la economía española. A primera vista la productividad es un concepto sencillo. El resultado de dividir la producción realizada, (el Producto Interior Bruto) por el número de trabajadores o las horas trabajadas. Si crece más deprisa el empleo, como ha ocurrido en los últimos años, la productividad disminuye. Sin embargo, la realidad es bastante más compleja.

Un estudio del economista sénior de CaixaBank Research, Javier García Arenas destaca la brecha existente entre nivel de productividad español y el de la zona euro. En 2022 la producción por hora trabajada en España era un 76% del valor registrado en la eurozona y solamente el 63% de Alemania. Y subraya que lo preocupante es que “esta brecha apenas se ha reducido en la dos última décadas, (en el año 2000, el PIB por hora trabajada español era el 74% del de la eurozona y el 61% de Alemania)”. El autor explica que una de las claves de estas diferencias radica en la calidad del capital humano de una economía. Cita un estudio del Banco de España que indica que existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y de los empresarios españoles con respecto al promedio de la eurozona. También señala que la productividad de las grandes empresas es más del doble que el de las microempresas.

Muchos de los análisis sobre la productividad, no obstante, centran su atención en la productividad de los trabajadores y en la regulación laboral. En el Reino Unido, un estudio de The Productivity Institute (TPI) sobre la evolución de la productividad en los países del G- 20, apunta que “las políticas para fortalecer el capital humano siguen siendo cruciales para permitir que los trabajadores se adapten a los cambios estructurales asociados con el rápido cambio tecnológico, especialmente porque la fuerza laboral en muchos países del G-20 está envejeciendo rápidamente”.

El tan relevante capital humano es lo que España está perdiendo dramáticamente. Durante los últimos años se ha registrado un fuerte aumento de españoles con alta cualificación académica y formación profesional que emigran a Europa y Estados Unidos. Son empleados por empresas más productivas. En 2021 y 2022 han emigrado 381.000 y 426.000 personas, respectivamente, según estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Un 56% de estos emigrantes profesionales fueron contratados por empresas europeas y un 4,5% por compañías de América del Norte. El trabajo estima que el valor del capital humano perdido en 2022 fue de 154.800 millones de euros, un 40% más que en 2019.

Para ganar productividad algunos Estados refuerzan su inversión en educación y en investigación y desarrollo. A la vista de estos datos quizá tenga más sentido hablar pérdida de productividad de las empresas españolas que de sus trabajadores. A los profesionales españoles se los rifan las empresas europeas como ha explicado muy bien este diario.

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