Mecano y ‘El 7 de septiembre’: la verdadera historia de una canción de ruptura con final feliz
Hace 30 años el compositor Nacho Cano y la escritora Coloma Fernández Armero terminaron su relación, que él plasmó no en uno, sino en dos temas ya clásicos del pop en español
Chico conoce chica y le dedica una canción. Chico rompe con chica y le dedica otra. Sería una historia que se repite hasta la saciedad entre cualquier pareja en cuya casa haya una guitarra y un poco de ganas de hacer poesía, pero lo que hace diferente de la que estamos a punto de contar es que ambas canciones, la del romance y la de la ruptura, se convirtieron en clásicos del pop español y te las sabes de memoria. La del romance se llama La fuerza del destino (incluido en Descanso dominical, 1988). La de la ruptura, El 7 de septiembre (incluido en Aidalai, 1991). Ella era la escritora Coloma Fernández Armero (Gijón, 1962) y él, Nacho Cano (Madrid, 1963), uno de los compositores más exitosos del pop español gracias a su grupo Mecano.
“Te dije nena dame un beso / tú contestastes que no”: el amor tardó unas cuantas citas en aparecer, algunas de ellas en sitios tan particulares como un Burger King o un concierto de Los Ramones. Finalmente, la relación cuajó y duró hasta 1989
El romance entre Coloma y Nacho comenzó a principios de los ochenta, cuando ambos eran muy jóvenes (ella tenía 19 años, como indica la canción). Como Coloma explicó, fue en concreto el 7 de septiembre de 1981 y ha definido la relación con Nacho como “un amor que ha marcado toda mi vida”. En la letra de la canción hay algunas claves que dan pistas sobre como surgió aquello: cuando Nacho explica, en voz de Ana Torroja, que “una noche en el bar del oro / me decidí a atacar”, ese “oro” se refiere al Golden Village, uno de los templos de la noche madrileña de entonces situado en el barrio de Chamartín, donde Coloma acudió con una amiga y conoció a Nacho.
“Te dije nena dame un beso / tú contestastes que no”. El pretérito perfecto simple mal conjugado más famoso de nuestra memoria indicaba un romance que empezó tímido: el amor tardó unos encuentros más en aparecer, algunos de ellos en sitios tan particulares como un Burger King o un concierto de Los Ramones. Finalmente, la relación cuajó y duró ocho años, hasta 1989. Él, en un giro de guion casi metamusical, iniciaría después una relación con Penélope Cruz, que en el vídeo de La fuerza del destino (que atesora 36 millones de reproducciones en YouTube) interpretaba a esa joven Coloma.
Vídeo de 'La fuerza del destino', con una jovencísima Penélope Cruz.
Pero la relación no terminó ahí, porque como Nacho escribió en otro clásico, el que hoy nos ocupa, “aunque empeñados en soplar / hay llamas que ni con el mar”. Coloma ha recordado en alguna ocasión que la ruptura se produjo un diciembre y, el siguiente siete de septiembre, aniversario del día en que se conocieron, fueron a cenar juntos a un restaurante. “La misma mesita que nos ha visto amarrar las manos por debajo / cuida que el rincón de siempre permanezca reservado”. Ese rincón de siempre es La Parra, restaurante en la madrileña calle de Monte Esquinza que a Nacho Cano le gustaba y al que solían acudir.
La canción resultante de esa experiencia es probablemente uno de los temas de amor más extraños del pop en español. En un género que suele pescar en las aguas del amor primerizo, convulso y que consume a sus protagonistas, El 7 de septiembre habla del amor desde sus postrimerías, con una perspectiva calmada y analítica. De ese urgente y desesperado “oh, oh, oh, quiero estar junto a ti” de La fuerza del destino en 1989 se pasa a ese tímido “no sabremos si besarnos en la cara o en los labios” de 1991. De la discoteca, al restaurante. De “un ojo aquí y un diente allá”, a “las patas de gallo”.
Si un día se hiciera realidad esa fantasía nacional de que Mecano publique un nuevo disco, esperamos con ansia una actualización de esa relación 30 años después de su ruptura.
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