Educación se retrasa en la recarga de las tarjetas de los comedores escolares
La Generalitat achaca el problema a la dificultad de gestionar 144.000 monederos
Las tarjetas monedero que se han habilitado para sustituir las becas comedor para los alumnos más vulnerables continúan dando problemas. Si en un principio fue un conjunto de medio centenar de ayuntamientos que se quejaban del retraso en la puesta en marcha de un sistema alternativo a las becas comedor, ahora es una escuela que alerta de que las tarjetas no se están recargando y que llevan varios días vacías.
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Las tarjetas monedero que se han habilitado para sustituir las becas comedor para los alumnos más vulnerables continúan dando problemas. Si en un principio fue un conjunto de medio centenar de ayuntamientos que se quejaban del retraso en la puesta en marcha de un sistema alternativo a las becas comedor, ahora es una escuela que alerta de que las tarjetas no se están recargando y que llevan varios días vacías.
Con el cierre de las escuelas y de sus comedores, y para seguir garantizando parte de la alimentación a los niños más desfavorecidos, el Departamento de Educación activó 144.000 tarjetas monedero con cuatro euros diarios para que las familias puedan comprar alimentos en los supermercados. Las tarjetas se cargan cada dos semanas con 40 euros, así que, teniendo en cuenta que entraron en vigor el 13 de marzo -día que ya no abrieron los colegios- debían haberse recargado entre el viernes 27 y el lunes, pero esto no ha sucedido, tal y como denuncia Joan Artigal, director del instituto escuela Trinitat Nova de Barcelona, tras varias quejas de los padres. De 535 alumnos del centro, 400 son beneficiarios de la beca.
Educación admite el retraso y lo achaca a la dificultad de gestionar la ingente cantidad de tarjetas. Asimismo, asegura que la recarga se hará de forma “inminente”.
Artigal se queja también de la falta de un servicio de información sobre las tarjetas. “Hay un número de teléfono, pero es de asistencia general de tarjetas y cuando llamas no tienen ni idea de lo que les estás hablando”. El director lamenta el desamparo por parte de la Administración. “No pueden repartir las tarjetas y olvidarse, porque después todo recae en los profesores”.