Sánchez le dice al Rey que tendrá apoyos para la investidura pero no se opone a que Feijóo lo intente
El presidente abre el paso a una amnistía para los encausados del ‘procés’ si es “en el marco de la Constitución”
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha dejado muy claro este martes, primero ante el Rey y después ante los periodistas, que no ve sentido a que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se someta a una sesión de investidura fallida, pero también que él no se opondrá a ello si el Rey lo decide. Ese intento de Feijóo sería, según Sánchez, “un trámite de exhibición” y no un auténtico debate de investidura, q...
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha dejado muy claro este martes, primero ante el Rey y después ante los periodistas, que no ve sentido a que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se someta a una sesión de investidura fallida, pero también que él no se opondrá a ello si el Rey lo decide. Ese intento de Feijóo sería, según Sánchez, “un trámite de exhibición” y no un auténtico debate de investidura, que “tiene como única finalidad reunir el respaldo necesario” para ser designado presidente del Gobierno. Sánchez, en todo caso, negocia ya con los partidos independentistas para buscar sus propios apoyos. “Le he trasladado al jefe del Estado mi disposición a asumir la responsabilidad y a lograr la investidura”, ha dicho el líder del partido socialista, sin aclarar si esa disposición sería inmediata o si, por el contrario, ha pedido al Rey más tiempo para negociar.
“Sea cual sea la decisión que tome el jefe del Estado, cuenta con el respeto y el respaldo del PSOE. El PSOE se mantiene fiel a lo que decida el jefe del Estado”, ha insistido Sánchez en su comparecencia tras reunirse con Felipe VI, que este martes culmina su ronda de consultas con los partidos políticos. El secretario general de los socialistas se ha cuidado mucho de criticar esa posible decisión del Rey de proponer a Feijóo, y ha cargado en el dirigente del PP toda la responsabilidad de lo que considera un absurdo —una “pérdida de tiempo”, dijo el domingo Félix Bolaños, el principal negociador del PSOE—.
“Sería una investidura fallida. Si Feijóo quiere darse de bruces por tercera vez con la realidad está en su derecho, es una decisión que debe tomar él. Solo hay una mayoría posible. No hay otra alternativa que reeditar un Gobierno de progreso que consolide los avances. La propuesta derogatoria fracasó, fueron derrotados por las urnas, sus esfuerzos, sus contorsiones para optar a una investidura son perfectamente legítimos, pero serán inútiles”, ha reiterado Sánchez.
El presidente le ha explicado al Rey que, pese a que él aún no tiene los respaldos suficientes garantizados, está convencido de que los logrará, y como prueba de que puede hacerlo aporta la votación de la semana pasada para formar la Mesa del Congreso, en la que la candidata socialista, Francina Armengol, obtuvo 178 apoyos, dos por encima de la mayoría absoluta. “Creemos estar en condiciones desde el PSOE de aunar el respaldo para la investidura, como quedó acreditado la semana pasada. Ofrecemos estabilidad política y económica para hacer frente a los desafíos del momento”.
Sin embargo, en La Moncloa asumen que lo más probable, en las actuales circunstancias —Sánchez solo tiene garantizado el apoyo del PSOE y Sumar, esto es, 152 votos, frente a un Feijóo que con PP, Vox, Coalición Canaria y UPN tendría 172— es que el Rey encargue al presidente popular que lo intente. Ese escenario tendría una parte positiva para el Gobierno, porque se vería claramente que el PP no tiene mayoría; y también una parte negativa: empezaría a correr el reloj y desde ese momento el PSOE solo tendría dos meses para cerrar la negociación con los partidos nacionalistas e independentistas.
El presidente también ha dado algunos apuntes sobre los límites de esa negociación. Sánchez, como antes hicieron otros representantes del Gobierno en público y en privado, ya no cierra abiertamente la puerta a una amnistía para los implicados en el procés independentista catalán. Aún está todo por negociar y nadie sabe hasta dónde llegará el acuerdo, pero sí está cada vez más claro que el alivio penal a los implicados en el procés, en línea con lo que ya se hizo con los indultos y la reforma de los delitos de sedición y malversación, será el eje de la negociación y la clave de bóveda para lograr la investidura.
Sánchez ha reivindicado “el trabajo de normalización y estabilización que ha hecho el Gobierno en una situación heredada con una de las crisis políticas más graves de nuestra historia con consecuencias judiciales”, y ha apuntado que cree que los catalanes han sancionado en las urnas ese esfuerzo, por lo que considera que es coherente seguir adelante. “Vista la situación en Cataluña, y visto el resultado del 28-M y del 23-J, parece evidente que la sociedad catalana apuesta definitivamente por el reencuentro y la convivencia. Vamos a mantener la coherencia con lo que hemos venido haciendo. El diálogo es el método y la Constitución es el marco”, ha contestado cuando le han preguntado por primera vez por la amnistía.
Cuando los periodistas le han insistido en si una ley de amnistía, que es lo que piden los independentistas, entraría para el Gobierno dentro de la Constitución, Sánchez ha dejado la puerta abierta. “Insisto: el diálogo es el método, la Constitución es el marco. Debemos continuar en la senda de trabajar por la convivencia. No me corresponde a mí decir qué es constitucional o no, para eso tenemos al Tribunal Constitucional”. Hasta el año pasado, cuando se preguntaba al Gobierno por la amnistía, siempre insistía en que era inconstitucional. Ahora esa vía parece abierta y hay juristas que insisten en que es constitucional, aunque otros sostienen que no lo es.
Sánchez también ha reivindicado negociar con Junts, el partido liderado por el expresident Carles Puigdemont, que permanece huido en Bélgica desde 2017 con un proceso judicial pendiente en España. “Junts es un partido que tiene una representación de siete escaños, y nosotros no rechazamos su legitimidad, al contrario que otros”, ha dicho Sánchez. “Nosotros tenemos una gran ventaja sobre el PP: podemos hablar con todas las fuerzas, salvo con una [en referencia a Vox], y el PP puede hablar solo con esa una”.
Las cartas de la investidura están, pues, muy claras: Sánchez estaría dispuesto a ser el primero en intentarlo, sin fecha fija, para abrir una negociación, pero, si el Rey decide encargárselo a Feijóo, esperará su momento. Y la negociación será muy compleja, pero tendrá como clave de bóveda una solución de alivio penal para los independentistas procesados.
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