El funambulismo de los bancos centrales
El comportamiento de las Bolsas es complaciente y, tras el ‘rally’, necesitan un respiro
Esta semana, los principales bancos centrales se han reunido bajo un halo de felicidad y cierta sensación de deber cumplido. La inflación está remitiendo de forma acelerada y, a pesar de que hemos atravesado el ciclo de subidas de tipos oficiales más agresivo y rápido de los últimos 40 años, la actividad económica mundial continúa resistiendo.
Ahora bien, lejos de dar el camino por concluido, las autoridades monetarias tendrán que ...
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Esta semana, los principales bancos centrales se han reunido bajo un halo de felicidad y cierta sensación de deber cumplido. La inflación está remitiendo de forma acelerada y, a pesar de que hemos atravesado el ciclo de subidas de tipos oficiales más agresivo y rápido de los últimos 40 años, la actividad económica mundial continúa resistiendo.
Ahora bien, lejos de dar el camino por concluido, las autoridades monetarias tendrán que avanzar con un cuidado extremo. Como si de un funambulista se tratara, deberán hacer maravillas con su pértiga para mantener el equilibrio. Si, por una parte, necesitan asegurarse de que la inflación está realmente contenida, por otro lado, no podrán extender en demasía unas condiciones financieras restrictivas dado que acabarían empujando a la economía a una recesión. La balanza de riesgos de la política monetaria de cara al próximo año ha girado y, como nos ha confirmado esta misma semana la Reserva Federal de Estados Unidos, a partir de ahora, con la inflación alejándose de máximos y señales de un menor dinamismo del empleo, el foco se centrará en encontrar el momento idóneo para iniciar el ciclo de rebajas de los tipos oficiales y, sobre todo, en determinar su intensidad.
Este cambio de sesgo se reflejó con fuerza en los mercados financieros que esperan ahora seis recortes (150 puntos básicos) para los próximos 12 meses. Unas expectativas exigentes y que básicamente doblan lo señalado por los propios miembros de la Fed en sus previsiones (el conocido diagrama de puntos). Además, se da por hecho que estas rebajas comenzarían ya en la reunión del próximo mes de marzo.
La Fed ha movido su pértiga y acaloró el debate sobre la profundidad de las rebajas de los tipos oficiales en 2024. La velocidad de reacción del mercado a estas nuevas guías ha sido exagerada, ampliando el margen de decepción. Con los datos actuales, la Fed no puede dar por finalizada la batalla contra la inflación: en el último mes la economía ha creado casi 200.000 nuevos empleos, la tasa de paro está cerca de mínimos y los salarios crecen a ritmos del 4%. En este contexto, para cristalizarse las actuales expectativas de recortes descontadas por los mercados, se requeriría de una rápida normalización de la inflación o de una caída del empleo mucho más acusada, algo que difícilmente ocurrirá en los próximos meses.
La política monetaria siempre opera con retardos importantes y la experiencia histórica nos muestra que los bancos centrales no suelen salir airosos ante actos de equilibrismo. Tras el importante rally, los mercados necesitan un respiro. Nos parece que el comportamiento de las Bolsas es complaciente, tras alcanzar máximos impulsadas por la recuperación de la renta fija, pero obviando que en el pasado estos momentos de rebajas de tipos oficiales suelen coincidir con una desaceleración económica.
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