Nacho Álvarez: “Un Gobierno que no tenga una agenda ambiciosa no será útil para la gente”
El secretario de Estado, negociador principal de Sumar con el PSOE, aboga por trabajar para disminuir las tensiones entre los partidos del nuevo espacio político
Nacho Álvarez (Madrid, 46 años) se muestra convencido de que en la próxima legislatura las demandas sociales y territoriales han de cobrar el máximo protagonismo y defiende un Gobierno con una “agenda ambiciosa”. En un contexto aún vacilante, pendiente del sí de Junts, el secretario de Estado de Derechos Sociales y negociador principal de Sumar con el PSOE para un acuerdo de coalición no abandona en ningún momento la pr...
Nacho Álvarez (Madrid, 46 años) se muestra convencido de que en la próxima legislatura las demandas sociales y territoriales han de cobrar el máximo protagonismo y defiende un Gobierno con una “agenda ambiciosa”. En un contexto aún vacilante, pendiente del sí de Junts, el secretario de Estado de Derechos Sociales y negociador principal de Sumar con el PSOE para un acuerdo de coalición no abandona en ningún momento la prudencia sobre esas conversaciones. Tras un agosto intenso, en esta entrevista realizada el viernes en la sede de EL PAÍS en Madrid, el portavoz económico de la formación de Yolanda Díaz y a la vez máximo responsable del área en Podemos responde sobre su nueva posición, y aboga por trabajar para disminuir las tensiones entre los partidos del nuevo espacio político.
Pregunta. Asistimos esta semana públicamente a la reunión entre la líder de Sumar y Puigdemont en Bruselas. ¿No genera un problema institucional el que una vicepresidenta en funciones se reúna con una persona huida de la justicia?
Respuesta. Creo que no. Hay que ir al fondo del asunto: las conversaciones con Puigdemont no son solo para salvar una investidura, o incluso solo para salvar una legislatura, sino para afrontar un reto enorme que España sigue teniendo pendiente, que es la crisis territorial. La próxima legislatura nuestro país tiene que afrontar de una vez por todas la crisis territorial y empezar a sentar las bases para resolver un problema que no puede postergarse más.
P. Y en estas negociaciones con Junts, ¿cuál es el papel real de Sumar? Más allá de gestos, ¿están negociando contenido?
R. Estamos hablando de todo y convencidos de que en la próxima legislatura la agenda social y la territorial van a avanzar de la mano. Necesitamos un pacto territorial que cosa nuestro país, un país plurinacional, pero esto no es contradictorio con avanzar en nuevas conquistas sociales.
P. Todo gira en este momento en torno al sí de Junts para esa posible investidura de Sánchez. ¿Será capaz Sumar de imponer una agenda de derechos económicos y sociales en una legislatura que parece que va a estar muy marcada por esas demandas territoriales de las fuerzas independentistas?
R. Queremos una legislatura que sea útil, que permita avanzar en derechos sociales y resolver los problemas que siguen teniendo las familias. Eso exige una agenda ambiciosa. Un Gobierno que no tenga una agenda ambiciosa no será un Gobierno útil para la gente. Además, esta es la mejor vía para ensanchar nuestra democracia.
Es necesario abordar la reducción de la jornada laboral, resolver el problema de la vivienda y mejorar los instrumentos de conciliación”
P. Estos últimos cuatro años han sido intensos en el despliegue de reformas económicas. ¿Qué medidas han puesto ahora encima de la mesa?
R. No debemos conformarnos con lo que tenemos. La que viene no puede ser una legislatura al ralentí. Siempre que hemos ido un poco más lejos de lo que nuestro socio de Gobierno planteaba, como sucedió con el salario mínimo interprofesional, la reforma laboral o el tope al gas, eso acabó siendo positivo para resolver problemas de la ciudadanía. Es necesario abordar la reducción de la jornada laboral, resolver el problema de la vivienda y mejorar los instrumentos de conciliación.
P. También está pendiente la reforma fiscal, que es un compromiso con Bruselas. ¿Son partidarios de que los impuestos a las energéticas, la banca y a los grandes patrimonios sean permanentes?
R. Es una cuestión crucial. Consideramos que la imposición extraordinaria a las grandes fortunas y a las empresas eléctricas y bancarias ha de mantenerse. Y debemos consolidar una tributación de un 15% de tipo mínimo efectivo sobre resultado contable, en el caso del impuesto de sociedades.
P. La compra del 9,9% de Telefónica por parte de los saudíes tendrá que pasar por el Consejo de Ministros. ¿Qué debe hacer el Gobierno?
R. La clave no es cómo afecta a los directivos o a los accionistas de la compañía, sino a los intereses nacionales de España y al conjunto de la sociedad. Es crucial proteger los intereses estratégicos de nuestro país y el Gobierno debe de hacer uso de la actual legislación antiopas para frenar la operación.
P. En campaña hicieron ustedes una enmienda a la ley de vivienda por todas las deficiencias que podía tener. ¿Están llevando a las negociaciones alguna propuesta concreta en este terreno?
R. Fue el presidente del Gobierno quien en campaña dijo que la vivienda sería una prioridad en esta legislatura. Y estamos completamente de acuerdo. Pero ahora hay que pasar de las palabras a los hechos. El propio programa electoral del PSOE plantea una idea sugerente: un parque público de vivienda que eleve el peso de la vivienda protegida hasta el 20% del total. Hay que hacerlo. Y tenemos que seguir desarrollando la ley de vivienda para frenar los precios. El Gobierno debe esforzarse en la próxima legislatura para evitar que las comunidades del PP se declaren en rebeldía y no apliquen la ley.
