Cataluña frena la construcción de otras 46.800 nuevas viviendas, la mayoría en el litoral de Tarragona
La Generalitat extiende el veto a las licencias de edificación de la costa Brava a todo el territorio
Tras décadas de llenar la costa de cemento y piscinas, Cataluña echa el freno a la urbanización masiva en primera línea de mar. La Generalitat ha aprobado inicialmente este jueves otro plan director urbanístico (este afecta ahora principalmente al litoral de Tarragona) para evitar la construcción de 46.8...
Tras décadas de llenar la costa de cemento y piscinas, Cataluña echa el freno a la urbanización masiva en primera línea de mar. La Generalitat ha aprobado inicialmente este jueves otro plan director urbanístico (este afecta ahora principalmente al litoral de Tarragona) para evitar la construcción de 46.800 nuevas viviendas en 30 municipios. A efectos prácticos, supone que todos las licencias de edificación y proyectos urbanísticos en fase inicial que sobrevuelan 105 sectores de municipios turísticos como Sitges (Garraf), El Vendrell (Baix Penedès) o Torredembarra (Tarragonès) han quedado congelados hasta la aprobación final de la norma. El anteproyecto sigue la estela de otro ya aprobado hace más de un año para la costa Brava (Girona), que evitó la construcción de 15.000 nuevas viviendas, y también de otro en el Pirineo, que lo hizo con 8.500. La costa catalana, admite el propio Govern, está “al límite”.
El director general de Ordenación del Territorio, Agustí Serra, ha explicado este jueves en una rueda de prensa que lo que se va a evitar construir es tan grande como la ciudad de Lleida. “Queremos poner orden”, ha dicho Serra, que ha añadido que tras décadas de sobreurbanización, Cataluña tiene que revertir la situación en un contexto de emergencia climática. “Es un paso muy importante para subsanar un urbanismo desenfrenado de décadas anteriores”, ha añadido el director general.
El plan no frena las obras de nuevas urbanizaciones que ya estaban en construcción, sino que cambia la clasificación de 4.700 hectáreas para evitar que los promotores inician planes para edificarlas. Sí afecta a siete proyectos de nuevas urbanizaciones que estaban si bien estaban en una primera fase inicial, no se habían iniciado las obras. “Hemos hecho un proceso de ingeniería técnica para evitar responsabilidades patrimoniales con los promotores”, ha dicho Serra, que ha añadido que algunos empresarios de la Costa Brava han iniciado procesos judiciales contra la Generalitat tras el veto del año pasado, aunque no ha desvelado cuales.
Con todo, el anteproyecto no evitará que en el litoral sigan apareciendo más grúas en el futuro: la reducción de licencias para 46.800 posibles nuevas viviendas es sobre una cifra total de 106.000 posibles. Por lo que si los promotores y ayuntamientos tienen voluntad, a lo largo de 300 kilómetros de litoral entre Malgrat de Mar y Alcanar todavía se podrán construir 60.000 casas más en las próximas décadas.
Más allá del número total de licencias que finalmente se ha paralizado, el plan supone un antes y un después en la política urbanística en primera línea de mar en toda la comunidad: desde el Cap de Creus hasta la desembocadura del río Ebro. El plan recoge las tesis defendida por geógrafos, geólogos y activistas ambientales de que la comunidad mediterránea debe frenar la construcción ya no solo por el profundo e irreparable impacto visual que supone, sino por seguridad.
La Generalitat admitió a través de un informe encargado el pasado año que la mala ordenación estaba llevando al litoral catalán “al límite” y alertó del riesgo de inundación en municipios e infraestructuras millonarias, como la R1 de Rodalies. “Había muchas zonas inundables (sobre las que se podría construir) que se han frenado en municipios como El Vendrell o Cambrils”, ha dicho Serra.
La Generalitat alertaba asimismo en el informe de 2021 que el 60% de la costa de la comunidad está urbanizada en sus primeros 100 metros. El documento, elaborado por el Consejo Asesor por el Desarrollo Sostenible de Catalunya (Cads), órgano asesor del Govern en sostenibilidad, constataba también que solo el 20% de la costa está a salvo de la subida del nivel del mar. Un ejemplo paradigmático y el caso reciente más grave fue la inundación de Alcanar y Ulldecona, dos municipios que colindan con la Comunidad Valenciana, y que causó destrozos en decenas de negocios y viviendas. Antiguo pueblo pescador reconvertido al turismo familiar, el municipio pagó las consecuencias de haber construido hace décadas sobre barrancos que desbordaron tras una tormenta.
El plan de revisión urbanística, por cuestión de competencias, no afecta al área metropolitana de Barcelona. La comarca del Maresme, con 15 municipios afectados, es donde el potencial número de viviendas se reducirá menos. Esto se debe, explican fuentes del departamento de Territorio, a que la zona ya esta excesivamente construida, por lo que queda ya pocas hectáreas por desclasificar.
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