La violencia cotidiana del mundo de Joyce Carol Oates obtiene el premio Carvalho

“El mundo actual está tan impregnado de misterio y crimen que necesita de verdad una literatura que exponga las maquinaciones del mal para que se pueda alcanzar la justicia, el idealismo paradójico del noir, que ilumina y a la vez explora sin miedo lo oscuro a través de personajes ficticios con los que podemos identificarnos y empatizar”. Así ve y justifica la vigencia del género negro y así lo refleja en su inclasificable obra la escritora norteamericana Joyce Carol Oates, palabras con las ...

“El mundo actual está tan impregnado de misterio y crimen que necesita de verdad una literatura que exponga las maquinaciones del mal para que se pueda alcanzar la justicia, el idealismo paradójico del noir, que ilumina y a la vez explora sin miedo lo oscuro a través de personajes ficticios con los que podemos identificarnos y empatizar”. Así ve y justifica la vigencia del género negro y así lo refleja en su inclasificable obra la escritora norteamericana Joyce Carol Oates, palabras con las que ha agradecido el XVI premio Pepe Carvalho que otorga el Ayuntamiento de Barcelona en el marco del festival literario BCNegra. Si la pandemia lo permite, recibirá el galardón durante la cita negrocriminal, prevista del 21 al 31 de enero próximos.

Una particular mezcolanza de elementos góticos, realismo psicológico, violencia que salta inmediatamente a la que se rasca con la uña el alma humana, pespunteado por la novela política y un escenario habitual de bajos fondos, todo siempre muy cercano a la vida real y cotidiana, impregnan la extensa producción de Oates (Lockport, New York, 82 años), que, si bien no puede definirse como novela negra pura, si tiñe su obra. Una línea del género que el premio Carvalho empezó a reconocer hace ahora dos ediciones, otorgándoselo a la argentina Claudia Piñeiro.

Con esa filosofía, el acta del jurado resalta “el personal tratamiento que Oates realiza, desde diferentes ópticas, del fenómeno de la violencia y su trascendencia psicológica y social, su personal inmersión en el género para expandirlo y abrirlo a lo contemporáneo, exposición y mirada del violento y la víctima, idea de culpa y redención, venganza, olvido y, acaso, perdón”.

Oates es uno de los grandes nombres de la narrativa norteamericana contemporánea, como han subrayado galardones de prestigio como el National Book Award, el PEN/Malamud Award o el Prix Fémina Étranger. En 2011 recibió la National Humanities Medal, el más alto galardón civil del Gobierno estadounidense en el ámbito de las humanidades. Con una obra muy extensa —que abarca medio centenar de novelas, cerca de 400 relatos, una quincena de ensayos y una docena de poemarios, amén de obras teatrales—, esta rigurosa profesora de escritura en la Universidad de Princeton empezó a ser publicada en España a finales de los años 70, si bien de manera esporádica y dispersa entre muchos sellos.

La presencia más sistemática en las librerías españolas de la autora de Qué fue de los Mulvaney se produce a partir de 2008, con la publicación de La hija del sepulturero, inspirada parcialmente en la vida de su abuela y donde una mujer ve cómo cambia su vida familiar al descubrir que su marido habría cometido un par de crímenes. La trascendencia psicológica y social de la violencia latente de la sociedad, amasada muchas veces en un humor negro, funciona como cordón umbilical de textos tan diferentes como Infiel, Memorias de una viuda (sobre la inopinada muerte de su marido), Blonde (calificada como su gran novela, sobre la vida de Marilyn Monroe, finalista del Pulitzer y recientemente adaptada al cine), Carthage (que retrata el ambiente hostil que se encuentra al regresar a casa un veterano de la guerra de Irak) o Rey de picas (donde un escritor de éxito de novela negra oculta sus más oscuros instintos). Un libro de mártires americanos, Riesgos de los viajes en el tiempo y Persecución son las últimas obras de Oates aparecidas en España.

Alfaguara publicará en enero, coincidiendo con su supuesta visita a Barcelona, Delatora, donde una joven recuerda su vida después de que, con doce años, ofreciera su testimonio sobre el asesinato racista de un niño afroamericano por parte de sus hermanos mayores y la apartasen de su familia. Una reseña aparecida en The New York Times sobre la larga producción de la autora aseguraba: “La violencia del mundo de Oates es excesiva porque se parece mucho a la nuestra”. Quizá no haya mejor resumen.