La más brillante de Kaspárov
Muchos aficionados citan esta impresionante partida entre las de mayor belleza de la historia
Explicar qué es la belleza en ajedrez a quien no sabe jugar es tan difícil como describir a quien nunca viaja el hechizo que la vida cotidiana de la India produce en la gran mayoría de los visitantes que se sumergen en ella, más allá de las atracciones turísticas. Por el contrario, basta con mostrar la partida de este vídeo a cualquier aficionado para que en su interior se genere un estallido de sensibilidad asociada a la contemplación de una obra de arte.
Sostiene Gari Kaspárov que esta maravilla no se habría generado si su rival, el futuro campeón del mundo Véselin Topálov, búlgaro residente en Salamanca (España), no hubiera rechazado las continuaciones conservadoras para meterse en la boca del lobo con el objetivo de saber qué había dentro. Si los dioses existen y si es verdad que hacen milagros, Caissa, la deidad del ajedrez, obró uno el 20 de enero de 1999 en Wijk aan Zee (Países Bajos), el Roland Garros del deporte mental. Y contribuyó a que Kaspárov sea todavía más grande e inmortal de lo que ya era.
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