Cuello, pecho y escote, tres grandes olvidados
La piel del cuello, el escote y el pecho es más fina y elástica que la del resto del cuerpo, por lo que tiende a ceder y a arrugarse con facilidad. Esta es una selección de productos para cuidar esas zonas.
El cuello, el escote y el pecho son zonas que, con frecuencia, quedan olvidadas en las rutinas de cuidados. Los dos primeros apenas tienen grasa y, por tanto, pierden densidad y se arrugan con facilidad. Sumado a que cumplen con la función de sujetar y mantener el tejido glandular mamario (especialmente el escote), se puede considerar que están entre las áreas cutáneas que más rápido envejecen. “Ya a partir de los 35 años empiezan a aparecer las arrugas más finas, como consecuencia de los excesos de sol o las malas posturas; por ejemplo, la inclinación constante de la cabeza para mirar el móvi...
El cuello, el escote y el pecho son zonas que, con frecuencia, quedan olvidadas en las rutinas de cuidados. Los dos primeros apenas tienen grasa y, por tanto, pierden densidad y se arrugan con facilidad. Sumado a que cumplen con la función de sujetar y mantener el tejido glandular mamario (especialmente el escote), se puede considerar que están entre las áreas cutáneas que más rápido envejecen. “Ya a partir de los 35 años empiezan a aparecer las arrugas más finas, como consecuencia de los excesos de sol o las malas posturas; por ejemplo, la inclinación constante de la cabeza para mirar el móvil o dormir boca abajo”, advierte la dermatóloga Paloma Borregón, que asegura que pasados los 50 llegan la flacidez, las arrugas profundas y las manchas y rojeces. Además, tanto cuello como escote están expuestos de forma permanente a todo tipo de agentes externos, como el aire, la contaminación urbana y, sobre todo, la luz solar, que resienten y resecan la dermis. El doctor Ignacio Sánchez-Carpintero, de la Clínica Dermatológica Internacional, insiste en la necesidad de utilizar en estas zonas “cremas de elevado índice de protección frente a los rayos solares”. Por su parte, el pecho experimenta constantes cambios de volumen desde la adolescencia. “Por los ciclos menstruales, los cambios de peso o los embarazos. Por eso las estrías y rojeces alrededor del pezón también son frecuentes”, apunta la doctora Borregón.
Una crema facial rica y nutritiva puede servir para cuidar estas tres áreas, pero los laboratorios han creado sérums y lociones para atender sus necesidades concretas. Los masajes tensores y reafirmantes con esos productos específicos se pueden complementar con natación o pesas, ejercicios que ayudan a mantener un pecho turgente y un cuello y escote sin arrugas. Existen además tratamientos clínicos que favorecen, por ejemplo, la producción de colágeno para conseguir un efecto reafirmante de la zona. Los ultrasonidos focalizados (Ultherapy) aplican “calor multifocalizado y preciso en las capas profundas de la piel, dejando intacta la capa superficial, para generar una cascada de neocolagénesis [alta producción del colágeno] que tensa el tejido”, según explica Carmen Lorente, directora del área médica en The Beauty Concept, donde trabajan con esta aparatología. También las inyecciones de ácido hialurónico poco reticulado combinadas con infiltraciones de Radiesse (rellenos inductores de colágeno) que emplea la doctora Bárbara Dalbos en Sha Wellness Clinic ayudan a reducir los denominados arcos de Venus (las arrugas con forma de collar que se forman alrededor del cuello).
Para eliminar las manchas del escote y redensificar e hidratar la zona que va desde el mentón hasta el pecho existen sesiones de luz pulsada unidas a mesoterapia con ácido hialurónico, como las que dirige la doctora Aurora Rodríguez-Huergo, de To Be Aguilar Delgado. Y para combatir el descolgamiento de forma manual, la terapia lifting natural consta —según explica la experta Yvette Pons— de 430 movimientos que se repiten entre 7 y 10 veces para ayudar a corregir los signos del envejecimiento en cuello, escote y pecho.