El tribunal militar exonera a un guardia civil que aporreó a unos turistas británicos en Magaluf
La sentencia anula la sanción a un agente porque el vídeo en el que se basó no prueba que se extralimitara
El Tribunal Militar Central ha exonerado a uno de los dos guardias civiles sancionados por golpear con su porra a un grupo de turistas británicos implicados en una pelea a las 03.30 de la madrugada del 6 de octubre de 2018 en la localidad turística de Magaluf (Mallorca). La sanción impuesta al otro agente también fue anulada en diciembre pasado.
El suceso levantó polémica en el Reino Unido porque se difundió un vídeo en el que se aprecia como los guardias pegan con sus defensas de goma a los dos jóvenes, aparentemente ebri...
El Tribunal Militar Central ha exonerado a uno de los dos guardias civiles sancionados por golpear con su porra a un grupo de turistas británicos implicados en una pelea a las 03.30 de la madrugada del 6 de octubre de 2018 en la localidad turística de Magaluf (Mallorca). La sanción impuesta al otro agente también fue anulada en diciembre pasado.
El suceso levantó polémica en el Reino Unido porque se difundió un vídeo en el que se aprecia como los guardias pegan con sus defensas de goma a los dos jóvenes, aparentemente ebrios, que se están peleando y a la mujer que acompaña a uno de ellos, que cae al suelo tras recibir un empujón. El tabloide Daily Mail tituló la noticia: “La policía española golpea a una chica británica con una porra mientras intenta tranquilamente poner fin a una discusión en Magaluf”.
La Dirección de la Guardia Civil sancionó a los agentes por considerar que no existió un episodio grave de inseguridad ciudadana ni peligro para su integridad física que justificase el uso de las porras, por lo que debieron haber recurrido a otros métodos disuasorios.
La sentencia señala, sin embargo, que el expediente disciplinario se basó exclusivamente en el vídeo, de 1.04 minutos de duración, que no recoge el altercado que se produjo antes en el interior del pub, ni tampoco las “amenazas gruesas” que, ya en el exterior, profirieron contra los porteros del local, a los que los dos británicos se habrían dirigido haciendo el gesto de pasarse el dedo por cuello e intentando abalanzarse sobre ellos cuando les impidieron volver a entrar.
El tribunal militar critica que no se tomara declaración a los porteros ―que, según los agentes, les pidieron que intervinieran― y añade que el único testigo al que se interrogó dijo haber observado una pelea “con empujones, gritos y lanzamiento de botellas y que los agentes de la Guardia Civil debieron intervenir, que hablaron con los jóvenes y no les hacían caso, que comenzaron a agarrarse entre ellos y que los agentes hicieron uso de las defensas para evitar más altercados”.
El tribunal concluye que no hay pruebas para incriminar al agente, por lo que anula la sanción de cinco días de haberes con suspensión de funciones que se le impuso por una falta grave consistente en “la ostentación de armas sin causa justificada así como su uso […] infringiendo los principios y normas que regulan su ejercicio”. El abogado del guardia, Antonio Suárez-Valdés, se felicita de una sentencia que, a su juicio, anima a los agentes “a seguir manteniendo el orden y la seguridad ciudadana”, a pesar de la actitud de sus mandos políticos.