Marlaska asegura que nunca sospechó que Ábalos “pudiera estar en ningún negocio turbio”
El ministro del Interior niega en el Senado que se reuniera con los dos personajes claves de la trama, Koldo García y Víctor de Aldama
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado este jueves, durante su comparecencia en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado, que él nunca sospechó que quien fuera su compañero en el Gobierno, el exministro socialista José Luis Ábalos, “pudiera estar en ningún negocio turbio”. Grande-Marlaska ha añadido que tampoco le consta que nadie más del Ejecutivo dudara entonces de él o que se conocieran sus supuestas actividades cuando el presidente, Pedro Sánchez, lo cesó como ministro de Transportes en julio de 2021. En una intervención en la que se han vivido momentos tensos con los representantes del PP, Grande-Marlaska ha recalcado que nunca mantuvo reuniones ni con el exasesor de Ábalos, Koldo García, ni con el empresario Víctor de Aldama, señalados ambos por la investigación de la Guardia Civil como epicentro de la trama corrupta que penetró presuntamente en varias administraciones públicas antes, durante y después de la pandemia de 2020.
El ministro ha asegurado que a García lo conocía de coincidir en algún “acto institucional” cuando este acompañaba a Ábalos y ha negado tajantemente que tuviera relación con el empresario. “No me he reunido nunca y no creo que haya cruzado nunca la mirada en mi vida [con Aldama]”, ha dicho antes de señalar que tampoco tiene constancia de que el señalado como conseguidor de la trama hubiera estado en la sede de su departamento. Si ha admitido que el exasesor de Ábalos tuvo tratos aquellos días con miembros de su equipo ―el número 3 del ministerio, el comisario de Policía José Antonio Rodríguez ha declarado en el juzgado que mantuvo conversaciones con él sobre el suministro de mascarillas―, pero ha rechazado que en su departamento “campara a sus anchas” los miembros de la trama por este hecho, como han asegurado varios senadores de la oposición durante la sesión.
Durante su intervención, Grande-Marlaska ha remarcado en varias ocasiones que la actuación de Interior en la adjudicación de un contrato de cerca de 3,5 millones de euros para la compra de mascarillas a la empresa de la trama Soluciones de Gestión se ajustó en todo momento a la legalidad en un momento crítico como fue el inicio de la pandemia. “Pongo la mano en el fuego por todos los funcionarios del Ministerio del Interior”, ha afirmado después de asegurar en varias ocasiones que “no hay ningún elemento que determine que ha habido una irregularidad” y que el procedimiento que se siguió fue el “adecuado” teniendo en cuenta la urgencia de adquirir material sanitario para las fuerzas de seguridad en aquellos días. También ha insistido en que “no hay ninguna vinculación de ninguna persona del Ministerio del Interior con la trama”.
El ministro ha afirmado que él no fue informado previamente por la Guardia Civil de que se estaba investigando el supuesto fraude que afectaba a un contrato de su ministerio y ha insistido en que tampoco ha tenido acceso a los informes que el instituto armado ha enviado al juzgado y que, de hecho, sigue los avances de las pesquisas por la prensa. Preguntado por la presunta implicación de Ábalos en las actividades de la trama ―el juez de la Audiencia Nacional que lo investiga le atribuye un “papel principal”― y si abordó con él en algún momento la compra de mascarillas, Grande-Marlaska ha admitido que, en lo peor de la pandemia, “seguro” que hablaron “en algún momento”, pero “de forma general”. También ha reconocido que el escándalo “duele más a quienes conocíamos a algunas de estas personas”, en referencia al que fuera su compañero en el Gobierno.
Durante su comparecencia, el titular de Interior ha marcado distancias con Ábalos no solo respecto a la compra de las mascarillas, sino también sobre la polémica presencia de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez el 20 de enero de 2020 en el aeropuerto de Madrid-Barajas, cuando pesaba sobre ella un señalamiento que le prohibía entrar en el espacio Schengen, que engloba a 23 países de la Unión Europea, además de Suiza, Noruega e Islandia. Grande-Marlaska ha insistido en varias ocasiones que él se enteró de que la dirigente chavista iba a aterrizar en España “poco antes” de que llegara, y que el único contacto que tuvo aquella noche con Ábalos fue para informarle, precisamente, de que Rodríguez no podía entrar en territorio comunitario.
“No se me comunica nada y desconozco hasta qué punto el presidente del Gobierno [Pedro Sánchez] sabía de esa visita”, ha añadido, antes de afirmar que él se ocupó entonces “exclusivamente del campo de mi actuación” y que este era que se cumpliera el señalamiento que prohibía a la vicepresidenta venezolana pisar suelo Schengen. También ha rechazado tajantemente que miembros de las fuerzas de seguridad destinados aquel día en el aeropuerto cometieran ninguna irregularidad, como el supuesto borrado de grabaciones de vídeo, durante el tiempo que duró la escala de la vicepresidenta venezolana, o que su mano derecha en el ministerio, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, participara de modo alguno en la preparación del viaje. Sobre el supuesto equipaje que viajaba en el avión de la dirigente chavista y que se quedó en España, Grande-Marlaska se ha mostrado “convencido” de que dichas maletas no pasaron la frontera.
Los momentos más tensos de la comparecencia se han vivido durante la intervención del portavoz del PP en la comisión, Luis Santamaría, quien ha acusado a Grande-Marlaska de mentir, torpedear los trabajos del Senado por no remitir determinada documentación y presionar a los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, responsable de la investigación del caso Koldo. Grande-Marlaska ha negado todas estas acusaciones y ha recordado al senador popular la supuesta existencia de una policía patriótica durante los gobiernos de Mariano Rajoy para torpedear las investigaciones del caso Gürtel. “La UCO está investigando todos los hechos con auténtica libertad, no como hace unos años”, ha ironizado.
Sobre la salida el pasado septiembre de Leonardo Marcos de su puesto de director general de la Guardia Civil, el ministro ha asegurado que fue una decisión fue “voluntaria por razones personales y familiares” de este y ha negado que el cese haya tenido nada que ver con el caso Koldo. El último informe de la Guardia Civil recogía una conversación telefónica entre el exasesor de Ábalos y el comandante del instituto armado Rubén Villalba, implicado en el caso, en la que el primero aseguraba saber que le estaba investigando la UCO y que esa información supuestamente se la había sido proporcionada por Marcos cuando aún estaba al frente de la Guardia Civil.
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