Los actores que odiaban a los superhéroes

Algunos de los intérpretes de las exitosas franquicias de Marvel o Star Wars parecen más que arrepentidos de haber formado parte de estos proyectos.

En primer plano, Robert Downey Jr. y Chris Hemsworth, en una entrega de 'Los Vengadores'.FlixPix / Alamy

Ahora me siento profundamente libre, la verdad. Como nunca en la vida. Estoy a punto de llegar al destino que me tracé hace ocho años sin saberlo del todo, pero hace cinco con plena conciencia. Y ya lo veo. En agosto termino como actor, después me queda un año más como productor y ahí se acaba. Eso me hace sentir muy pleno, y muy libre, porque tengo la vida por delante, mucho por hacer y porque he acumulado muchos intereses en estos años”. Diego Luna hablaba hace unas semanas como quien ve la luz al final de un túnel. Un túnel que en su caso se llama Cassian Andor, un personaje de una subtrama de la saga Star Wars, con el que ha ganado fama y dinero, pero que le ha ocupado nueve largos y valiosos años. Entró con 35, saldrá con 44.

Empieza a convertirse en un paradigma. Estrellas de Hollywood que se implicaron felices en alguna de las franquicias espaciales o de superhéroes que han dominado las taquillas los últimos 20 años parecen respirar aliviados cuando por fin se acaba. Cada vez lo hacen más abiertamente. Antes eran más pillos. Robert Downey Jr., que entre 2009 y 2019 interpretó a Tony Stark / Iron Man en nueve filmes de Marvel, dejó de seguir a los otros actores de Los Vengadores en Instagram inmediatamente después de terminar su contrato. No abrió la boca, pero tampoco fue discreto: tiene 55 millones de seguidores, pero él solo sigue a siete cuentas.

Ahora no se cortan a la hora de formular su hartazgo. Hace poco Elizabeth Olsen, la Bruja Escarlata en las películas de Marvel, un personaje que a pesar de haber muerto bien muerto en la última entrega de Doctor Strange parece que va a resucitar próximamente, daba un consejo a un genérico actor joven que estuviera considerando hipotéticamente aceptar un papel en Marvel: “Firma solo por una”, dijo. En The Guardian, el periodista Stuart Heritage lo traducía así: “Es la forma en código de decir ‘no firmes para múltiples películas como yo hice, porque claramente estoy pasando el peor momento imaginable desperdiciando mis mejores años en esta mierda”.

Heritage también afirma que lo que pasa es que parece que los años de hegemonía de Marvel puede que estén acabando y, por eso, estrellas como Chris Hemsworth o Anthony Hopkins se atreven a hablar, pero eso no explicaría por qué pasa lo mismo con Star Wars. “Estar en una gran franquicia es algo así como una cárcel de lujo”, dijo a CinemaBlend el actor John Boyega, Finn en tres películas de la saga galáctica. “Estás trabajando en un personaje durante muchos años, lo que puede matar de hambre tus otros múscu­los”. Incluso actores de la otra gran epopeya espacial, Star Trek, como John Cho, hablan de “contratos de servidumbre”.

En realidad, el problema parece ser que las mallas y los fondos verdes y las acrobacias y los guiones absurdos con diálogos incomprensibles dejan de tener gracia muy pronto. Ya lo dijo Elizabeth Olsen: “Estas películas son muy ridículas, tienes que darlo todo cuando actúas para que funcionen. Es simplemente absurdo. Hay muchas cosas ridículas. Siempre he querido que un día lancen una versión de la película sin efectos especiales, porque entonces entenderéis cómo de ridículo se siente uno al rodarlas”.

Hay algunos que simplemente no han picado. Contaba el actor Timothée Chalamet que, cuando conoció a Leonardo DiCaprio en 2018, este le confesó la regla por la que regía su carrera. Y se resumía en siete palabras: “Ni drogas duras, ni películas de superhéroes”.

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