La AIE teme que solo el 7% de los proyectos de hidrógeno verde anunciados estén listos en 2030
La caída en el precio de los paneles solares acelera el despegue de las renovables en todo el mundo. El brazo energético de la OCDE ve factible el objetivo de triplicar la capacidad instalada a finales de la década
Baño de realidad de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ante la proliferación de planes de inversión en hidrógeno verde. El brazo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para cuestiones energéticas alerta este jueves, en ...
Baño de realidad de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ante la proliferación de planes de inversión en hidrógeno verde. El brazo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para cuestiones energéticas alerta este jueves, en su monográfico anual sobre energías renovables, de que solo el 7% de estos proyectos a escala global estarán en producción en 2030.
“Los planes y la implementación no coinciden”, avisa el organismo con sede en París. “La lentitud hasta llegar a la decisión de inversión, junto con el apetito limitado de los compradores [de hidrógeno libre de emisiones] y los mayores costes de producción han llevado a un progreso más lento”. El hidrógeno es un vector esencial para la descarbonización de las sectores más difíciles de electrificar, como las industrias que requieren de muy altas temperaturas (como la cerámica), la aviación o el transporte de mercancías por mar.
En este contexto, la AIE llama a los gobiernos a poner en marcha “políticas coherentes de respaldo de la demanda” para amarrar la viabilidad futura de estos proyectos y acelerar las inversiones reales. Asegurarse, en fin, de que los anuncios no se quedan en papel mojado, como teme: “Pese a los anuncios de nuevos proyectos e hidroductos [las tuberías por las que viajará ese vector energético], el progreso de los ya planeados ha sido lento”. Una realidad que le lleva, incluso, a revisar a la baja sus previsiones globales de producción de hidrógeno renovable con la única excepción de China.
Esa es la nota más amarga de un estudio, por lo general, optimista sobre el despliegue de las fuentes verdes de energía a escala global: la capacidad renovable está creciendo más rápido que nunca antes en las tres últimas décadas. Un ritmo que invita, incluso, a pensar en que será posible cumplir el objetivo fijado en la reciente COP de Dubái de triplicar la potencia instalada de aquí a finales de la década.
La capacidad renovable global creció un sobresaliente 50% el año pasado, hasta rozar los 510 gigavatios (GW). Para poner la cifra en contexto, es cuatro veces la potencia total instalada en España, centrales nucleares y térmicas (gas y carbón) incluidas. Un estirón posible, sobre todo, gracias a una tecnología —la solar fotovoltaica, que aporta las tres cuartas partes del aumento— y a un país —China, aunque en Europa, Estados Unidos y Brasil las nuevas instalaciones también crecieron a niveles récord—.
Esto es solo el principio. Con los mimbres actuales, las proyecciones de la AIE pasan por que el mundo añada 7.300 GW de nueva capacidad renovable en los cinco próximos años. El sol y el viento aportarán el 95% de ese crecimiento.
Paneles un 50% más baratos
La fuerte caída en el precio de los paneles fotovoltaicos es un catalizador esencial de la subida prevista. En el año recién terminado, el coste de estos módulos cayó un 50% respecto al año anterior. Y esta tendencia, lejos de frenarse, debería continuar en los próximos años, según los técnicos del organismo con sede en París. La razón de esta caída hay que encontrarla, sobre todo, en el inusitado crecimiento de las fábricas: la capacidad de producción cerrará este año en 1.100 GW, más que la demanda prevista.
El contrapunto es la industria eólica occidental, que navega en un entorno “más desafiante” por una combinación de factores: cortes en la cadena de suministro, mayores costes y tramitaciones administrativas más lentas de los proyectos.
Con todo, “tanto la solar terrestre como la solar fotovoltaica son hoy más económicas que las nuevas centrales alimentadas con combustibles en prácticamente todo el mundo, y también más baratas que las ya existentes en la mayoría de países”, subraya el jefe de la Agencia, Fatih Birol.
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