Los acusados por los atentados del 17-A, en la última palabra del juicio : “Lamento lo ocurrido”
Mohamed Houli y Driss Oukabir defienden su inocencia y se presentan ante el tribunal como víctimas
Los tres presuntos yihadistas acusados por los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017 han defendido este miércoles su inocencia en la última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia. Los tres han hecho uso, brevemente, del derecho a la última palabra. Los dos principales acusados se han desvinculado de los hechos, pero, al mismo tiempo, han abierto la puerta al arrepentimiento y se han mostrado compungidos por los sucesos del 17 de agosto de 2017...
Los tres presuntos yihadistas acusados por los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017 han defendido este miércoles su inocencia en la última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia. Los tres han hecho uso, brevemente, del derecho a la última palabra. Los dos principales acusados se han desvinculado de los hechos, pero, al mismo tiempo, han abierto la puerta al arrepentimiento y se han mostrado compungidos por los sucesos del 17 de agosto de 2017, que provocaron la muerte de 16 personas. “Lamento lo ocurrido”, han coincidido en subrayar Mohamed Houli y Driss Oukabir.
Houli, que afronta una petición de la Fiscalía de 41 años de cárcel por organización terrorista, fabricación de explosivos y estragos, ha seguido la línea trazada por su abogada. Ha mostrado su “arrepentimiento” pero, en paralelo, se ha desmarcado de los autores materiales de la masacre y se ha presentado como su víctima. Vestido con el chándal de la marca Nike que ha llevado en muchas sesiones del juicio en la Audiencia Nacional, Houli se ha levantado de su asiento y ha leído una carta muy formal, que ha restado espontaneidad a su muestra de arrepentimiento.
“Estas personas”, ha dicho en alusión a la célula yihadista de Ripoll liderada por el imán Abdelbaki Es Satty, “escondían su forma de ser y actuar ante mí”. Houli, autor de los vídeos en los que se ve a miembros de la célula preparar explosivos en la casa de Alcanar (Tarragona) que voló por los aires la víspera del 17-A, ha adoptado el papel de rehén. “No actuaba por voluntad propia, estaba obligado y presionado por ellos. Me amenazaron varias veces. Tenía miedo de que, si los abandonaba, me harían miedo a mí o a mi familia”.
Houli, que lleva en prisión provisional desde que fue detenido tras el atropello de La Rambla ―su pasaporte apareció en la furgoneta conducida por Younes Abouyaaqoub―, ha negado ser un “extremista islamista” y se ha desvinculado de Estado Islámico, que reivindicó los ataques. “No comparto las ideas extremistas de Daesh (...) En ningún momento tenía intención de cometer ningún acto criminal”. Se ha mostrado arrepentido, pero como no se considera culpable, su arrepentimiento tiene que ver con el hecho de haberse dejado arrastrar por la célula a la casa de Alcanar. Su abogada asume que será condenado, pero plantea una rebaja de la pena por confesión y colaboración con los Mossos.
De un modo más natural se ha dirigido a la sala Driss Oukabir, que afronta una petición de 36 años de cárcel por los mismos delitos. Si Houli no participó en la autoría material de los atentados porque fue herido en la explosión de Alcanar, Oukabir se apeó a última hora, tal como revelan los mensajes que la noche del 16 de agosto de 2017 envió a su hermano, muerto en Cambrils. Los indicios que apuntan a su integración en el grupo son numerosos ―alquiló la furgoneta homicida, hay testigos que le sitúan en la casa de Alcanar, consultó vídeos yihadistas en las fechas en las que el grupo preparaba el atentado―, pero él niega cualquier responsabilidad.
Puesto en pie por orden del presidente de la sala, Driss Oukabir ha pedido disculpas por su comportamiento durante el juicio. A menudo ha interrumpido a testigos y abogados. “No he podido contenerme porque se han dicho muchas mentiras”, ha tratado de justificarse. Como Houli, Oukabir también ha subrayado su colaboración con la investigación y ha recordado que entregó voluntariamente el teléfono móvil (con la contraseña) cuando fue detenido por los Mossos d’Esquadra la tarde del 17 de agosto en Ripoll.
Aunque con un enfoque distinto, Oukabir también se ha mostrado como una víctima superada por unas circunstancias que nada tienen que ver con él. “¿Qué interés iba a tener en todo lo que ha ocurrido? Jamás imaginé que iba a pasar; de haberlo sabido habría hecho algo. He perdido a un ser querido”, ha dicho en alusión a Moussa Oukabir, abatido por los Mossos tras el ataque improvisado en el paseo marítimo de Cambrils, que sumó la última de las 16 víctimas mortales del 17-A. “Ojalá no hubiera pasado todo esto. Lamento lo ocurrido”.
Aunque también permanece en prisión provisional, Said Ben Iazza solo está acusado de colaboración con organización terrorista. Prestó a la célula de Ripoll una furgoneta que fue empleada para la compra de precursores de explosivos, que después se almacenaron en la casa de Alcanar. “No tengo nada que añadir a lo que ha dicho mi abogado. Voy a dejar que las pruebas hablen por sí mismas”, ha dicho en su última palabra, después de que el abogado pidiera su puesta en libertad provisional a la espera de la sentencia.