Defensa reconoce que no podrá iniciar grandes programas de armamento hasta 2028

El pago de los nuevos sistemas recibidos en los últimos años por las Fuerzas Armadas se come ya el 28% del presupuesto

En la imagen, un avión eurofighter durante unas maniobras militares en Canarias el pasado día 21 de octubre.Elvira Urquijo A. (EFE)

La deuda de los grandes programas de armas que las Fuerzas Armadas ha recibido en los últimos años impedirá al Ministerio de Defensa iniciar nuevos programas que entrañen pagos hasta 2028, según ha admitido este jueves la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro. En la presentación de los Presupuestos de su departamento, Casteleiro ha señalado que “los compromisos de gasto contraídos de los proyectos en curso agotan en su totalidad el e...

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La deuda de los grandes programas de armas que las Fuerzas Armadas ha recibido en los últimos años impedirá al Ministerio de Defensa iniciar nuevos programas que entrañen pagos hasta 2028, según ha admitido este jueves la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro. En la presentación de los Presupuestos de su departamento, Casteleiro ha señalado que “los compromisos de gasto contraídos de los proyectos en curso agotan en su totalidad el escenario de disponibilidades presupuestarias previstas hasta el ejercicio 2027 inclusive”.

El pago de los llamados Programas Especiales de Modernización (los cazas Eurofighter, los carros de combate Leopardo o las fragatas F-100) ascenderá el año próximo a 2.848 millones de euros, 506 más que este año, un incremento del 21,6%. El pago de estos programas supone el 28% del presupuesto de Defensa para 2022 (10.155,3 millones) y el 78% de la partida de inversiones reales (3.647).

El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Teodoro López Calderón, ha matizado, sin embargo, que podrían iniciarse programas con financiación de otros departamentos, como Industria, lo que ya se ha hecho en otros casos; y que también podría “aplanarse” el calendario de pagos para hacer hueco a otras adquisiciones.

A los programas ya encargados por el Ministerio de Defensa se han sumado este año los pactados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Airbus, para capear la crisis provocada por la pandemia: la compra de tres aviones de reabastecimiento en vuelo A330MRTT por 675 millones y de 18 helicópteros H135, conjuntamente con Interior, por 178 millones.

El más importante es el FCAS (Futuro Sistema para la Seguridad del Espacio Aéreo), en el que España invertirá 2.500 millones sin que las Fuerzas Armadas reciban un solo avión hasta dentro de dos décadas, ya que aún está en fase de I+D.

Mientras tanto, “el talón de Aquiles de la operatividad [de las Fuerzas Armadas] es el sostenimiento”, ha dicho la número dos de Defensa. La partida de gastos corrientes, que sumó 1.073 millones de euros en 2008, cayó drásticamente con la crisis económica y no se ha recuperado desde entonces. En 2022 será de 909 millones, por lo que se mantendrá “en cifras alejadas de lo deseable”.

Se trata de un problema estructural, ha advertido el jefe de la cúpula militar, ya que el mantenimiento de los sistemas de armas de nueva generación es mucho más caro que el de los convencionales. Ello obliga “a priorizar el adiestramiento y el alistamiento de las unidades designadas para llevar a cabo operaciones, manteniendo a un menor nivel al resto de unidades”, como se lleva haciendo en los últimos años.

Por su parte, la subsecretaria Amparo Valcarce ha señalado que la partida de personal crecerá un 2,71% en 2022, lo que incluye el aumento retributivo común a todos los funcionarios (2%), la consolidación de las mejoras aplicadas este año y el incremento de plantilla (el porcentaje de reposición será del 120%), pero queda muy lejos de las aspiraciones de las asociaciones profesionales de militares, que reclaman la “dignificación” de sus retribuciones.

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