Hijo mío, acabas de heredar una aseguradora
Una decena de compañías de seguros españolas están controladas por familias o la dirección ha pasado de padres a hijos
Jesús Huerta de Soto es un catedrático de economía español conocido por sus posiciones anarco-liberales y por ser el referente ideológico del presidente de Argentina, Javier Milei. Pero Huerta de Soto es mucho más. Es un directivo multimillonario gracias a su paquete accionarial en España SA, Compañía Nacional de Seguros, una aseguradora que preside. La compañía, y el cargo, lo heredó de su padre, Jesús Huerta Ballester, que a su vez los había heredado del abuelo, Jesús Huerta Peña, quien f...
Jesús Huerta de Soto es un catedrático de economía español conocido por sus posiciones anarco-liberales y por ser el referente ideológico del presidente de Argentina, Javier Milei. Pero Huerta de Soto es mucho más. Es un directivo multimillonario gracias a su paquete accionarial en España SA, Compañía Nacional de Seguros, una aseguradora que preside. La compañía, y el cargo, lo heredó de su padre, Jesús Huerta Ballester, que a su vez los había heredado del abuelo, Jesús Huerta Peña, quien fundó la empresa en 1928. Aunque no es una compañía de seguros muy conocida, ha ido atesorando un valioso patrimonio inmobiliario y la fortuna de los Huerta de Soto supera los 150 millones de euros. No son un caso único.
En España, donde compiten a cara de perro en el sector asegurador gigantes bancarios como VidaCaixa (filial de CaixaBank), cotizadas como Mapfre, mutuas como Mutua Madrileña y multinacionales como AXA, Generali, Zurich o Allianz, hay una decena de compañías donde una familia sigue teniendo un peso específico en su accionariado, en su dirección, o en los dos ámbitos. No solo eso. “Los grandes grupos internacionales están sufriendo esta dura competencia y reduciendo cuota de mercado en la última década, por la fortaleza de las aseguradoras 100% españolas”, explica el presidente de una de las 10 compañías más grandes del país.
El caso más paradigmático de estos grupos aseguradores familiares es el del Catalana Occidente, una firma que cotiza en Bolsa. Su máximo ejecutivo es Hugo Serra, consejero delegado y vicepresidente. En 2022 tomó el relevo de su padre, José María Serra Farre quien, a su vez, había relevado al abuelo Jesús Serra y Santamans como presidente. Éste había fundado Seguros Occidente en 1947. A lo largo de las tres generaciones el crecimiento del grupo ha sido exponencial, convirtiéndose en líder mundial del seguro de caución (controlan Crédito y Caución, así como Atradius), y habiendo ejecutado un reguero de compras (Plus Ultra, Nortehispana, Seguros Bilbao, Grupo Mémora...). La familia tiene un patrimonio estimado de unos 1.500 millones de euros, lo que les sitúa entre los 25 más ricos de España. La principal posición es el 62% del capital de Catalana Occidente.
Otra de las aseguradoras españolas que cotiza en Bolsa y donde una familia tiene un importante poder es Línea Directa Aseguradora. La compañía fue fundada por Jaime Botín, el hermano del banquero Emilio Botín, y que aún mantiene un 20% del accionariado. Su hijo, Alfonso Botín-Sanz de Sautola sigue ostentando la presidencia no ejecutiva. La familia tiene un patrimonio de unos 1.400 millones de euros, pero sobre todo por su participación en Bankinter, donde también son accionistas de referencia.
Seguros de decesos
Tal y como ocurre en Línea Directa, en la mayoría de las aseguradoras familiares se ha optado por separar la propiedad y la gestión. Andrés Romero, director general de Santalucía Seguros -líder en seguros de decesos y también propiedad de los fundadores- considera que esta ha sido una de las claves del éxito del grupo, que en 2022 cumplió 100 años. “Las familias accionistas de Santalucía siempre lo han tenido muy claro: no se puede gestionar una aseguradora por medio de la intuición, sino desde un rigor analítico, técnico y actuarial”. El grupo que dirige Romero genera ingresos cada año por más de 3.500 millones de euros, y emplea a 8.500 personas. Desde hace una década han entrado con fuerza en el negocio de los fondos de inversión y de pensiones. Las tres ramas familiares que controlan la compañía tienen un patrimonio acumulado de unos 2.500 millones de euros. La presidencia de Santalucía la ostenta Carlos Javier Álvarez Navarro, cuya rama familiar controla el 33% del grupo.
El gran competidor histórico de Santalucía en las pólizas de decesos es Ocaso Seguros. Aquí también una familia está al mando. Fundada en 1920 por Ramón D’Ortega y Hervella; este fue sucedido por su hija Isabel Castelo d’Ortega, y ahora es la nieta, Isabel Elena de Mandaluniz Castelo D’Ortega. La revista Forbes calcula que el patrimonio de la matriarca, de 95 años de edad, supera los 1.400 millones de euros.
La lista de aseguradoras familiares medianas es aún más numerosa. GES, un grupo que también controla Nacional de Reaseguros y Almudena Seguros, es propiedad de la familia Sunyer Sendra, que acumula un patrimonio de uno 360 millones de euros. Su sede corporativa es colindante al Congreso de los Diputados. Otros casos de sucesión al frente de la empresa familiar son el de Patria Hispana Seguros, cuyo presidente Pedro Ramognino Miraved es nieto del fundador, Pedro Ramognino Finocchio. O el de Preventiva Seguros, cuyo presidente, Antonio Fernández-Huerga, es hijo menor, y único varón, del fundador Arsenio Fernández-Huerga. “Hace tiempo llegó a haber siete personas de la familia trabajando en la compañía”, explicaba en una entrevista.
Desde hace más de una década, el tema recurrente en el sector asegurador es la necesidad de un proceso de concentración. En España hay 200 compañías de seguros operativas, de acuerdo con datos de la Dirección General de Seguros. Las únicas fusiones relevantes de los últimos años han sido las derivadas de la reogranización del sector bancario (los grandes grupos, como CaixaBank han ido absorbiendo las aseguradoras de los bancos con los que se quedaban) y algunas operaciones de grupos internacionales, como la venta de Caser al grupo suizo Helvetia o la de Liberty Seguros a Generali. Enrique Sanz Fernández-Lomana, presidente de la Mutualidad de la Abogacía explica que “si no ha habido más operaciones es porque las compañías aseguradoras, aunque sean pequeñas, son rentables y están bien capitalizadas, por lo que los dueños o los directivos no tienen muchos incentivos para vender”.
Mención aparte merecen las mutuas donde la principal responsabilidad ejecutiva ha pasado de padres a hijos. Ese es el caso de AMA Seguros, la mutua de los profesionales sanitarios. Hace dos semanas, el consejo de administración de la aseguradora nombró directora general a Raquel Murillo. Su padre, Diego Murillo, ha sido presidente del grupo durante más de 20 años. Algo similar ocurre en la Divina Pastora, una mutua de seguros fundada para apoyar a las empleadas de hogar y que dirige Armando Nieto, hijo del anterior presidente, llamado también Armando Nieto. Su hermana Pilar Nieto Ranero fue también subdirectora general corporativa del mismo grupo.
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