Defensa alega que España no tiene los aviones de combate que pide Zelenski
“O algún país está ya instruyendo en secreto a los pilotos ucranios o hablar de entrega de cazas no tiene sentido”, subrayan fuentes militares
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajó el jueves a Kiev con un regalo bajo el brazo: aumentar de seis a 10 los carros de combate Leopard que España está dispuesta a entregar a Ucrania. Pero se encontró con una nueva demanda de su anfitrión, Volodímir Zelenski: aviones de combate. Sánchez quiso ser cortés y no le contestó con un no: “Hay que estudiarlo y hablarlo” con los socios de la UE y la OTAN, respondió.
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajó el jueves a Kiev con un regalo bajo el brazo: aumentar de seis a 10 los carros de combate Leopard que España está dispuesta a entregar a Ucrania. Pero se encontró con una nueva demanda de su anfitrión, Volodímir Zelenski: aviones de combate. Sánchez quiso ser cortés y no le contestó con un no: “Hay que estudiarlo y hablarlo” con los socios de la UE y la OTAN, respondió.
En declaraciones a la Cadena SER desde Kiev que se han emitido este viernes, Sánchez calificaba de “legítima” la petición y se comprometía a estudiarla. “Tendremos que ver cuáles son las capacidades militares que tenemos en las Fuerzas Armadas, pero desde el punto de vista militar, estamos ya dando muchísimos recursos al pueblo ucranio”, añadió. En cambio, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una entrevista concedida a EL PAÍS unas horas antes, había sido tajante: La entrega de aviones de combate a Ucrania “no está sobre la mesa en este momento” dijo. Y apostilló: “No es algo que se esté barajando por ningún aliado”.
El jefe de la diplomacia española tenía razón: ni en la UE ni en la OTAN se ha debatido el suministro de cazas al Gobierno de Kiev, a pesar de que Zelenski lleva semanas reclamándolo públicamente. Atendiendo a la petición de su anfitrión, Sánchez podría plantear formalmente el asunto a sus socios y aliados, pero seguramente no es el más indicado para hacerlo, ya que España no piensa entregar ninguno.
“No tenemos los aviones de combate que quiere Ucrania”, aducen fuentes del Ministerio de Defensa. Los cazas que reclama Kiev son del modelo F-16 Fighting Falcon, fabricado por la compañía estadounidense Lockheed Martin. Se trata del avión de guerra occidental más vendido de la historia. Se han fabricado unas 5.000 unidades y está en servicio en las Fuerzas Aéreas de unos 25 países. Pero no en la española. España apostó en su día por el F-18 Hornet de McDonnell Douglas, un avión de origen naval que constituía la punta de lanza del Ejército del Aire español hasta la entrada en servicio del Eurofighter.
España está dando ya de baja los F-18 del Ala 46, desplegados en la base de Gando (Gran Canaria), y sustituyéndolos por Eurofighter; por lo que, en teoría, podría entregar algunos de ellos. Pero “¡cuidado!”, advierten los expertos: “Un avión no es un tanque, que podrá estar más o menos vetusto y pararse en pleno campo de batalla, cuando un avión falla se cae”. Cuando un avión supera las horas de vuelo, como los de Canarias, simplemente hay que darlo de baja y dejarlo en tierra.
El problema, subrayan fuentes militares, no es encontrar en el mercado cazas F-16 aún operativos y disponibles, que los hay en abundancia. El problema es la instrucción de pilotos y mecánicos. Si España ha diseñado un programa acelerado de unos dos meses para formar a las tripulaciones y mecánicos de los Leopard, la instrucción de un piloto de combate lleva casi un año, advierten. Los pilotos ucranios están acostumbrados a utilizar aviones soviéticos (Mig 29 y Sukhoi) muy diferentes de los occidentales. “Si algún país no lleva meses instruyendo en secreto a los pilotos ucranios, es absurdo hablar de entregarles cazas a medio plazo”, alegan fuentes militares. De momento, solo el Reino Unido, con motivo de la visita de Zelenski a Londres el pasado día 8, ha anunciado su propósito de instruir a pilotos ucranianos, pero será a partir de primavera y la fuerza aérea británica (RAF) no tiene F-16.
Hay una última duda que plantean los expertos: “¿Para qué quiere Kiev aviones de combate?” El F-16 fue diseñado, inicialmente, para el combate aire-aire con otros cazas. Pero Rusia no está utilizando sus aviones de combate en Ucrania, no ha logrado imponer su superioridad aérea. Teme la eficacia de las potentes defensas antiaéreas que Occidente ha suministrado a Kiev —desde misiles Patriot a baterías Hawk, además de una amplia panoplia de misiles y artillería— y no quiere que sus cazas sean derribados. Por eso recurre a sus misiles de largo alcance y a los drones de fabricación iraní, frente a los cuales los F-16 no son el arma más eficaz. Como misión complementaria, estos cazas han desarrollado una capacidad de ataque a suelo y ahí sí podrían servir a Kiev para bombardear las posiciones rusas en las regiones ocupadas al este del país. O incluso para llevar la guerra a territorio ruso. Pero esto último es algo que Occidente ha querido evitar a toda costa y por eso ha medido tanto el material militar que suministraba.