P. ¿Están planteando en las negociaciones una reforma del sistema de financiación autonómica?
R. Sin duda, y es una cuestión relevante.
El Gobierno debe de hacer uso de la actual legislación antiopas para frenar la operación en Telefónica”
P. Están negociando el acuerdo de Gobierno, pero a la vez trabajan también para el sí de Junts. ¿No puede parecer que le están regalando sus votos al PSOE a cambio de nada, sin saber cuál va a ser el papel de Sumar en el próximo Gobierno?
R. Sumar va a ser decisivo en la conformación del próximo Gobierno de coalición, toda España lo sabe. Y Sumar apuesta por un Gobierno de coalición con un programa ambicioso en los dos vectores que deben dirigir la próxima legislatura: la ampliación de los derechos sociales y una agenda territorial que resuelva por la vía política problemas enquistados en nuestro país.
P. ¿Puede Sumar exigir los mismos puestos que tenía antes en el Gobierno habiendo bajado en votos y escaños?
R. No estamos todavía ahí. Estamos concentrados en los contenidos que deben guiar la hoja de ruta del Gobierno. Lo primero es poner los raíles por donde debe circular el tren y solo después hablaremos de cuántos vagones debe tener o de quién debe dirigirlos.
P. ¿Verían positiva una reducción de ministerios? ¿Se ha planteado?
R. Se está estudiando, pero permítame que sea cauteloso con esta cuestión que está en negociación.
P. ¿Es partidario de que Irene Montero siga como ministra de Igualdad, tal y como ha pedido la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y ella misma ha dicho que le gustaría?
R. Irene Montero me parece un gran activo para la izquierda de este país. Pero como decía, la negociación no se encuentra en ese punto.
Podemos encontrará la vía que le permita seguir siendo una fuerza política que mantenga una influencia decisiva”
P. Con la irrupción de Sumar, ¿tiene sentido Podemos ahora?
R. Podemos ha sido un partido clave en la historia reciente de nuestro país. Claro que sigue teniendo sentido. Estoy convencido de que Podemos encontrará la vía que le permita seguir siendo una fuerza política que mantenga una influencia decisiva en el nuevo contexto político.
P. Como miembro de la dirección de Podemos, ¿qué papel cree que debe tener Podemos en Sumar?
R. Al igual que el resto de las organizaciones políticas, debe jugar un papel para trasladar sus ideas, para impulsar su liderazgo y para seguir siendo un motor en esta coalición.
P. ¿Qué relación tiene ahora con la cúpula de Podemos desde que ejerce como portavoz económico de Sumar?
R. Sigo siendo miembro de la dirección de Podemos. No veo ninguna contradicción.
P. ¿Comparte el análisis que hizo la secretaria general de Podemos el 24 de julio al criticar la pérdida de votos y de escaños y la estrategia de invisibilización de Podemos y del feminismo?
R. No voy a entrar a valorar unas declaraciones u otras. Creo que el proceso de conformación de una coalición tan compleja como Sumar genera debates cotidianos que son inevitables y normales. Nuestra tarea es trabajar para que en esa coalición lubriquemos más y mejor las relaciones entre las distintas organizaciones.
P. ¿Cuál debe ser su papel en esta etapa? ¿Usted se ve como ministro?
R. Esa conversación no toca. Mi papel es garantizar que haya un acuerdo de coalición y que ese acuerdo sea ambicioso. Y eso centra el 100% de mis esfuerzos.
P. El otoño pasado se nos preparó para una crisis, pero a España le ha ido mejor que a sus socios. Los analistas ahora vuelven a advertir de que vienen curvas. ¿Cómo cree que va a tomarlas la economía española?
R. Llevamos más de un año escuchando, particularmente a la derecha española, decir que nos dirigíamos a una gran crisis. Feijóo lo dijo hace algo más de un año y esto no se ha producido, al contrario. Se ha mantenido un ritmo de crecimiento y de creación de empleo elevado a pesar de la subida de tipos de interés. Dado que los tipos se van a mantener altos durante muchos meses, es crucial que para mantener el crecimiento y la creación de empleo, la inversión siga siendo sólida y fuerte en nuestro país. La continuidad del plan de recuperación garantiza que la economía siga manteniendo un buen ritmo de crecimiento.
P. La orientación de Bruselas ha favorecido a España estos años con mayor flexibilidad, la suspensión de las reglas fiscales o el fondo de recuperación. ¿Puede cerrarse esa ventana si no se da un buen acuerdo sobre las normas fiscales bajo la presidencia española?
R. La política económica en tiempo de pandemia nos ha demostrado que teníamos miedos infundados. Haber suspendido las reglas fiscales no ha llevado a problemas de sostenibilidad de las finanzas públicas, sino que ha garantizado una recuperación más rápida. La mutualización de la deuda para impulsar un paquete fiscal europeo ha propiciado que en lugar de una década perdida, en apenas año y medio hayamos recuperado los niveles de empleo anteriores a la pandemia. Volver al statu quo previo a la pandemia sería un enorme error. Las nuevas reglas fiscales deben contemplar la flexibilidad que permita desarrollar inversiones necesarias para hacer frente al cambio climático, impulsar la I+D+i o las inversiones en educación.