Crujidos en el tablero político andaluz

Los liderazgos de todos los partidos del Parlamento autónomo se cimbrean, mientras el del presidente de la Junta, del PP, se consolida

Juan Manuel Moreno y Juan Marín, en el Parlamento andaluz. En vídeo, declaraciones de Moreno este martes.Vídeo: ALEJANDRO RUESGA | Europa Press

Ocho días después de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018, el líder del PP andaluz y candidato a la presidencia de la Junta, Juan Manuel Moreno, convocó una reunión interna en la sede de Sevilla. Hubo lleno. Los que le precedieron en la palabra se dirigieron a él con el tratamiento que le corresponde como autoridad del partido —“presidente”—, cuando apenas 10 días antes muchos de los allí convocados lo llamaban “el pobre Juanm...

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Ocho días después de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018, el líder del PP andaluz y candidato a la presidencia de la Junta, Juan Manuel Moreno, convocó una reunión interna en la sede de Sevilla. Hubo lleno. Los que le precedieron en la palabra se dirigieron a él con el tratamiento que le corresponde como autoridad del partido —“presidente”—, cuando apenas 10 días antes muchos de los allí convocados lo llamaban “el pobre Juanma”. Vaticinaban así lo que se produjo (una contundente derrota electoral), pero no lo que vino después: pacto a tres bandas de PP, Ciudadanos y Vox para investir a Moreno presidente de la Junta, el primer no socialista en casi 37 años.

Ha pasado ya año y medio del Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos en Andalucía y en todos los partidos presentes en el Parlamento, salvo en el de Moreno, se producen jugadas simultáneas con crujidos internos, grietas, indefiniciones, liderazgos cuestionados y hasta fugas de diputados. “El único partido que desde el 2 de diciembre está mejor es el PP y eso que hay una pandemia donde ahora viene la parte más dura de gestionar”, admite un dirigente socialista.

Cuando Moreno ejercía de líder de la oposición, muchos de sus compañeros le reprochaban su tono ponderado y que no tocara al son de la partitura que compuso, dirigió e interpretó Javier Arenas. Ahora le alaban ese carácter templado porque “es un activo” para un presidente de una comunidad de 8,4 millones de habitantes, admite un dirigente del PP. Al inicio del mandato existía el temor en los populares de que se produjera un rechazo al primer gobierno de derechas de Andalucía. Ahora creen conjurado ese riesgo. Así lo admiten también los propios socialistas andaluces que, en privado, llaman a “combatir la imagen de Moreno como un presidente moderado, porque está penetrando poco a poco”.

Consolidado el liderazgo de Moreno en el PP, las discrepancias internas regionales —en provincias como Sevilla hay quistes endémicos— las plantean los que creen que hay que aprovechar la presencia en la Junta para fortalecer el partido, pero el presidente andaluz sostiene que la prioridad es el Gobierno.

Moreno comparte mesa de Gobierno con Ciudadanos, un partido sin estructura regional, ni experiencia anterior de gestión, ni con proyecto autónomo propio y donde hasta los nombramientos tienen que ser autorizados por la dirección de Inés Arrimadas. Su portavoz es el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, en guerra abierta con el que fuera secretario de Organización de Albert Rivera y flamante senador por la comunidad, Fran Hervías.

Pugnas “por sobrevivir”

En torno a esa pugna se posicionan los cargos de Ciudadanos, pero sin objetivo político alguno, sino “por sobrevivir”, asegura una fuente de la dirección de Arrimadas, que admite que Cs Andalucía está plagado de particularismos. Marín mantiene una agenda mediática frenética (la generosa Consejería de Turismo es una de sus competencias) y durante la pandemia se ha erigido en el azote del Gobierno central, ayudando a Moreno a centrar sus mensajes.

Cs no marca perfil propio en el Gobierno. El giro estratégico de Arrimadas, distanciándose del PP y Vox, no tiene en Andalucía traslación, al menos por el momento.

A Vox, el sostén parlamentario del bipartito, los problemas le vienen por la fuga de dos diputados. La última y más relevante afecta al que fuera su candidato a la presidencia de la Junta, el juez Francisco Serrano, al que la Fiscalía Superior de Andalucía le ha presentado una querella por un presunto fraude de subvenciones por una ayuda pública de 2,5 millones percibida en 2016. Serrano se ha quedado su acta para estar aforado y pasa al grupo de los no adscritos, donde ya está desde enero otra exdiputada de Vox.

A finales de junio la ultraderecha puso en marcha una estrategia de diferenciación del Gobierno de PP y Cs, al que acusa de incumplir lo acordado. Fuentes del PP asumen esta situación como inevitable y aventuran que irá a más, pero no creen en una ruptura. Y en ese caso, Moreno prorrogaría el Presupuesto aprobado de 2020 hasta las elecciones.

La oposición de izquierdas busca su sito en la Cámara

En la oposición está la izquierda. En el PSOE están todavía buscando su sitio tras casi 37 años de poder absoluto en Andalucía. Y la pregunta que se hacen en este partido es la misma que ya la noche del 2 de diciembre empezó a plantearse: ¿Está en condiciones el PSOE de recuperar la Junta con Susana Díaz al frente? ¿Es Susana Díaz el futuro del PSOE?

Los que contestan con un no mantienen contactos desde hace tiempo para plantear una alternativa. Las críticas no son ya “comentarios de cafetería”, como los llama el aparato del PSOE, ni anónimos. Diputados y senadores expresaron sus reproches a la secretaria general en una reunión reciente, en la que querían demostrar que Andalucía no es ninguna balsa de aceite. Es el principio de una larga batalla en la que el tiempo corre a favor a la expresidenta andaluza. Y a la izquierda del PSOE, Adelante Andalucía, con tantos líderes como partidos la integran y donde los Anticapitalistas liderados por Teresa Rodríguez siguen en la revolución permanente.



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