La OCDE eleva las previsiones de crecimiento para España en 2024 en una décima, hasta el 1,5%
El organismo recorta sus proyecciones para la zona euro hasta el 0,6% por la crisis en Alemania
Los organismos internacionales arrancan el año con un tono más positivo que en 2023. Estados Unidos, que se consolida como gran potencia económica, sigue exhibiendo una enorme fortaleza e impulsando la actividad global. Y a su vez, Europa continúa perdiendo fuelle al acusar la mayor subida de tipos de interés jamás realizada por el Banco Central Europeo (BCE) y lastrada por la gripada locomotora alemana. Ese es el panorama que dibujan las pri...
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Los organismos internacionales arrancan el año con un tono más positivo que en 2023. Estados Unidos, que se consolida como gran potencia económica, sigue exhibiendo una enorme fortaleza e impulsando la actividad global. Y a su vez, Europa continúa perdiendo fuelle al acusar la mayor subida de tipos de interés jamás realizada por el Banco Central Europeo (BCE) y lastrada por la gripada locomotora alemana. Ese es el panorama que dibujan las primeras previsiones de este ejercicio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que elevan el crecimiento de la economía española para 2024 en una décima respecto a las que esbozó el pasado mes de noviembre. El club de los países ricos augura que España se expandirá un 1,5% en 2024 y un 2% en 2025, por encima de sus principales socios de la zona euro.
Las previsiones económicas se han convertido en un complejo ejercicio, repleto de notas al pie y asteriscos. Las primeras proyecciones de la OCDE en marzo de 2023 preveían un crecimiento económico para España del 1,7%, lejos de las previsiones del 2,4% que había plasmado el Gobierno su cuadro macroeconómico. A golpe de actualización, seis meses después, el organismo ya elevaba su estimación al 2,3%. Y volvía a quedarse corta: la economía española avanzó finalmente el año pasado un 2,5%, desbordando los análisis efectuados prácticamente por todas las instituciones internacionales. En los primeros compases de 2024, la OCDE vuelve a estar lejos del Ejecutivo al señalar un crecimiento del 1,5%, medio punto inferior al contemplado en los planes remitidos a Bruselas. Sin embargo, ese dato supone un alza de sus cálculos anteriores, probablemente tras constatar el buen cierre de 2023.
El dato de España destaca dentro del conjunto de la zona euro, que sigue arrastrando los pies por los efectos de la subida de tipos del BCE. “Europa está sintiendo los efectos de reducción de la demanda por el endurecimiento de las políticas. Se espera que el crecimiento en la zona del euro se mantenga débil durante el primer semestre de 2024 antes de recuperarse de manera constante a medida que se fortalezcan los ingresos reales”, apunta el documento del organismo con sede en París. La zona euro continúa perdiendo terreno respecto a sus dos grandes competidores globales, Estados Unidos y China. Tras un 2023 en el que los países de la moneda única han flirteado con la recesión, la OCDE enfría sus pretensiones para este año y cree que solo crecerá una décima más, el 0,6%. Para 2025, el club de los países ricos espera un avance superior, pero igualmente bajo, del 1,3%.
Alemania, que está siendo el país más tocado por la crisis energética y la subida de tipos, sigue quedando rezagada en la recuperación económica. La OCDE reduce sus augurios para el país en tres décimas este 2024, hasta el 0,3%, y en otra décima menos en 2025, hasta el 1,1%. Las perspectivas también son modestas para Francia (0,6% en 2024 y 1,1% en 2025) e Italia (0,7% este año y 1,2% el que viene). Mejores son las perspectivas de inflación, que la OCDE espera que se sitúe en el 2,6% en 2024 y en el 2% el año que viene en el conjunto de la zona euro. Esa mejora da una idea de la rapidez con la que se está produciendo el proceso de desinflación, que está metiendo presión al BCE para abordar ya las primeras bajadas de tipos de interés ante la amenaza de provocar una recesión en la zona euro. En España, la OCDE prevé que el alza de precios sea algo más persistente, con una inflación media del 3,3% en 2024 y del 2,5% en 2025.
Bajadas de tipos
La moderación de los precios hace que la OCDE abra la mano por fin a las bajadas de tipos, que algunos mercados emergentes ya han puesto en marcha. “La política monetaria debe seguir siendo prudente para garantizar que las presiones inflacionarias subyacentes se contengan de forma duradera. Existe margen para reducir los tipos de interés oficiales a medida que la inflación disminuye, pero la orientación política debería seguir siendo restrictiva en la mayoría de las principales economías durante algún tiempo”, subraya el documento. De hecho, la OCDE contempla ya rebajas de tipos en el segundo trimestre en EE UU y en el tercero en la zona euro.
De nuevo, las previsiones publicadas este lunes por el organismo están repletas de advertencias. La principal amenaza que puede trastocar esas previsiones pasa por la escalada de las tensiones geopolíticas. “Las altas tensiones geopolíticas son un riesgo significativo a corto plazo para la actividad y la inflación, particularmente si el conflicto en Medio Oriente perturbara los mercados energéticos”, apunta el documento. No es el único riesgo. “Las persistentes presiones sobre los precios de los servicios también podrían generar sorpresas al alza en la inflación y desencadenar una revisión de los precios en los mercados financieros a medida que se reevalúen las expectativas de flexibilización de la política monetaria. El crecimiento también podría ser más débil de lo previsto si los efectos persistentes de anteriores aumentos de las tasas de interés son más fuertes de lo esperado”, señala el informe.
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