CazaTuPlaza, la empresa que quiere hacer más ameno el temario de la oposición
La aplicación ofrece a las academias una plataforma para que los alumnos aumenten sus opciones para aprobar
La madrileña Irene Chía recuerda el tiempo en el que se preparó las oposiciones a docente con media sonrisa. Aprobó con buena nota y, aunque no obtuvo plaza, siempre empezaba el curso como interina desde el primer día. De aquel proceso recuerda, sin embargo, la pesadez de los temas, la dificultad para consultar los recursos —mensajes en WhatsApp, comunicaciones vía correo electrónico, documentos en Goo...
La madrileña Irene Chía recuerda el tiempo en el que se preparó las oposiciones a docente con media sonrisa. Aprobó con buena nota y, aunque no obtuvo plaza, siempre empezaba el curso como interina desde el primer día. De aquel proceso recuerda, sin embargo, la pesadez de los temas, la dificultad para consultar los recursos —mensajes en WhatsApp, comunicaciones vía correo electrónico, documentos en Google Drive, vídeos en Vimeo o YouTube— y los test que repetían las mismas preguntas una y otra vez. Por eso, cuando su pareja, Jorge Vindel, comenzó un proyecto empresarial relacionado con opositores, quiso ayudarlo. Fracasaron, pero de ahí obtuvieron el conocimiento para fundar en 2018 junto a Elena Enguiz CazaTuPlaza, plataforma que trabaja directamente con las academias, facilita un control de todo lo que necesitan sus estudiantes para aprobar y con la que han facturado 200.000 euros en 2022.
La compañía ha diseñado una plataforma —y una aplicación— de marca blanca que permite a cualquier academia la gestión del alumnado y su preparación para las oposiciones. El sistema se adapta a la línea educativa de cada centro, personaliza el diseño y dispone de herramientas para saber en qué punto está cada estudiante, qué documentos consulta, el tiempo que pasa viendo vídeos o qué elementos funcionan mejor. También hay multitud de opciones para los opositores: desde juegos para mejorar el aprendizaje, pruebas e incluso retos con la comunidad de aprendedores como ellos. Aplican inteligencia artificial al software propio para, además, conocer si el alumnado está aprendiendo o no a partir de los resultados de las pruebas. La tecnología establece el grado de dificultad en base a las respuestas ofrecidas y las personaliza centrándose en los aspectos en los que cada estudiante tenga más problemas, con el objetivo de no centrarse en aspectos que sí se dominen.
Los materiales están encriptados para que solo puedan ser consultados en la plataforma específica de cada academia. A finales de 2021 ya tenían 11 academias como clientes y en 2022 acabaron con 25. Este 2023 ya van por 42. Esperan que sea el momento del gran crecimiento, multiplicando por cuatro —hasta 800.000 euros— los 200.000 euros que facturaron en los dos años anteriores. Además de su selección para formar parte de la incubadora Lanzadera, para este impulso ha sido básica una ronda de financiación de 400.000 euros que les ha permitido pasar de cuatro a 15 trabajadores.
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