Las asignaturas pendientes de España y Portugal: el acuerdo europeo con Mercosur y otro año de mecanismo ibérico
Pedro Sánchez y António Costa, que se reúnen este miércoles en Lanzarote, pretenden reforzar las relaciones atlánticas de la UE
La sintonía entre Pedro Sánchez y António Costa, los dos líderes socialdemócratas más veteranos de Europa, volverá a quedar de manifiesto en la 34ª cumbre entre España y Portugal en Lanzarote. La reunión se celebrará este miércoles en Los Jameos del Agua de la isla canaria, escogida como sede como un reconocimiento a la importancia del Atlántico en la historia común y también por el simbolismo de albergar la casa museo de José Saramago, el premio Nobel de Literatura que construyó uno de los puentes más sólidos entre ambos países. La visita de Sánchez y Costa este martes, acompañados del presid...
La sintonía entre Pedro Sánchez y António Costa, los dos líderes socialdemócratas más veteranos de Europa, volverá a quedar de manifiesto en la 34ª cumbre entre España y Portugal en Lanzarote. La reunión se celebrará este miércoles en Los Jameos del Agua de la isla canaria, escogida como sede como un reconocimiento a la importancia del Atlántico en la historia común y también por el simbolismo de albergar la casa museo de José Saramago, el premio Nobel de Literatura que construyó uno de los puentes más sólidos entre ambos países. La visita de Sánchez y Costa este martes, acompañados del presidente del archipiélago, el socialista Ángel Víctor Torres, a la que fue última residencia del escritor portugués, evidenció el clima de concordia. La cumbre se celebra sin que se hayan cumplido cinco meses del anterior encuentro bilateral en Viana do Castelo, pero el calendario político español ha forzado la fecha. O se adelantaba a este semestre o se corría el riesgo de que este año ya no se celebrase la cita ibérica debido a que en el segundo semestre el Ejecutivo de Sánchez estará volcado en la presidencia española de la Unión Europea y en las elecciones legislativas de finales de 2023. En la reunión habrá lugar para los acuerdos bilaterales y también para estrategias conjuntas en el campo internacional en las que ambos países van de la mano.
Renovación del mecanismo ibérico. La Comisión Europea autorizó en junio pasado la excepción ibérica que permitió limitar el precio del gas en la producción de electricidad durante un año. El mecanismo funcionó y ambos países han logrado contener el precio de la energía. En los primeros seis meses de vigencia permitió ahorrar 4.000 millones de euros en España, según la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, y 489 millones en Portugal, según el ministro de Medio Ambiente, Duarte Cordeiro. Ambos ya viajaron en enero a Bruselas para pedir la prórroga del mecanismo ibérico, que finaliza el 31 de mayo. Aunque España y Portugal pretendían extenderlo hasta 2024, las autoridades comunitarias lo han limitado a seis meses, hasta diciembre de este año.
El comercio con Mercosur. España y Portugal son los países de la UE más interesados en reforzar las relaciones comerciales con América Latina frente a Francia, Irlanda o Bélgica, que temen el impacto sobre sus agricultores. Además de los lazos culturales y los intereses económicos, la firma del tratado comercial entre la Comisión Europea y Mercosur evitaría la pérdida de peso político de la península Ibérica en beneficio del Este de Europa. “Tengo la esperanza de que la presidencia española de la Unión Europea impulse este acuerdo con Mercosur, que sería el de mayor dimensión económica que pueda haber y que crearía una gran alianza atlántica”, observó el primer ministro portugués hace un mes, durante su participación en el Foro La Toja en Lisboa. La llegada de Lula da Silva a la presidencia de Brasil es un elemento que facilitará el tratado con Mercosur, un coloso demográfico de casi 300 millones de habitantes que forman además Argentina, Uruguay y Paraguay y al que podría sumarse pronto Bolivia. En su intervención ante la convención de embajadores el pasado enero, Pedro Sánchez señaló este acuerdo como una de sus prioridades para el semestre español de presidencia comunitaria.
Autonomía energética. En 2022, ambos países lograron un acuerdo estratégico con Francia para reforzar las conexiones energéticas con Europa para contrarrestar la dependencia del gas ruso. La península Ibérica ha sido históricamente una suerte de isla por la escasez de redes con el resto del continente, pero la guerra de Ucrania ha abierto un escenario nuevo. Sánchez y Costa acordaron en octubre con el presidente francés, Emmanuel Macron, la construcción del H2Med, el proyecto de hidroducto submarino que debería llevar hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella, y otro tubo para el transporte energético entre Celorico da Beira y Zamora, a través de la Raya, la frontera entre España y Portugal. Madrid y Lisboa aspiran a cambiar el perfil de importadores de energías fósiles por el de exportadores de energías verdes.
50 años sin dictaduras ibéricas. Portugal celebra en 2024 medio siglo de la Revolución de los Claveles, que tumbó el régimen autoritario más largo de la Europa occidental. Un año después será España la que festeje el mismo aniversario del fin del franquismo con la muerte del dictador y el inicio de la Transición. Dos momentos históricos paralelos llenos de simbolismo que se celebrarán con una programación cultural cruzada, entre septiembre de 2024 y finales de 2025. Se pretende también destacar la importancia de la cultura en la consolidación de las libertades.
Escuelas bilingües en la Raya. Está previsto que los ministros de Educación de Portugal y España, João Costa y Pilar Alegría, firmen un memorando para impulsar un proyecto de escuelas bilingües e interculturales en los territorios ubicados a ambos lados de la frontera. La iniciativa se concentrará en los niveles de Infantil, Primaria y Secundaria con el objetivo de fomentar la enseñanza del portugués y el español, la cooperación entre profesores y el conocimiento mutuo de los alumnos.
Los trenes pendientes. No hay previsto ningún anuncio sobre las infraestructuras ferroviarias ni que de esta cumbre salgan avances para acelerar las conexiones entre ambos países. Para viajar entre Lisboa y Madrid se necesitan tres trenes y más de nueve horas, mientras que Oporto y Vigo siguen dependiendo de un servicio diésel que invierte casi dos horas y media en recorrer una distancia de 150 kilómetros.