La ruta del éxtasis se da la vuelta: interceptado por primera vez un cargamento que partía de Europa hacia Sudamérica
Cinco personas reformaron un velero en la Costa del Sol con el que intentaron trasladar 56 kilos de MDMA hasta Argentina, donde bastaría para producir entre 800.000 y 1.200.000 pastillas
Mientras España jugaba sus partidos del mundial de Qatar, cinco personas remodelaban un velero en el puerto de Sotogrande (Cádiz). Esperaban a que la atención del país estuviera en el partido para trabajar sin que nadie les molestara. También hacían las reformas de madrugada, horario que aprovechaban para cargar material y herramientas. Pintaron de verde el casco, antes blanco, y le cambiaron el nombre de Thorben a Arhoa. Su objetivo era conseguir una transformación completa para que nadie reconociera que...
Mientras España jugaba sus partidos del mundial de Qatar, cinco personas remodelaban un velero en el puerto de Sotogrande (Cádiz). Esperaban a que la atención del país estuviera en el partido para trabajar sin que nadie les molestara. También hacían las reformas de madrugada, horario que aprovechaban para cargar material y herramientas. Pintaron de verde el casco, antes blanco, y le cambiaron el nombre de Thorben a Arhoa. Su objetivo era conseguir una transformación completa para que nadie reconociera que la embarcación era la misma con la que en 2020 se habían trasladado 1,5 toneladas de cocaína hasta Marbella. Ahora lo que querían era llevar 56 kilos de MDMA (éxtasis) desde la Costa del Sol hasta Argentina, pero la Policía Nacional ha dado al traste con sus intenciones. Los cinco, todos argentinos, han sido detenidos: dos en la localidad gaditana de Tarifa y tres en Marbella (Málaga).
Este es el primer cargamento de MDMA interceptado con origen en Europa y destino a Sudamérica. “Cuando llegaron las primeras informaciones y vimos lo que hacían en el barco, pensábamos que lo preparaban para traer cocaína desde América. La ruta esta vez era la contraria, de aquí para allá, y fue una sorpresa porque nunca habíamos intervenido un velero en esta dirección y menos con esta droga”, cuentan fuentes de la investigación. Estos policías creen que se debe a que esta sustancia sintética es mucho más escasa en aquel continente que en tierras europeas, por lo que su valor allí se multiplica. Según fuentes de la investigación, los 56 kilos intervenidos bastarían para producir entre 800.000 y 1,2 millones de pastillas, “dependiendo de la pureza que buscaran los distribuidores”. Si el precio aquí de cada unidad ronda los 10 o 15 euros, en Argentina hubieran costado 30 dólares. Es decir, la venta total podría haber supuesto unos ingresos superiores a los 30 millones de dólares (unos 28,5 millones de euros).
Hallar la droga no fue fácil. Una vez la patrullera Fénix V del Servicio de Vigilancia Aduanera interceptó el velero el pasado 1 de diciembre hicieron falta cinco horas de registro por parte de un nutrido grupo de agentes —incluidos miembros del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas— para dar con el compartimento en el que los arrestados habían escondido el MDMA. “Ya casi habíamos perdido la esperanza”, cuenta un policía, que relata cómo finalmente dieron con ella bajo el mueble de la cocina, en un compartimento secreto construido con planchas de aluminio. Allí se acumulaban 28 paquetes, cada uno de dos kilos, sellados “a la perfección” y cubiertos de gasoil para enmascarar su olor, según ha informado la Policía Nacional. Una vez encontrados, los dos tripulantes del barco fueron detenidos: el capitán, al que la policía relaciona históricamente con el narcotráfico y el mecánico, con antecedentes por tráfico de drogas en Argentina. Mientras, en Marbella, fueron también arrestadas las otras tres personas que habían ayudado a reformar el bote.
La operación —denominada Conjura y liderada por el Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (GRECO) Costa del Sol, con el apoyo de Udyco Costa del Sol— ha sido fugaz. Los agentes tuvieron conocimiento de que había una gran cantidad de drogas sintéticas que estaba siendo ofrecida a distintas organizaciones criminales asentadas en la Costa del Sol con el objetivo de traficar con ellas durante la Navidad. Más tarde, los agentes averiguaron que su destino era Argentina, cuya gendarmería informó que un ciudadano argentino al que relacionaban con narcotráfico había entrado a España desde Brasil para hacerse cargo de un velero ya utilizado previamente en otro transporte de estupefacientes. Pensaban que su plan era viajar a Sudamérica con el bote vacío para cargarlo allí con droga y traerla hasta Europa.
La embarcación había sido relacionada con una operación policial desarrollada en 2020 en la que se cree sirvió para traer 1,5 toneladas de cocaína desde el norte de África. La droga fue localizada en un piso de Marbella y fueron detenidas una veintena de personas en la operación Cantera, pero los investigadores no consiguieron demostrar la participación del velero en el transporte. Por eso siempre habían tenido un ojo en el velero, que primero estuvo atracado en el puerto de La Bajadilla, en Marbella, pero luego fue trasladado a Sotogrande.
Ahora que tenían la información de que quizá podría volver a ser utilizado para el tráfico de drogas, los agentes comenzaron largas vigilancias en las que vieron cómo cinco personas lo transformaban radicalmente tanto en su exterior como en su interior mientras adoptaban, con mucho celo, medidas de seguridad. Los narcotraficantes jamás dejaban solo el barco, dejando siempre algún tripulante a bordo. Y mientras España estaba pegada a las pantallas de televisión para ver los partidos de la selección, cuatro de ellos aprovechaban para cargar a bordo las herramientas y materiales más sospechosos, incluso de madrugada, para evitar miradas ajenas. Una quinta persona los proveía de herramientas, planchas de aluminio y madera. Pintaron el casco de color verde para ocultar el blanco original. Y lo rebautizaron como Arhoa.
Tras cambiar el nombre del velero, dos tripulantes comenzaron la navegación rumbo a las islas Canarias, donde tenían previsto avituallarse para luego llegar a Sudamérica. Era el destino final y nuevo mercado para las organizaciones, que cuentan en el país sudamericano con millones de potenciales consumidores de esta droga. Una avería los obligó, sin embargo, a pasar unos días en el puerto de Tarifa. Una vez solventado el problema, retomaron su ruta, pero minutos después de abandonar las instalaciones portuarias tarifeñas el velero fue interceptado por el Servicio de Vigilancia Aduanera de Cádiz. Agentes de Policía Nacional e integrantes del GOIT consiguieron hallar los 56 kilos de MDMA. Finalmente, arrestaron a las cinco personas.