Toni Cantó, el actor mutante de partidos
El intérprete ha cambiado de siglas en cuatro ocasiones en los 14 años que lleva en la política. Su ruidoso fichaje por el PP ha vuelto a ponerle en el foco mediático
El nombre de Toni Cantó nunca ha dejado de sonar en España desde los años ochenta por diferentes motivos. Su reciente portazo a Ciudadanos y el ruidoso fichaje por el PP han vuelto a ponerle en el foco mediático, del que siempre ha procurado no alejarse con sus rotundos y polémicos tuits. Al fin y al cabo, un actor puede cambiar de papel de la noche a la mañana. El ...
El nombre de Toni Cantó nunca ha dejado de sonar en España desde los años ochenta por diferentes motivos. Su reciente portazo a Ciudadanos y el ruidoso fichaje por el PP han vuelto a ponerle en el foco mediático, del que siempre ha procurado no alejarse con sus rotundos y polémicos tuits. Al fin y al cabo, un actor puede cambiar de papel de la noche a la mañana. El intérprete valenciano de 56 años ha tardado apenas 10 días en abandonar el barco de Ciudadanos, “triste” por el espectáculo de la política, e intentar embarcarse como independiente en las listas de Isabel Díaz Ayuso. Ya hizo lo mismo hace seis años, cuando saltó del barco UPyD antes de su hundimiento para a dedicarse a lo suyo, al teatro, como aseguró entonces y repitió hace unos días. A los pocos meses ya estaba enrolado en la formación de Arrimadas. Ha mudado de siglas en cuatro ocasiones desde que se metió en política hace 14 años en una agrupación vecinal con el objeto de desalojar al PP instalado en el Ayuntamiento del municipio madrileño de Torrelodones, donde tiene una casa. En la política ha logrado un protagonismo que no ha tenido en el cine, si bien se considera sobre todo un hombre de teatro.
Su último giro de guion le ha supuesto ser de nuevo trending topic (tendencia) en Twitter, donde se suceden los vídeos y memes de antes y después, de lo que decía y lo que hace. Tampoco Cantó ha ocultado su sintonía con la presidenta madrileña llegando incluso a proponer una alianza entre el PP y Ciudadanos. Pero la mayoría viene a tildar su actuación de oportunista y demagógica. El popular Dani de la serie 7 vidas se siente respaldado por sus 374.000 seguidores en Twitter, por la viralidad de sus videos con intervenciones en las que igual cita a Pasolini que reivindica el carácter democrático de Vox y por alguna encuesta que atestigua su predicamento entre los votantes en Valencia. Tiene, además, la piel curtida en lidiar con las críticas no solo en las redes sociales.
Su estilo directo y seguro de sí mismo es consecuencia del dominio escénico alcanzado en sus 35 años como actor más que de sus convicciones, según opinan personas de su entorno. Otras voces amigas inciden en su capacidad de trabajo, de reinventarse y de “tirar siempre hacia adelante” para superar una desconfianza consigo mismo que se puede traducir en una imagen distante y soberbia. Recuerdan los palos que le ha dado la vida, como la trágica muerte hace 10 años de su hija Carlota, fruto de su relación con la actriz Eva Cobo, que se produjo cuando un conductor ebrio chocó frontalmente con el vehículo en que viajaban ella y su novio, también fallecido. Tiene dos hijos más de dos relaciones diferentes.
En sus mensajes sobresalen los juicios categóricos y provocadores y su pretensión de desenmascarar lo que considera la hipocresía de la izquierda. Algunas de sus proclamas podrían ser suscritas por Vox, según ha manifestado el propio líder de la formación de extrema derecha en Valencia, José María Llanos. Tuvo como colaborador a Alvise Pérez, tal y como se le conoce en las redes sociales donde oficia de agitador y gurú de la derecha. Hace ocho años, Cantó tuvo que pedir disculpas por un tuit en el que afirmaba que “la mayoría de las denuncias por violencia machista son falsas”. Ahora tendrá que conjugar su declarado ateísmo, su discreta condición de anticlerical y su defensa del aborto con las posiciones del partido que lo acoge, señalan desde su entorno. En 2011, con motivo del estreno de la serie Vida loca sobre un hombre que salía del armario reconoció a la revista Shangay Style que había tenido su primera relación homosexual a los 14 años.
Siendo muy joven ya se hacía notar en su Valencia natal como relaciones públicas de discotecas de moda y haciendo sus pinitos como modelo. “Eran discotecas modernetas pero pijas y él destacaba por guapo y por saber relacionarse. Entonces todos íbamos de progres pero la mayoría era conservadora, como el tiempo ha demostrado”, dice un antiguo compañero de viaje del actor, al que no le recuerda inquietudes políticas. Se le quedó pequeña la ciudad y a los 19 años se fue a Madrid a buscarse la vida como actor.
Pronto se abrió camino, recibió clases de teatro, y enterró su intención inicial de estudiar Medicina y seguir el ejemplo de su padre, cirujano. Cantó suele recordar como muy luminosa y libre aquella época de finales de la movida madrileña en que trabó amistad con Miguel Bosé, entre otros artistas. Su cara empezó a ser conocida gracias a programas de TVE como Por la mañana, con Jesús Hermida. Rodó películas como Tu nombre envenena mis sueños, de Pilar Miró, y participó en ambiciosos montajes teatrales en el Centro Dramático Nacional, como Las comedias bárbaras, de Valle-Inclán, dirigida por José Carlos Plaza, con el que trabajó en varias obras. También intervino en Don Juan último, dirigido por Bob Wilson, director de prestigio internacional. En 1999 encarnó a la transexual Lola, su papel más relevante en el cine, en Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar. Era corto pero decisivo en la trama. Recibió muchas críticas y no funcionó como trampolín hacia el estrellato del cine español.
El gran éxito de ‘7 vidas’
Ese mismo año estrenó en la televisión la serie 7 vidas, con la que alcanzó su mayor popularidad. Sin embargo, Cantó se bajó en la segunda temporada para emprender proyectos más personales que no tuvieron la repercusión de su personaje Dani del que ahora se recuperan aquellas palabras que pronunció en la serie, tras gastar una broma: “Ni remordimientos ni mala conciencia, tú, debería dedicarme a la política”.
Cantó formó parte en 2007 de la lista municipal de Vecinos por Torrelodones, constituido por gente de diversa ideología y promovido por profesionales de la cultura, entre otros, instalados en la sierra madrileña. Antes ya había mostrado su sintonía con aquel partido Ciudadanos de Albert Rivera y Albert Boadella y su rechazo al nacionalismo catalán. Luego se apuntó a UPyD, por el que fue elegido diputado por Valencia en 2011 en el Congreso desde donde repartió leña a diestro y siniestro. De allí pasó a ocupar en 2016 un escaño de Ciudadanos en el Congreso antes de liderar tres años después a esta formación en el parlamento valenciano. Paralelamente, sus críticas se iban dirigiendo cada vez más hacia la izquierda. Tanto que el PP lo ha llamado a bordo de su flota más a la derecha. El nombre del actor suena más que nunca.