Barones del PP creen que Ayuso se ha equivocado al desacreditar las protestas y enfadar a los sanitarios
Génova se quita de en medio y evita evaluar la manifestación. Feijóo no tiene previsto referirse a ella en su discurso ante el comité ejecutivo del PP este lunes mientras el Gobierno lo vincula con la gestión del colapso de la atención primaria de la presidenta de Madrid
En política las victorias suelen ser efímeras. Hace apenas dos semanas, Isabel Díaz Ayuso aparecía como la figura triunfal en el PP por el volantazo de Alberto Núñez Feijóo al romper la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial. La presidenta de la Comunidad de Madrid salió victoriosa de esa crisis al proyectarse como quien había doblado el brazo al líder del Partido Popular para que no pactara con el Gobierno, un movimiento que despertó antiguos fantasmas en la formación. Solo dos semanas después, el escenario se ha dado la vuelta y la líder madrileña se enfrenta a un rev...
En política las victorias suelen ser efímeras. Hace apenas dos semanas, Isabel Díaz Ayuso aparecía como la figura triunfal en el PP por el volantazo de Alberto Núñez Feijóo al romper la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial. La presidenta de la Comunidad de Madrid salió victoriosa de esa crisis al proyectarse como quien había doblado el brazo al líder del Partido Popular para que no pactara con el Gobierno, un movimiento que despertó antiguos fantasmas en la formación. Solo dos semanas después, el escenario se ha dado la vuelta y la líder madrileña se enfrenta a un revés político considerable tras haber despertado a la marea blanca, que llenó las calles de Madrid el domingo en una masiva manifestación contra los recortes en la sanidad pública. Los barones del PP asisten con preocupación a estas protestas, ante el temor de un efecto contagio en el resto de territorios, mientras varios de ellos cuestionan la forma en la que Ayuso ha gestionado la crisis. En opinión de estas voces, la presidenta erró al desacreditar las quejas y enfrentarse a los sanitarios. Génova, por su parte, se quita de en medio y opta por guardar silencio. Mientras, el Gobierno vincula a Feijóo con la gestión del colapso de la atención primaria de la presidenta de Madrid y gana aire tras el revuelo por la reforma del delito de sedición.
“Ayuso no puede negar el problema y decir que es político, ahí se ha equivocado”, aseguran fuentes de un Gobierno autonómico del PP. “Lo importante es no enfrentarse a los profesionales, tiene que empatizar con ellos, quizá el problema ha estado en que no se han sentido entendidos”, insisten en la baronía popular. En este Ejecutivo regional creen que los problemas en la sanidad pública son comunes en toda España, pero el específico de Madrid ha sido la gestión por parte de Ayuso de las protestas de los profesionales. “La atención primaria está mal en toda España, y eso no se puede negar. Nosotros no vamos a decir que se trata de una historia política y cabrear así a los profesionales”, subrayan esas mismas fuentes populares.
Ejecutivos autonómicos del PP asisten con preocupación, además, al posible efecto contagio de las protestas de Madrid a otros territorios donde gobierna la derecha. “Estamos viendo que en algunos municipios se está agitando mucho el tema de la sanidad, en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas se empiezan a movilizar”, indican en una baronía popular, donde temen que “se va a utilizar la sanidad como arma electoral”. El problema de la falta de médicos y de la saturación del sistema, aseguran en los gobiernos autonómicos del PP consultados, es común a todo el país, aunque los datos dicen que Madrid es la comunidad que menor porcentaje destina de su inversión en sanidad y la que menos invierte por habitante. Está a la cola (solo superada por Baleares) en médicos de familia por mil habitantes (0,7, frente a una media de 0,8) y, mientras el conjunto del sistema ha aumentado su oferta de plazas de primaria de un 36%, en Madrid ha disminuido un 2% desde 2018, según datos que ofreció la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el martes.
“Habría que promover un pacto de Estado sobre la sanidad”, defiende otro barón del PP, que insiste en el “problema estructural de falta de médicos e infrafinanciación” en todo el país. En su opinión, no obstante, Ayuso se ha equivocado desacreditando las protestas en Madrid con la excusa de que están politizadas. “Decir que hay un problema en toda España, como ha dicho, y luego que en Madrid lo que ocurre es que está muy sindicalizada la sanidad... Este no es un tema ideológico, detrás de las movilizaciones no están los sindicatos clásicos de UGT y CC OO, sino los sindicatos de médicos y enfermeros, que en todo caso son más de centro-derecha”, argumenta este presidente popular. “Ayuso debería sentarse, dialogar y negociar con los profesionales”, remacha.
La presidenta de Madrid tampoco recibe el apoyo explícito de la dirección nacional del PP. Ni el respaldo, ni la crítica, porque Génova opta por quitarse de en medio y no evaluar la manifestación del domingo en Madrid. “Se trata de un tema de gestión autonómica y quien tiene que hablar al respecto es el Gobierno de la Comunidad de Madrid”, sostiene un portavoz oficial. Feijóo tampoco tiene previsto hacer referencia a la protesta masiva en Madrid en su discurso este lunes ante el comité ejecutivo del PP, el órgano que reúne a la dirección nacional y los barones en la sede del partido, según fuentes de Génova.
En su lugar, el presidente de los populares se centrará en hablar de la sedición y de la tragedia de la valla de Melilla, anticipan fuentes de la dirección. Pero el silencio de Feijóo sin un respaldo expreso a Ayuso también lanza un mensaje. Por un lado, el líder trata de que no lo salpiquen los problemas de su baronesa madrileña y busca imponer su propia agenda al margen de la que le interesa a la izquierda. Pero, por otro, deja sola a la presidenta autonómica, que también suele ir por libre en su estrategia, aunque al hacerlo comprometa en ocasiones la de Feijóo.
