Sánchez asegura al PSOE que no habrá adelanto electoral
El presidente reitera tras el fiasco del 4-M que las generales serán a finales de 2023
El durísimo golpe que el PSOE ha recibido en las elecciones madrileñas del 4 de mayo no ha variado los planes de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas reiteró este jueves en repetidas ocasiones durante la reunión de la ejecutiva federal que no habrá adelanto electoral. Las generales serán en el segundo semestre de 2023. “Después de las elecciones de Madrid de mayo de ese año”, insistió v...
El durísimo golpe que el PSOE ha recibido en las elecciones madrileñas del 4 de mayo no ha variado los planes de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas reiteró este jueves en repetidas ocasiones durante la reunión de la ejecutiva federal que no habrá adelanto electoral. Las generales serán en el segundo semestre de 2023. “Después de las elecciones de Madrid de mayo de ese año”, insistió varias veces, según indicaron algunos asistentes.
La crisis abierta en Madrid, donde el PSOE se ha dejado 13 escaños y 275.000 votos dos años después de ganar las autonómicas, no ha alterado el pulso de Sánchez. La hoja de ruta no ha cambiado: agotar la legislatura y celebrar elecciones en el segundo semestre de 2023. Justo cuando España asumirá la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Será la primera vez desde 2010. Sánchez ya había adelantado en anteriores ejecutivas que esta era su intención. Pero nunca lo había hecho en un momento tan complicado para los socialistas. La conclusión de varios de los miembros de la dirección consultados es que de esta forma Sánchez procuró tranquilizar a la dirección tras las últimas jornadas explosivas que está pasando el partido.
Como era de prever la ejecutiva federal del PSOE reaccionó con la autocrítica justa a los dos frentes, a cual más complicado, que se le han abierto en apenas tres días. Ni más ni menos que en Andalucía, donde Susana Díaz se jugará a todo o nada a mediados de junio su liderazgo en las primarias aprobadas este jueves por Ferraz, y en la siempre indómita federación de Madrid, en llamas por el desastre del 4-M.
La dimisión de José Manuel Franco como secretario general del PSOE de Madrid se conoció justo antes del inicio del encuentro, que se celebró de forma presencial y telemática. La renuncia del candidato, Ángel Gabilondo, al acta de diputado en la Asamblea de Madrid se produjo horas después. Dos decisiones de impacto que sin embargo no provocaron, para sorpresa de parte de los presentes, un debate profundo. Las pocas voces que se atrevieron a cuestionar la oposición de Gabilondo a la gestión de Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia o la estrategia seguida en la campaña, dirigida por La Moncloa y primero enfocada a los votantes de Ciudadanos y después proclive a un pacto con Pablo Iglesias, no fueron bien recibidas por el presidente del Gobierno.
Algunas de las fuentes consultadas por EL PAÍS reconocen que declinaron hacer referencia al batacazo en Madrid por la intervención directa que Sánchez tuvo en la campaña. El líder del PSOE intervino directamente en la confección de las listas, sobre todo en los primeros puestos de la candidatura. El secretario general incidió, en su defensa cerrada de Gabilondo, en los malos resultados y el problema estructural del partido desde hace décadas en Madrid.
“No hemos puesto paños calientes a la derrota”, afirmó al término de la ejecutiva José Luis Ábalos, ministro de Transportes y secretario de organización del PSOE. Pero acto seguido, el número tres de los socialistas restó relieve al resultado al tratarse de una comunidad en la que el PP encadena gobiernos de forma consecutiva desde 1995. “Las elecciones en Madrid son unas elecciones que responden a la realidad de este territorio, con una estructura singular, donde el PP viene gobernando los últimos 26 años. Y con una coyuntura muy afectada por cierta fatiga de las restricciones que hemos tenido que vivir a lo largo de la pandemia”, argumentó al final de la reunión. “El PSOE no ha hecho una oposición fuerte porque nos sentíamos corresponsables de la gestión de la pandemia”, reconoció Ábalos, que justificó así la falta de contundencia de Gabilondo.
La aprobación del proceso de primarias en Andalucía, que se adelanta de otoño a junio y donde Díaz ya ha dejado claro que librará una resistencia feroz contra el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el candidato predilecto de Ferraz, contó con el beneplácito general de la dirección del PSOE. Tampoco fue una sorpresa: todos los miembros del medio centenar que componen el plenario de la ejecutiva apoyaron en su día a Sánchez para que se pusiera al frente del partido, salvo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y Patxi López, candidato en las primarias de 2017.
“Ante la posibilidad de que el PP repita la irresponsabilidad de convocar elecciones en Andalucía, se ha decidido abrir el proceso de primarias en la federación andaluza”, explicó Ábalos. La intención era convocar las primarias el lunes que viene, el día que se reúne por costumbre la ejecutiva, pero la decisión de Díaz de convocar a la dirección del PSOE andaluz aceleró los plazos. La votación que resolverá de una vez por todas las cuentas pendientes que Sánchez y Díaz arrastran desde hace cuatro años será el 13 de junio.
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