Ford Almussafes afronta su travesía del desierto
La factoría valenciana negocia el cuarto ERE en cuatro años, el más grande de su historia, para aguantar la transición hasta que fabrique en 2027 un nuevo coche híbrido
El turno de las dos de la tarde acaba y el goteo de operarios que salen de la factoría de Ford en Almussafes no cesa. Era un secreto a voces pero la multinacional automovilística no concretó hasta el pasado martes que, con la actual carga de trabajo, según sus cálculos, sobraban otros 1.622 empleados de una factoría que, de aprobarse este cuarto ERE, habrá recortado a más de la mitad su plantilla en cuatro años. “Hay mucha gente y po...
El turno de las dos de la tarde acaba y el goteo de operarios que salen de la factoría de Ford en Almussafes no cesa. Era un secreto a voces pero la multinacional automovilística no concretó hasta el pasado martes que, con la actual carga de trabajo, según sus cálculos, sobraban otros 1.622 empleados de una factoría que, de aprobarse este cuarto ERE, habrá recortado a más de la mitad su plantilla en cuatro años. “Hay mucha gente y poca faena. Los ánimos andan decaídos porque la gente sigue de ERTE [son ya 16] y hay mucha incertidumbre sobre el futuro”, reconocen. Confían en que la negociación en las próximas semanas llegue a buen puerto. “Se habla de activar el mecanismo RED —con medidas de apoyo temporal para eludir los despidos— y, si se hace, será una vía de escape para la empresa hasta que se fabrique el nuevo vehículo híbrido” anunciado por Ford para 2027, precisa otro operario de la planta de pinturas.
“Ya hemos pasado por muchas. Es el cuarto ERE desde 2020 en Almussafes y la gente lo que espera son soluciones. La plantilla necesita saber cuándo y cómo se acabará. Esa es la sensación generalizada”, explica el presidente del comité de empresa de Almussafes, Carlos Faubel, de UGT. El sindicato, mayoritario en la empresa, ha celebrado este sábado una asamblea de trabajadores a la que han ido, no con las pinturas de guerra, si no para resolver sus dudas y debatir y aprobar la propuesta que llevarán a la mesa de negociación este lunes, 17 de junio. “La transformación del automóvil es de enjundia, como nunca se ha visto. Si tuviéramos la fabrica ya electrificada [estaba previsto para 2026 pero Ford congeló la inversión por las bajas expectativas de ventas], tendríamos ahora mismo un problema mayor”, considera Faubel.
El as con el que cuenta la multinacional estadounidense en esta negociación es la producción dentro de tres años en Almussafes de 300.000 vehículos híbridos al año, otros tantos motores y el montaje de baterías, pero hasta entonces sobran 626 puestos estructurales de una plantilla de 4.700, según los números de la empresa. El millar restante, incluido en este último ERE, podría ser rescatado para el nuevo modelo pero la propuesta de la compañía de despedirlos con una indemnización de 20 días por año de servicio para contratarlos de nuevo más adelante, no la aceptan. De hecho, en la mencionada asamblea de trabajadores de este sábado los asistentes rechazaron por unanimidad el planteamiento de la compañía y exigieron unas condiciones similares a las del anterior ajuste, informa Europa Press.
La situación no inquieta solo al personal de la factoría sino a todo un conglomerado de proveedores que trabaja para la multinacional americana. Solo en la Comunidad Valenciana hay más de un centenar de empresas ligadas al sector de la automoción y 25.000 puestos de trabajo directos vinculados en mayor o menor medida a la compañía del óvalo, aunque con los años se han hecho verdaderos esfuerzos por diversificar en productos y clientes. “Ha sido y es un privilegio trabajar para Ford pero la diversificación que hemos impulsado ha sido un factor clave para minimizar el impacto del descenso de producción en la planta valenciana”, reconoce el presidente del Clúster Valenciano de la Automoción (AVIA), el empresario Francisco Segura.
“Los datos evidencian que las expectativas de venta de vehículos eléctricos están muy por debajo de lo previsto. En ese contexto, creo que la apuesta de Ford por un vehículo híbrido es acertada ante la incertidumbre que genera el coche eléctrico”, añade Segura, que no duda de que la movilidad del futuro pasa por la electrificación. Mientras llega ese momento, AVIA, que sigue apostando por la formación e innovación entre sus asociados, pide a las Administraciones Públicas apoyo financiero para que las empresas puedan invertir y prepararse para 2027. “Necesitamos financiación para superar este bache”, advierte Segura. Y recuerda que el aterrizaje de Power Co. —miembro del clúster, al igual que Ford—, con la instalación de una fábrica de baterías en Sagunto, será un salvavidas para la Comunidad Valenciana.
Las Administraciones públicas miran también de reojo y con preocupación el futuro de la planta y la industria auxiliar, que en conjunto representa el 8% del PIB regional. La Generalitat Valenciana, que preside Carlos Mazón, del PP, ha reclamado al Gobierno de España que active el Mecanismo Red para amortiguar el número de despidos a través de los ERTE o reducciones de jornada, entre otras medidas. En unos días crearán un grupo de trabajo para aportar soluciones. Ford ha sido un referente para el sector de la automoción en la Comunidad Valenciana y en el resto de España: en su época dorada empleó a 10.000 trabajadores y de sus cadenas de montaje salían hasta cinco modelos diferentes de la marca, con 400.000 unidades fabricadas al año. Ahora, se ha quedado solo con la fabricación del Ford Kuga, con una plantilla mermada y las inversiones en electrificación congeladas sine die. De ahí la inquietud, porque Ford es el gran comodín exportador valenciano junto con la industria agroalimentaria.
Desde 2012 y hasta la actualidad, la multinacional estadounidense ha recibido de la Generalitat unos 185 millones de euros para formación e innovación, según fuentes de Industria. “Le estamos pidiendo al Gobierno de España que no se desentienda de sus obligaciones porque hay mecanismos muy importantes que sí que puede poner a disposición, como es el Mecanismo Red”, insiste el presidente valenciano Carlos Mazón.
Fuentes del Ministerio de Industria aseguran, tras conocerse el último ERE, que la adjudicación del nuevo vehículo para 2027 es “fruto del esfuerzo y el trabajo conjunto entre Ford, trabajadores y las Administraciones públicas”, e insisten en que desde el Gobierno de España “mantenemos un diálogo permanente con empresa y trabajadores para ayudarles en este período de transición hacia el vehículo eléctrico”. Anuncian que, de manera inminente, abordará junto a empresa, trabajadores y otras Administraciones, los posibles mecanismos que la ley actual contempla para estas situaciones transitorias”.
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