La conclusión que sacan en el Ejecutivo ante la dimensión de la movilización del domingo en Madrid —200.000 personas según la Delegación del Gobierno y 670.000 según las asociaciones convocantes— es que Díaz Ayuso “no es tan fuerte como cree”. La coyuntura no podría haberle venido mejor a La Moncloa, ya que la manifestación por unos servicios públicos de calidad se ha producido tan solo tres días después de que el PSOE y Unidas Podemos registraran en el Congreso una proposición de ley que implica la desaparición en el Código Penal del delito de sedición, que tiene unas penas de hasta 15 años, y su sustitución por otro de desórdenes públicos agravados con una pena máxima de cinco. Los socialistas confían que esta decisión, que reconocen “arriesgada pero valiente”, como dijo su portavoz en el Congreso, Patxi López, no tenga ningún efecto en las autonómicas y municipales de dentro de menos de siete meses, pero aun así pretenden aprobar el cambio mediante una tramitación exprés en las Cortes. En este contexto, la manifestación multitudinaria de Madrid ha desviado la atención de la polémica por la revisión de la sedición y sería además la constatación de la gran cantidad de “voto prestado” que Díaz Ayuso aglutinó en las elecciones del 4-M, como ella misma reconoció.
Frente al intento del PP de basar su oposición de desgaste al Gobierno en la sedición y las alianzas del Ejecutivo con ERC y EH Bildu, el Ejecutivo de Pedro Sánchez está convencido de que los votantes primarán la gestión de la pandemia y de las secuelas económicas y sociales de la guerra de Ucrania por encima del debate identitario. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, vinculó este domingo a Alberto Núñez Feijóo con los errores cometidos por la presidenta de Madrid en la reapertura de las urgencias de los centros de salud, que cerró en la primera ola de la pandemia, con la mitad del personal del que disponían. El resultado ha sido el colapso de una atención primaria que ya se encontraba en una situación muy delicada. “Estamos del lado de los miles de manifestantes en Madrid que apoyan una sanidad pública y denuncian una gestión desastrosa del PP, y por eso yo le pregunto al señor Feijóo: ¿cuál es su modelo sanitario? ¿El de cerrar urgencias, el de colapsar la atención primaria, el de tener unas listas de espera interminables, el de recortes? Que escuche bien a los manifestantes, que están pidiendo una sanidad pública de calidad, de prestigio y que garantice que todos tenemos derecho a la salud con independencia de nuestra renta y de nuestro bolsillo”, afirmó Bolaños en un acto del PSOE en Segovia.
El ministro recordó que el Gobierno ha duplicado en los Presupuestos Generales para 2023 los fondos del plan de acción para la atención primaria a las comunidades autónomas. “Viendo lo que pasa en Castilla y León y Madrid con la sanidad, hemos puesto carácter finalista a estos fondos. Como sabemos lo que hacen, les decimos que este dinero se transfiere a las comunidades autónomas para que lo inviertan en atención primaria”, recalcó.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, que ya fue durísima con la crisis en Madrid el martes en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, mantuvo la presión sobre la gestión de la presidenta de Madrid, que compite con el líder del PP en ser quien confronta con mayor contundencia con el Gobierno de España. “Esta ministra estará siempre del lado de los profesionales sanitarios, trabajando por un Sistema Nacional de Salud cohesionado, universal y que siga dando respuesta a los retos sanitarios del presente y futuro”, manifestó. “Los ciudadanos necesitan una oposición responsable y el Gobierno no se va a distraer. Frente al ruido, vamos a plantear propuestas. Frente a los insultos, vamos a plantear argumentos en defensa de pilares como la sanidad o la educación pública”, abundó.
La portavoz del Ejecutivo y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, aprovechó el 20º aniversario del Prestige para reivindicar el movimiento ciudadano que entonces se movilizó frente a la marea negra del vertido y que ahora ha salido en defensa de una sanidad pública “que hoy se cuestiona”. “Los profesionales sanitarios nos protegieron en la crisis de la covid”, enfatizó.
Una de las claves que destacan en el Gobierno es que la concentración de Madrid ha sido muchísimo más transversal que las protestas contra el intento del Gobierno de Ignacio González de privatizar la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud de la región entre 2012 y 2014. Entonces, el tsunami de la marea blanca —las protestas del personal sanitario contra los recortes presupuestarios— se terminó llevando por delante al consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, que se vio forzado a dimitir. Desde el verano de 2019 Lasquetty, un ultraliberal que llegó a ser secretario general de la Fundación FAES, el laboratorio de ideas conservador vinculado al PP, es el consejero de Hacienda de Isabel Díaz Ayuso y uno de sus principales asesores ideológicos.
“Hoy toca sumar en favor de la sanidad pública desde todas las Administraciones, los centros de salud y las calles. Toca redoblar los esfuerzos para abordar las eternas listas de espera, tener una sanidad pública más humana y cuidadosa con la salud mental”, apeló la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, principal referente del espacio a la izquierda del PSOE. “La libertad de Díaz Ayuso al final era solo esto: menos impuestos a los ricos y menos dinero a sanidad y servicios públicos. Todo ello desemboca en mayor desigualdad, mayor crueldad y mayor sufrimiento”, la secundó Ada Colau, alcaldesa de Barcelona y líder de los comunes.
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