Zegona presenta un ERE en Vodafone España para 1.198 personas, más de un 36% del total
El ajuste llega tras la compra de la empresa, cerrada hace pocos días, por 5.000 millones
Los responsables de Zegona han comunicado este miércoles la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) en Vodafone España que afectará a un máximo de 1.198 personas, más de un 36% del total de la plantilla.
El ajuste llega apenas unas semanas después de que Zegona cerrase la compra de Vodafone España por 5.000 millones de euros. La gestora británica, que ha financiado la operación, especialmente, con deuda bancaria, ha puesto al frente de las operaciones a José Miguel García, ex consejero delegado de Jazztel y Euskaltel y, por tanto, un viejo conocido del sector en territorio nacional. La compra se financió, además de una ampliación de capital de 300 millones de euros, por un paquete financiero de 3.900 millones, con una línea de crédito (Term Loan A) de 500 millones y un crédito puente de 3.400 millones, a 12 meses.
El movimiento laboral de Zegona en Vodafone España se produce en un momento de ajustes en toda la industria nacional, con los ERE acordados en Telefónica España, que ha supuesto la salida de más de 3.400 personas, y en Avatel, que afectará a más de 693 personas, en torno al 18% del total. Todo ello, en lo que va de año.
Vodafone ya ha convocado a la representación de los trabajadores para iniciar el periodo de consultas de este procedimiento de despido colectivo. Bajo la legislación actual, ambas partes tienen un mes para negociar y alcanzar un acuerdo. Es probable que en esa negociación, en la que deberán acordarse los términos de las indemnizaciones, haya una reducción del número de afectados, además de decidirse la voluntariedad de las salidas. En principio, la mesa de negociación se constituirá en un periodo máximo de 15 días.
Según la empresa, este ajuste es la única fórmula para garantizar la viabilidad y competitividad de Vodafone España a futuro y “se aborda con una actitud responsable y dialogante, desde la operadora, y con la voluntad de alcanzar el mejor acuerdo posible para todas las partes”, ha apuntado.
La compañía señala que la decisión de iniciar este procedimiento se debe a razones económicas, productivas y organizativas, determinadas por el fuerte deterioro financiero y comercial. Zegona afirma que Vodafone España ha disminuido sus ingresos totales en un 8% y ha perdido aproximadamente 400.000 clientes de contrato en los dos últimos años. De hecho, Vodafone no ha dejado de perder clientes ante la competencia de compañías como Digi desde hace ya varios ejercicios.
En cualquier caso, la teleco dice ahora que el ajuste también se debe a la necesidad urgente de efectuar un cambio organizativo y operativo, con el objetivo de redimensionar su estructura para adaptarse a la nueva realidad de mercado y recuperar la competitividad.
En un mensaje enviado a la plantilla, José Miguel García señala que su “intención es abordar el procedimiento con la voluntad de alcanzar el mejor acuerdo posible para todas las partes. Y me involucraré personalmente para garantizar que así lo sea”. El ERE es uno de los ejes del plan industrial que está activando la compañía para tratar de recuperar cuota de mercado. Vodafone España, que ha renovado la cúpula, con el fichaje de Ángel Álvarez, hasta ahora director comercial de Digi, va a impulsar nuevas tarifas y servicios con la marca low cost Lowi. Esta misma semana, la teleco anunció su decisión de eliminar la limitación temporal de los descuentos en los planes de precios de todos sus clientes particulares y autónomos.
Quinto ERE desde 2013
Lo que sí es seguro es que este será el quinto ERE que presenta Vodafone España en los últimos 11 años. En 2021, bajo el impacto de la pandemia de la Covid-19, la operadora acordó un procedimiento de despido colectivo que afectó a cerca de 450 personas.
A principios de 2019 presentó otro ERE, que supuso la salida de cerca de 1.000 trabajadores, en torno al 20% de la plantilla por aquel entonces, junto con cerca de 100 prejubilaciones. Anteriormente, Vodafone acordó sendos ERE en 2013 y 2015, este último posterior a la integración de Ono, cuya compra superó los 7.200 millones de euros, y que ha penalizado a la operadora posteriormente, como han demostrado los reiterados procesos de ajustes de plantilla. Todos estos ajustes, incluyendo el anunciado este miércoles, suponen la salida, en su conjunto, de cerca de 4.700 personas de la plantilla de Vodafone.
Vodafone, que siempre quiso plantar cara a Telefónica por el dominio del mercado en España, tendrá que buscar su hueco en un entorno en el que la nueva Masorange (la suma de Orange y MásMóvil recientemente en marcha) ya es la mayor operadora en número de clientes por delante de la firma a la que acaba de volver el Estado con un 10% de su capital. Todo ello, sin olvidar el empuje de la rumana Digi.
Reacción sindical
UGT ha señalado que, como marca la ley, negociará de buena fe con el fin de minimizar el impacto sobre el empleo y maximizar las condiciones para las personas afectadas.
El sindicato se ha mostrado muy crítico, lamentando que, una vez más, confluyen en una empresa del sector de las telecomunicaciones la voracidad de una dirección incapaz de idear soluciones reales a los problemas reales que han aquejado a Vodafone España y la inacción de una administración que no solicitó ninguna garantía para el empleo en la aprobación de la venta de Vodafone España a Zegona.
“Vodafone se estudiará en las facultades de Economía como un ejemplo de cómo la mala gestión puede dilapidar el valor de una compañía que llegó a ser líder mundial entre las operadoras de telecomunicaciones. La falta de visión estratégica, la incapacidad de leer la evolución del mercado, el desprecio a la innovación y el I+D, y el servilismo ante la voracidad de los accionistas, han llevado al grupo a una situación de desguace como la que vivimos”, dice UGT, que recuerda que las sucesivas direcciones del grupo nombraron a gestores para Vodafone España que fueron de fracaso en fracaso y de ERE en ERE.
“Ahora Zegona decide repetir un modelo fracasado. Reducir y castigar a la plantilla en aras de una supuesta futura mejora de la posición de la compañía en el mercado”, dice el sindicato.
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