Robles afirma que el Gobierno no tenía constancia de que el desertor ruso se había refugiado en Alicante
El capitán Kuzmínov, asesinado el pasado día 13 por pistoleros enviados por Moscú, carecía de protección en España
El Gobierno no tenía constancia de la presencia en España de Maxim Kuzmínov, el desertor del ejército ruso asesinado el pasado 13 de diciembre en Villajoyosa (Alicante), según ha explicado la ministra de Defensa, Margarita Robles. “Vino libremente y el Gobierno no tenía constancia de que esta persona estuviera aquí en España”, ha subrayado Robles, durante una visita a Aldea del Fresno (Madrid), donde ha revisado el puente Mabey instalado en noviembre pasado por efectivos del Mando de Ingenieros del Ejército, informa Ef...
El Gobierno no tenía constancia de la presencia en España de Maxim Kuzmínov, el desertor del ejército ruso asesinado el pasado 13 de diciembre en Villajoyosa (Alicante), según ha explicado la ministra de Defensa, Margarita Robles. “Vino libremente y el Gobierno no tenía constancia de que esta persona estuviera aquí en España”, ha subrayado Robles, durante una visita a Aldea del Fresno (Madrid), donde ha revisado el puente Mabey instalado en noviembre pasado por efectivos del Mando de Ingenieros del Ejército, informa Efe. El hecho de que el Gobierno ignorase la presencia del oficial ruso en España explicaría por qué no contaba con protección, a pesar de que había sido expresamente amenazado por el régimen de Putin.
Según ha adelantado este martes EL PAÍS, los servicios de inteligencia españoles han llegado a la conclusión de que el capitán que se pasó en agosto pasado a Ucrania con su helicóptero de combate Mi8 fue asesinado por pistoleros, probablemente sicarios, enviados por Moscú. El Gobierno de Kiev recompensó con 500.000 dólares y le facilitó documentación falsa a nombre de un ciudadano ucranio de 33 años. Fue él quien “libremente”, según ha subrayado Robles, decidió trasladarse a vivir a la costa de Alicante, donde hay una numerosa colonia rusa y ucrania.
El Gobierno español se ha hecho cargo del alojamiento y la protección de los más de 4.000 militares ucranios que se han instruido en España, así como de las decenas de heridos de guerra que se recuperan en el hospital militar de Zaragoza. A Kuzmínov no se le puso ninguna protección porque el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no fue avisado por su homólogo ucranio de la llegada del militar ruso a España.
El comportamiento del joven capitán —tenía 28 años cuando desertó— tampoco se caracterizaba por su discreción. Según algunas fuentes, la pista que llevó a los servicios secretos rusos hasta él fue una llamada a su antigua novia, que permanece en Rusia, invitándola a visitarlo. “Él decidió mudarse a España en vez de quedarse aquí [en Ucrania]. Por lo que sabemos, invitó a su expareja al sitio donde estaba y más tarde fue encontrado muerto a tiros”, señalaron fuentes de la inteligencia ucrania a la web Ukrainska Pravda.
La falta de información llevó a que, inicialmente, la Guardia Civil atribuyera su asesinato a un ajuste de cuentas entre bandas criminales. Fue posteriormente cuando se cotejaron sus huellas dactilares, cuando se descubrió la verdadera identidad de la víctima.
Fuentes diplomáticas reconocen que, aunque se está todavía a la espera de recabar suficiente información, se trata de un asunto “gravísimo”. Si se confirma la implicación de las autoridades rusas, agregan, España dará una “respuesta contundente”.