Irene Montero se queda sola con Belarra en el hemiciclo

La ministra de Igualdad asume el rapapolvo de los grupos y la continuidad en el Ejecutivo pese a asistir, casi en solitario, al debate sobre la reforma del ‘solo sí es sí'

En un día crucial para el devenir de la coalición, en medio de una de las peores crisis entre los socios de Gobierno, la imagen de la ministra Irene Montero, arropada tan solo en la bancada del Gobierno por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, resumía este martes la posición en la que se ha quedado su partido en el Ejecutivo. “Voy a estar aquí, acompañando a las feministas del Congreso. Creo que es mi obligaci...

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En un día crucial para el devenir de la coalición, en medio de una de las peores crisis entre los socios de Gobierno, la imagen de la ministra Irene Montero, arropada tan solo en la bancada del Gobierno por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, resumía este martes la posición en la que se ha quedado su partido en el Ejecutivo. “Voy a estar aquí, acompañando a las feministas del Congreso. Creo que es mi obligación”, justificaba muy seria la titular de Igualdad a su llegada a la Cámara baja para asistir al debate sobre la reforma del PSOE a la ley del solo sí es sí, norma estrella de su departamento y sobre la que los socios no han sido capaces de alcanzar un acuerdo. Durante la hora y media que duró el intercambio entre los grupos, la ministra aguantó el rapapolvo a izquierda y derecha del arco parlamentario. En una sesión marcada por la celebración este miércoles del Día internacional de la Mujer, la intervención de las portavoces de PSOE y Unidas Podemos no fue más que una extensión de los reproches cruzados de las últimas semanas. Una preparación también para la batalla electoral de los próximos meses.

Los socios del Ejecutivo desistieron de aflojar el tono agrio en el debate de la tarde. “Dejen la hipérbole (…), estamos cansados de sus peroratas”, reprochó la diputada socialista Andrea Fernández con Montero presente. “El aplauso de hoy“, que finalmente nunca se produjo, “será el de la vergüenza”, contratacó desde UP Lucía Muñoz. “No hay feminismo posible pactando con quienes recurrieron el aborto al constitucional, con la ultraderecha que niega la violencia machista, deroga leyes trans o considera que las personas LGTBI son una moda de Netflix”, criticó la parlamentaria, que amenazó al socio con “inundar las plazas” este 8 de marzo, para gritar “alto y claro que solo sí es sí”.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (i), la diputada Lucía Muñoz (c), y la ministra de Igualdad, Irene Montero (d), durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 7 de marzo de 2023, en Madrid (España). Ricardo Rubio (Europa Press)

Podemos ha apretado en las últimas semanas al PSOE con este asunto. El partido cree que la foto de una votación conjunta con PP y Vox en víspera del Día de la Mujer pasará factura a los socialistas. Aunque con un discurso menos duro, el propio Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario, se mostró crítico por la mañana con la actitud del socio, al deslizar que este estaba legislando “en caliente y a golpe de las encuestas”. “Si alguien ha hecho cálculo con esto, no hemos sido nosotros”, reiteraban este martes fuentes de Podemos.

“Nunca debimos llegar hasta aquí”, señaló a última hora la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que tampoco asistió al debate, ocupada a esa hora en las negociaciones sobre el estatuto del becario, según su equipo. “Pocas veces he estado en este atril con más ganas de irme a casa”, arremetió durante el debate la portavoz de ERC, Pilar Vallugera, habitual socio del Gobierno, quien echó en cara, especialmente a los socialistas, que el Ejecutivo se hubiera portado en este asunto de forma “poco profesional”. “Pedimos al PSOE y a UP que muestren responsabilidad y nos sentemos desde hoy mismo a buscar un acuerdo”, imploró por su parte la parlamentaria de EH Bildu Isabel Pozueta. Ana Oramas, de Coalición Canarias, pidió a Montero “menos soberbia y más humildad” para encontrar una solución a “tanto dolor” causado, mientras Carlos García Adanero, de UPN, cuestionó la continuidad del Ejecutivo: “Si tan hartos están de Podemos, qué hacen en el Gobierno”.

Sin embargo, pese a la imagen de soledad de Montero, las ministras de Podemos no contemplan una salida del Ejecutivo. Lejos de asumir la derrota frente al PSOE, y aunque no todos dentro del grupo parlamentario comparten la estrategia de choque directo, el partido ha buscado reforzar la figura de la titular de Igualdad en esta crisis, organizando actos para arroparla y multiplicando su presencia en los platós de radio y televisión para dar el debate público. Irene Montero se ha convertido, además, en la principal baza electoral de la formación de Belarra y en medio de las tensiones con Díaz, su candidatura como alternativa a la vicepresidenta, en caso de que todo estalle, ha tomado vuelo. Podemos justifica, también, que en un momento de viraje del PSOE a la derecha, su presencia en el Gobierno, donde todavía tiene una “agenda social” que desplegar, es más necesaria que nunca.

Pero la realidad es que los socialistas, muy molestos con la deriva de esta crisis y las duras acusaciones de Podemos, han optado por ignorarla. En la víspera del 8-M, la responsable de Igualdad estuvo incluso ausente de la rueda de prensa de La Moncloa en la que la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, presentaba una ley de paridad que anunció el propio Pedro Sánchez el sábado, y cuya redacción tampoco ha dependido de ella. En un año eminentemente electoral, y a menos de tres meses de las autonómicas y municipales, los partidos marcan ya de forma clara sus diferencias y la votación de este martes puede suponer un punto de inflexión.

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