Una oportunidad perdida en el proceso de las energías renovables

El informe internacional GSR saca los colores a los gobiernos: “La transición energética no crece a la velocidad esperada”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la Feria Genera.Javier Lizon (EFE)

Suenan las alarmas en el entorno de las energías renovables. Una de las consecuencias de la crisis del gas y la guerra de Ucrania es que la transición energética, tal como se había previsto, se ha frenado y “no está creciendo a la velocidad que se esperaba”. Lo recoge el informe sobre la Situación Global de las Energías Renovables 2022 (GSR 2022) presentado el miércoles por REN21, la red de políticas internacionales dedicada a construir un futuro energético renovable. La conclusión es que se ha perdido la oportunidad de aprovechar el impulso dado para afrontar la pandemia y hace improbable que...

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Suenan las alarmas en el entorno de las energías renovables. Una de las consecuencias de la crisis del gas y la guerra de Ucrania es que la transición energética, tal como se había previsto, se ha frenado y “no está creciendo a la velocidad que se esperaba”. Lo recoge el informe sobre la Situación Global de las Energías Renovables 2022 (GSR 2022) presentado el miércoles por REN21, la red de políticas internacionales dedicada a construir un futuro energético renovable. La conclusión es que se ha perdido la oportunidad de aprovechar el impulso dado para afrontar la pandemia y hace improbable que el mundo llegue a cumplir los objetivos climáticos fundamentales durante esta década y que serán necesarios “esfuerzos adicionales” para lograrlo.

El GSR, que se presentó el pasado miércoles en la 25ª edición de la Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente (Genera), celebrada en Madrid, con la participación del presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, radiografía cada año el avance de las energías renovables a nivel mundial. El informe de 2022, decimoséptima edición consecutiva, ratifica las previsiones de los expertos: que pese a que se produjeron aumentos récord de las renovables en términos absolutos, no sirvieron para cubrir el incremento del consumo de electricidad y el porcentaje global en el consumo final de energía está estancado (sube del 10,6% de 2009 al 11,7% de 2019).

El informe señala que en calefacción y refrigeración la proporción de renovables pasó del 8,9% al 11,2% entre 2009 y 2019, mientras en transporte el progreso es preocupante (del 2,4% al 3,7%), ya que supone casi un tercio del consumo mundial de energía.

El estudio critica precisamente que los gobiernos han seguido ofreciendo subsidios a la producción y el consumo de combustibles fósiles como primera opción para hacer frente a los efectos de la crisis energética, a pesar de los compromisos sobre acción climática de alcanzar emisiones cero de gases de efecto invernadero en 2050 firmados en la COP26, en cuya declaración final se resaltó la necesidad de reducir el uso del carbón. Y lo peor es que han reducido el apoyo a las renovables. El aumento de la energía fue cubierto por combustibles fósiles, resultando a su vez un incremento del CO2 de más de 2.000 millones de toneladas en 2021, año que además hubo la mayor elevación de los precios de la energía desde la primera crisis del petróleo de 1973, con una fuerte repercusión en 136 países que dependen de la importación.

Por mucho que Rana Adib, directora ejecutiva de REN21, diga que el antiguo régimen energético se derrumba, las cosas no van como le gustaría. Insiste en que “la respuesta está en las renovables, debemos potenciar la proporción de renovables y convertirlas en una prioridad de la política económica e industrial, y no combatir el fuego con más fuego”. “Invertir en renovables nos evitará el riesgo de inflación, con una energía a precio fijo”, añadió. “Pedimos objetivos y planes a corto y largo plazo con fechas claras para acabar con los combustibles fósiles”, reseñó el presidente de REN21, Arthouros Zervos.

El estudio destaca, en ese sentido, que los países que cuentan con una mayor proporción de energías renovables en su consumo total gozan de mayor independencia y seguridad energética. Entre ellos coloca a España, junto a Portugal, Dinamarca, Irlanda e Islandia, así como a 1.500 ciudades, es decir, el 30% de la población urbana.

De España resalta que alcanzó un nuevo récord de instalaciones solares fotovoltaicas en 2021, con 4,9 gigavatios (GW) de capacidad solar añadida en 2021, un 44% más que en 2020, elevando así su capacidad total a 18,5 GW. España ocupa el segundo lugar en Europa en nuevos proyectos, por detrás de Alemania, y el séptimo a nivel mundial. Asimismo, es el segundo país europeo en capacidad eólica total (28,2 GW), después de Alemania, y el quinto a nivel mundial.

También destaca el plan del Gobierno de Pedro Sánchez de destinar 6.900 millones de euros a las energías renovables y tecnologías afines (incluido el hidrógeno renovable, el almacenamiento y la movilidad ­eléctrica).

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