‘Alcarràs’ devuelve la magia del cine a la Cataluña rural
Unos 20 municipios sin programación estable habilitan salas para proyectar la galardonada película de Carla Simón
Las luces se apagan en el polideportivo de Aitona, un pueblo leridano próximo a Huesca, en la comarca del Segrià. Todavía se escuchan murmullos entre las 700 almas que se han acercado a ver el estreno este sábado de Alcarràs, la galardonada película de Carla Simón, que también se ha filmado en estas tierras. Entre las voces expectantes, en la segunda fila, al extremo izqui...
Las luces se apagan en el polideportivo de Aitona, un pueblo leridano próximo a Huesca, en la comarca del Segrià. Todavía se escuchan murmullos entre las 700 almas que se han acercado a ver el estreno este sábado de Alcarràs, la galardonada película de Carla Simón, que también se ha filmado en estas tierras. Entre las voces expectantes, en la segunda fila, al extremo izquierdo de la sala, se esconde parte de la historia de este pueblo: en silencio, Juanito dirige a la pantalla una mirada ritual, como aquella que empezó a curtirse el 23 de abril de 1958, cuando operó por primera vez el proyector del desaparecido cine de Aitona.
“El sábado pasado hizo 64 años de la primera película que proyecté”, recuerda Joan Esteve (80 años), conocido en el pueblo como Juanito. Horas antes del estreno del largometraje, este carpintero jubilado repasa con una memoria afilada los avatares del cine en la localidad: su primera película proyectada, Trapecio (1956), dirigida por Carol Reed; el colchón que puso en la sala donde estaban las máquinas de cine, el mismo donde dormía para evitar que estas fueran robadas; o la última función, allá por 1985... Juanito, que guarda un registro de cada sesión, los horarios y la evolución de los precios, también muestra el proyector que compró en los años 90, y que ahora se guarda como una reliquia en el Ayuntamiento de Aitona. El estreno de Alcarràs también ha servido para que el proyector se muestre al público.
El segundo largometraje de Carla Simón, que obtuvo recientemente el prestigioso Oso de Oro de la Berlinale (uno de los cuatro festivales más importantes junto con el de San Sebastián, Cannes y Venecia), también ha devuelto el cine a unas 20 poblaciones en Cataluña sin programación estable, según Pere Aumedes, gerente del Circuit Urgellenc, que además de tener salas permanentes también ha desplegado un programa de cine itinerante desde 2010. Aumedes explica que ya se han vendido unas 5.500 entradas para ver Alcarràs, que tuvo más de 10.000 espectadores sólo el día de su estreno en España, y fue una de las películas más vistas en todo el territorio, de acuerdo con el medidor de audiencias Comscore.
Cuatro de estas 20 poblaciones se han comprometido a recuperar una programación estable, dice Aumedes. Entre ellas, Aitona, que en los últimos 37 años solo hacía proyecciones en fechas señaladas, como fiestas mayores o sesiones de verano.
Comienza la película. Las primeras imágenes de Alcarràs despiertan miradas cómplices en el polideportivo de Aitona, que a veces se transforma en un espejo de lo que ocurre en la pantalla. Los niños de la película juegan con tractores, entre plantaciones de paraguayos y nectarinas, e inducen a la risa de los padres y abuelos, al tiempo que sus hijos y nietos dan vueltas, saltan y susurran en el espacio que ahora acoge la película.
El largometraje expone el drama de una familia de agricultores que debe afrontar su última recogida de frutas en medio de una crisis de precios. Paralelamente, los distintos puntos de vista de cada generación subrayan los dilemas de un clan familiar que se debate entre continuar con la agricultura o pasarse a un negocio basado en placas solares. La película muestra las dificultades económicas de aquellos que trabajan la tierra; y los peligros cotidianos del cultivo de frutas, como la plaga de conejos o el mal tiempo, que esta zona del Segrià también ha padecido recientemente.
A principios de abril hubo una helada que ha echado a perder más del 50% de la producción de fruta solo en Aitona, según la alcaldesa, Rosa Pujol. El 90% de la población -en el municipio viven 3.500 personas, aunque la cifra se puede triplicar en el verano, durante la época de recogida- vive de este tipo de agricultura, agrega Pujol. La alcaldesa estima en 100 millones de kilos la fruta cosechada anualmente en la localidad.
“La helada ha hecho mucho daño a los cultivos en todo el Segrià”, destaca Jordi Pujol Dolcet, uno de los protagonistas de Alcarràs, que también ha sido agricultor durante años. Pujol Dolcet ha asistido al estreno en Aitona junto a otros compañeros de reparto, que como él nunca habían actuado profesionalmente antes de la película. El intérprete de Quimet, que ahora se desempeña como empleado de mantenimiento a tiempo parcial en el Ayuntamiento de Soses, próximo a Aitona, destaca que son “varios” los pueblos de la zona que han sufrido “grandes pérdidas” en los últimos tiempos, y evoca la precariedad en el sector: “Creo que la gente está pillando el mensaje de la película, lo dura que está la vida en el campo hoy en día”.
Alcarràs era una fiesta
Alcarràs se estrenó el viernes en varios puntos de Lleida, como en Tàrrega o en el pueblo homónimo que inspira la película, que también concitó la presencia de algunos consejeros del Govern, como la leridana Violant Cervera (Derechos Sociales) o Jaume Giró (Economía y Hacienda). El periódico Segre titulaba su crónica: "‘Alcarràs’ juega en casa".
El Centro Cultural Lo Casino, en medio de la calle principal de Alcarràs, fue habilitado para la ocasión. Como en Aitona, hace décadas que esta localidad dejó de tener cine. El sábado, durante el segundo día de función, los espectadores empezaron a hacer cola hasta una hora y media antes de la primera de las dos sesiones (19.00 horas).
De buena mañana, cuando Lo Casino estaba aún cerrado, un grupo de cuatro turistas de Les Planes d´Hostoles, en la comarca de la Garrocha (Girona), iban de paso por Alcarràs, y decidieron asomarse a las puerta del Centro Cultural. Miraban los carteles de la película de Carla Simón con expectación.
Una de ellas, Antonieta Vilá, pronto comentó con entusiasmo: "Recuerdo muy bien a la madre de Carla, que se llamaba Neus. No nos llevábamos muchos años. Cuando era pequeña venía a jugar a mi casa", dijo Antonienta, que no conoció a la futura directora de cine, pero sí a su familia. "¿Sabes que se inspiró en Les Planes para su primera película?", sugirió alegre, en alusión al primer largo de Carla Simón, Estiu, 1993.
- ¿Ya han visto Alcarràs?
- No, todavía no. Pero la veremos. Se merece mucha suerte la Carla...
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