Sánchez y los grandes del Ibex aparcan la tensión y coinciden en Davos en reforzar la respuesta europea a EE UU
El presidente se fotografía con Botín (Santander), Torres (BBVA) e Imaz (Repsol) después de la polémica por la subida de impuestos a las energéticas y la banca. Sánchez Galán tenía otra cita
El Foro de Davos es muy distinto de la arena política española. Pedro Sánchez lleva varios meses, desde que empezó en julio del año pasado un giro a la izquierda y anunció impuestos a las grandes energéticas y a la banca, reforzando el discurso político en el que él se presenta como el defensor de los intereses de la clase media trabajadora mientras el PP sería el que apoya los intereses de las grandes empresas. El presidente ha hablado en muchas ocasiones de los “poderes oscuros” que intentan hundir a la coalición progresista, en clara referencia a estas grandes empresas. Pero en Davos, Sánchez y los principales ejecutivos de estas grandes empresas han aparcado, al menos de momento, esa tensión que lleva meses sobrevolando la política española y han mantenido un encuentro tranquilo, sin reproches mutuos y sin hablar de impuestos, en el que se ha podido ver al jefe del Ejecutivo sentado al lado de Ana Botín, presidenta del Santander, a la que él llegó a criticar expresamente por su rechazo al nuevo impuesto a la banca.
En el encuentro estaba también otro que ha sido muy crítico, Josu Jon Imaz, de Repsol, y el otro principal ejecutivo de la banca española, Carlos Torres, del BBVA, además de José María Álvarez Pallete, de Telefónica, Francisco Reynés, de Naturgy, y otros altos ejecutivos del Ibex 35. No estaba el más directo en sus críticas al Gobierno, José Ignacio Sánchez Galán, protagonista principal del choque con el Ejecutivo. Está en Davos, pero excusó su presencia porque tenía una cita clave con el fondo noruego Norges, segundo mayor inversor de Iberdrola, con el que ha alcanzado un compromiso para invertir 1.200 millones de euros en renovables en España. La presencia de Botín, que aunque ha llegado tarde a la cita, es llamativa porque no suele acudir a los encuentros con Sánchez ni al discurso central del presidente en Davos. Sobre todo después de que el presidente dijera “si protestan, vamos bien”, cuando le preguntaron sobre las críticas de Botín y Sánchez Galán a los nuevos impuestos.
Ni el presidente sacó sus críticas anteriores ni los ejecutivos plantearon reproches, según varias fuentes presentes en la reunión. Algunas de ellas explican que estas críticas, que muchos han lanzado en público, se sustancian sobre todo en privado en conversaciones con el propio Sánchez y con sus ministros, y no se llevan a un foro internacional como el de Davos delante de otros ejecutivos.
El centro de la conversación no fue ese, sino la situación económica internacional y en especial una cuestión que planteó primero el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y le siguieron después Botín, Torres y otros, esto es, el descomunal plan de subvenciones de hasta 400.000 millones de dólares en energía limpia en los próximos diez años y sus posibles consecuencias para Europa y sus empresas. Los ejecutivos le pidieron a Sánchez que empuje para buscar una respuesta fuerte de la UE a esta iniciativa, que amenaza con hacer que las inversiones se vayan a EE UU y se perjudiquen los intereses europeos, y le explicaron que Europa debe dar un paso al frente porque tanto los estadounidenses como los chinos están llevando la delantera.
Sánchez les garantizó que comparte su visión y les insistió en que el debate entre los gobernantes europeos va en esa línea, y es probable que haya avances en las próximas cumbres. “Los empresarios españoles me han pedido una respuesta rápida europea al plan de EEUU y les he explicado que estamos en ello”, señaló Sánchez a los periodistas a la salida del acto. Mientras Sánchez hablaba, Ursula von der Leyen confirmaba en la sala principal de Davos que efectivamente la Comisión Europea está preparando un gran plan para favorecer la inversión en energía verde de forma masiva con ayudas públicas aún no cuantificadas, una evidente respuesta a la iniciativa de EEUU. Sánchez ya había planteado en una entrevista con la CNBC en Davos que Europa debe “aprender” del plan de Joe Biden.
El presidente también aprovechó no solo el encuentro con los ejecutivos españoles, sino sobre todo otro anterior con medio centenar de CEO de todo el mundo para destacar las fortalezas de la economía española, que según todas las previsiones evitará la recesión y crecerá más que la mayoría de las economías de su entorno. Además, destacó que según esas previsiones la inflación española estará dos puntos por debajo de la media de la eurozona, y entre las más bajas de la UE. Sánchez atribuye estos buenos datos en parte a sus cinco paquetes de medidas frente a la guerra de Ucrania. El presidente tiene previsto durante toda la jornada una larga ronda de entrevistas con CEO de empresas estratégicas para buscar inversiones para España, especialmente en sectores tecnológicos.
Aunque durante el encuentro con los empresarios españoles no hizo referencia a los impuestos, el presidente del Gobierno si incluyó la referencia a la desigualdad tributaria en su discurso en la asamblea del foro de Davos. “En la mayoría de los países occidentales, la desigualdad está creciendo y el ascensor social se ha parado. Nuestros ciudadanos están perdiendo poder adquisitivo. Luchan para encontrar un trabajo decente, comprar una buena vivienda, darle buena educación a sus hijos. Y mientras, el número de multimillonarios sigue creciendo, y las grandes multinacionales siguen creciendo en beneficios a costa de otros. ¿Cómo podemos pedir a nuestros ciudadanos que aguanten un poco más la inflación, cuando algunas compañías pagan cero en impuestos gracias a los paraísos fiscales? Les estoy pidiendo a ustedes, élites globales, que nos ayuden ca cambiar la situación. Muchos de ustedes vienen de la clase media. Son líderes democráticamente elegidos o hicieron su fortuna con trabajo duro. Y por eso saben que el sistema no es justo. Que está lleno de injusticias. Es tiempo de arreglarlo”, clamó Sánchez en referencia a las grandes compañías tecnológicas y las plataformas digitales de comercio electrónico que tejen complejas estrategias tributarias para reducir al mínimo el pago de impuestos en los países donde operan.
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