La envenenada transición en el Ayuntamiento de Pamplona

Diez días después de la moción de censura para desalojar a UPN del Consistorio sólo se han celebrado reuniones entre los cargos salientes y entrantes en unas pocas áreas

Joseba Asiron saluda a su predecesora en el cargo, de UPN, tras lograr la alcaldía de Pamplona mediante una moción de censura el pasado 28 de diciembre.Jaime Villanueva

Se cumplen diez días desde la aprobación en el Ayuntamiento de Pamplona (203.000 habitantes) de la moción de censura contra Cristina Ibarrola (UPN), acordada entre EH Bildu y los socialistas navarros. El abertzale Joseba Asiron (Pamplona, 61 años) lidera ya un Gobierno tripartito con Geroa Bai y Contigo-Zurekin que, en sus primeros días en ejerc...

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Se cumplen diez días desde la aprobación en el Ayuntamiento de Pamplona (203.000 habitantes) de la moción de censura contra Cristina Ibarrola (UPN), acordada entre EH Bildu y los socialistas navarros. El abertzale Joseba Asiron (Pamplona, 61 años) lidera ya un Gobierno tripartito con Geroa Bai y Contigo-Zurekin que, en sus primeros días en ejercicio, ha aprobado la prórroga de los Presupuestos y que, según está previsto, este lunes anunciará el refuerzo de los recursos para personas sin hogar ante la caída de las temperaturas.

Su Ejecutivo tiene como reto inmediato la aprobación de las nuevas Cuentas, pero antes tiene que aterrizar en sus respectivas áreas. Sin embargo, según denuncian, no cuentan para ello con el apoyo del anterior equipo. La transición ha sido prácticamente inexistente, relatan desde el Consistorio, porque solo en unas pocas áreas se ha celebrado alguna reunión entre los cargos salientes y los entrantes. El caso más llamativo es el de Ibarrola, que no ha respondido a las llamadas ni a los wasaps de Asiron y, tal y como ha manifestado públicamente, no tiene intención de hacerlo. Las fechas navideñas y las vacaciones tampoco están ayudando a recuperar la normalidad en un ayuntamiento que este lunes celebra el primer pleno extraordinario de esta legislatura. Empieza una etapa nueva de gestión que servirá como banco de pruebas en el territorio nacional porque es la primera vez que EH Bildu gobierna gracias a los votos socialistas.

Por lo pronto, el inicio no ha sido sencillo. “No puedo hablar de transición ordenada”, ha afirmado Asirón en la SER, “porque no está existiendo esa transición. Nos hemos encontrado ordenadores formateados y yo diría que hasta el material de oficina se lo han llevado”. En algunas áreas concretas sí se ha producido contacto entre los equipos saliente y entrante, pero ha sido mínimo. En una entrevista en la misma emisora, Ibarrola reconoce que no tiene “ningún interés en hablar con gente que miente en cada palabra que dice”, pero asegura que la transición sí se ha dado: “Tiene todos los expedientes de todo el trabajo que hemos hecho intensísimo durante estos seis meses. Tiene todo de forma transparente en todas las áreas. Dejamos todo perfecto”, aseguró.

Los primeros días están siendo muy ajetreados, pese a las vacaciones navideñas. La ola de frío que se avecina ha empujado al Consistorio a firmar las primeras medidas para reforzar los recursos para las personas sin hogar y habrá que esperar al jueves 11 para que se celebre el primer pleno ordinario, donde tomarán posesión dos nuevos concejales —uno de UPN y otro del PSN—. En paralelo, los grupos que conforman el tripartito ordenan las prioridades en sus respectivas áreas de gestión y se prevé que en los próximos días se reúnan para empezar a trabajar en el borrador de los próximos Presupuestos. Por ahora, la Junta de Gobierno Local ha prorrogado las Cuentas del año pasado. El tripartito tiene todavía que negociar en el ámbito interno y no se ha marcado una fecha límite para sacarlas adelante, si bien se pretende que coincidan con la aprobación en el Parlamento foral de las Cuentas de Navarra, prevista para finales de febrero o principios de marzo. Son dos planos distintos de gestión, pero quienes elaboran los presupuestos son los mismos grupos, por lo que se espera que vayan en una línea similar. Mientras que a nivel autonómico los socialistas necesitan a EH Bildu para dar luz verde a las cuentas, en el plano municipal es la coalición abertzale quien necesita al PSN.

No existe un borrador inicial de las cuentas, aunque el nuevo alcalde ha dejado claro en varias ocasiones sus líneas de trabajo. La prioridad es combatir la situación de las personas sin hogar, “un reto de primera magnitud”, dijo, al que suma el impulso de un Plan de Vivienda para construir un millar de residencias con precios asequibles. Las medidas están recogidas en el acuerdo programático firmado por los grupos que conforman el tripartito, pero van también en la línea de lo pactado con los socialistas -que no están dentro del Gobierno municipal- para sacar adelante la moción de censura contra Ibarrola, por lo que se espera que el PSN facilite la aprobación de las cuentas.

La relación entre los cuatro grupos municipales —EH Bildu, PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin (esta coalición no obtuvo representación en la anterior legislatura)— es y ha sido fluida durante los cuatro últimos años y medio. El propio Asiron ha reconocido públicamente que las sinergias entre estas formaciones comenzaron a formarse “al día siguiente de las elecciones de 2019″. “Hemos estado cuatro años de oposición al señor Maya [Enrique, de UPN] trabajando a piñón y ahí es donde se han tejido las confianzas”. Durante toda la legislatura va a ser indispensable que PSN y EH Bildu negocien porque los votos de los socialistas son necesarios para sacar adelante las diferentes medidas. Entre los desacuerdos previsibles, figura el diseño de las políticas lingüísticas. El euskera y el castellano son lenguas cooficiales en la ciudad y ambas formaciones se han comprometido a buscar un consenso para garantizar al euskera un tratamiento acorde con la demanda y realidad sociolingüística de Pamplona.

Es el comienzo de una legislatura que servirá como banco de pruebas a nivel nacional porque es la primera vez que EH Bildu gobierna gracias a los votos socialistas. No obstante, en 2019, María Chivite (PSN) fue investida presidenta de la Comunidad foral gracias a la abstención de varios parlamentarios de la izquierda abertzale —aunque los socialistas sostienen que nadie se lo pidió—, cuando los acuerdos a escala nacional del PSOE con EH Bildu todavía no se habían producido. Desde entonces, Chivite ha sacado adelante todos los Presupuestos con el apoyo o abstención de este grupo. Queda también por ver el impacto que van a tener estos acuerdos en Euskadi o en la política de pactos del Gobierno central. Por ahora, en la comunidad vecina, a las puertas de unas elecciones próximas pero aún sin fecha, el PSE-EE insiste en que no hará lehendakari a un candidato abertzale. Para Asiron, es una cuestión de tiempo que se normalicen estos pactos. “EH Bildu está haciendo un trabajo muy importante en los ayuntamientos, en el Parlamento y también en Madrid. Ha ido ganando un prestigio en la política estatal que es innegable. Cada vez tenemos más apoyos fuera de nuestro ámbito de trabajo, que es Euskal Herria. Creo que eso es lo que ha hecho que, poco a poco, el PSOE estatal vea que EH Bildu es un socio fiable para trabajar”, ha señalado.

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